Un paseo por la Zaragoza desalojada

Con la que está cayendo en nuestra ciudad no podíamos quedarnos calladas, lo mismo que la gente que todos los días denuncia que no queremos más festivales de hamburguesas. Queremos actividades populares, queremos cooperación, solidaridad, organización en los barrios, queremos más asambleas y más cultura. Hoy lo decimos en artículo pero mañana lo diremos en un podcast, estad atentas.

Sororitrap ha recreado un paseo por la Zaragoza que nos están quitando.

Está siendo un año de vestirse de luto, aunque sea un luto simbólico, imaginario, ficticio, ya que nos cuesta poco encontrar ropa negra en nuestros armarios, la verdad. Sirva este artículo para presentar nuestros respetos por el lento fallecimiento de la cultura artística, comunitaria o autogestionada. Uno de los últimos ejemplos de ello ha sido Etopia, que incluso estando dentro del amparo del Ayuntamiento de Zaragoza, ya ha anunciado que se lo van a cargar sin más miramientos, sin pedir perdón y con una sonrisa boba en la cara.

Empezamos hablando del luto pero deberíamos haber empezado hablando quizás de capillas, santos, funerales, bautizos, comuniones, bodas y todos esos cirios nacional catolicistas católicos apostólicos romanos, a ver si así nos ganamos el beneplácito de Natalia Chueca y no viene a cerrarnos los pocos espacios que nos quedan, como este medio amigo en el que escribimos, o a arrancarnos los micrófonos, los portátiles y los móviles, a esposarnos con medidas de la Virgen del Pilar de la bandera de España mientras nos tortura con la discografía completa de Quevedo o Anuel AA.

(Primer inciso: somos unas hipócritas porque Sororitrap, además de ser un podcast ahora, ha sido siempre un grupo de selectoras musicales. 100% seguro que alguna fiesta hemos puesto y hemos bailado a Quevedo o Anuel AA.)

Esto que viene ahora tampoco va a gustar a Natalia Chueca

Para hacernos una idea de la magnitud del problema hemos hecho un mapa para hacer una ruta por el cementerio cultural en el que se está convirtiendo Zaragoza (y otras partes de Aragón, por supuesto). Vamos a hacer un viaje por la ciudad al estilo Dickens pero en el momento que más miedo da: el presente. Vamos a asomarnos a la ciudad que nos están dejando las dos legislaturas de las derechas, con la lágrima asomando al pensar en cómo vamos a poder levantarlo en los próximos años. Gracias a las Jornadas Etópicas de Zero Grados (¡y enhorabuena por sus 10 años) por dejarnos hacer en este podcast en directo.

Adiós a la mediación

Quizás no recordéis nada de vuestras vidas antes del Covid-19 pero también pasaban cosas. Allá por 2019, recién llegado a la alcaldía estaba el jovenzano Azcón, antecesor de nuestra querida Chueca. Azcón no es ni joven ni inexperto, ya que sabía bien lo que hacía y se le notaban unas ganas locas de destruir lo poquito que tenía de social Zaragoza. Es verdad que el pobre sufrió mucho con el Covid-19 y casi no le dio tiempo a destruir el tejido social de la ciudad. La vida es muy injusta a veces; toda la vida esperando ser alcalde y va y le toca una pandemia…

Pero antes incluso de eso, que no hay tiempo que perder a la hora de recortar, ya comenzó eliminando cosas de estas que son poco lustrosas y que no hacen lucir las fotos. Lo primero que se cargó fue el Programa de Mediación Intercultural del Casco Histórico (Amediar), que trabajaba en el barrio desde 2003. ¡A cerrar a esos hippies que no se quieren hacer fotos! Bueno, hay que ser justas, no se lo cargó, solo se le olvidó meterlo en los presupuestos municipales.

Igualdad para unOs

Nos vamos ahora a 2022. Existía una cosa de la cual quizás nadie se acuerda: Ciudadanos. Resulta que a este grupo político, que era socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento, se le ocurrió la genial idea de censurar gran parte de la programación del Ygualarte, un festival que hacen los PIEEs de los institutos de Zaragoza para adolescentes.

Así eliminaron de la programación a Pamela Palenciano (y su monólogo ‘No solo duelen los golpes’), a la Psicowoman, que venía junto a Roya Galán (aunque a él no sabemos si le querían censurar, la verdad) o a Dune Solanot, entre otras tantas cosas. Tuvo que venir la DGA, con el PSOE a la cabeza, que ya nos jode decirlo, a “rescatar” el Ygualarte reprogramándolo en sus instalaciones para más adelante.

Por eso nosotras, para que no nos censuren, queremos proponer humildemente otras ponentes para el próximo Ygualarte. Primero, un club de lectura, por supuesto, con nuestra amiga Natalia Chueca, por aquello que dijo para Reyes de “que todos los niños reciban un regalo, aunque sea un libro”.

Segundo, por supuesto también, un taller de emprendimiento de estos que les gustan tanto en el Ayuntamiento, con Ana Botín, ardua emprendedora, hija de emprendedores que ha emprendido un montón heredando la empresa de papá, haciendo honor a eso de que los empresarios lo que hacen es arriesgar.

Y para terminar la jornada, un poco de deporte: una masterclass de tenis con Rafa Nadal, grandísimo feminista donde los haya, que a él seguro que no le censura ni Dios.

“Yo he venido a que no me recorten”

Con la Fundación Labordeta, mismo modus operandi. Denunciaron que de pronto el Ayuntamiento había decidido que su labor ya no era importante y les recortaron el presupuesto. Al poco tiempo ya fueron de cara y directamente se lo quitaron del todo, porque para qué hacer las cosas así de tapadillo cuando tienes el poder. De nuevo, tuvo que venir la DGA a apañar por detrás y poner parches, salvando el presupuesto de la Fundación Labordeta como pudo. No nos queremos imaginar lo que pasará ahora que en la DGA está el PP pero…

Para que vuelvan a conseguir financiación proponemos un cambio de nombre: de Fundación Labordeta a Fundación Bertín Osborne, y que en lugar de promover los valores de libertad, igualdad y pluralismo (¡que ya ves tú!), lo cambien un pelín y promuevan los de la familia, la hombría y los zapatos náuticos.

Eres la reina del populismo

Del mismo modo se ha comportado el Ayuntamiento del PP con las fiestas populares de los barrios de Zaragoza. En los primeros presupuestos de nuestra queridísima Chueca han decidido recortar muchísimo dinero para las asociaciones vecinales, lo que se ve traducido, por ejemplo, en un recorte a las fiestas populares de los barrios.

La burocracia es siempre difícil, lo sabemos, pero también hay quienes (ejem, el PP) utilizan la burocracia como arma. Nuestra amiga Natalia te dirá que no hace nada en contra de que los barrios celebren sus fiestas pero si a una vecina de San José le dices que tiene que rellenar 28 impresos, alquilar baños portátiles, 58 bomberos y un escenario para que cante Beyoncé (para que al final tres pringadas te pongan a La oreja de Van Gogh), pues claro, empieza a ser un poquito difícil. Al PP otra cosa no, pero la verdad es que le encanta la libertad pero no ESA libertad.

Las fiestas populares son populares y su organización debería ser accesible para todos los bolsillos. Tampoco está de más recordar que mientras se imponen estos requisitos tan prohibitivos para lo comunitario y vecinal (y más, lo anterior ha sido una dramatización poco dramática), el Ayuntamiento de Zaragoza no instaló baños portátiles para el escenario de la Estación del Norte durante las Fiestas del Pilar de 2022, un escenario que atrajo a miles de personas cada día; no como la Semana Cultural de la Madalena, que somo las mismas cuatro punkis de todos los años.

Una ocurrencia para plantear como alternativa a esta cuestión y que Natalia se enrolle, es explicarles que las fiestas de alternativas y comunitarias nada, que son fiestas populares pero del Partido Popular. Igual si lo llenamos todo de gaviotas nos dejan poner aunque sea una de Quevedo…

Sororitrap somos Sound pero también somos Podcast y en esta ocasión ocurrió en Etopia. Próximamente en sus mejores pantallas. | Foto: Víctor Mateo Lombardo para Zero Grados.

Folk you

Esto de que van contra la cultura popular se ve en cada paso que dan. Hace dos Pilares se cayó el escenario del Pilar Folk. Es verdad que al siguiente año lo volvieron a poner pero entonces se cayó el Encuentro Internacional de Folklore ‘Ciudad de Zaragoza’, que llevaba 30 años celebrándose en la ciudad. Estos del PP siempre tienen que poner la puntilla allá donde van: vale, os devolvemos esto, pero os quitamos lo otro.

Y por alejarnos un poco de la capital, que ya sabemos que estamos siendo un poco zaragozacentristas (lo sentimos, es que somos de aquí), nos vamos a Uesca, donde Vox también ha conseguido cargarse el festival Periferias. Solo quieren macroconciertos de Quevedo, es a lo único que aspiran.

Siguiendo con esta idea con la que hemos iniciado el texto de que solo les gustan las tradicionales, pero a poder ser las suyas, nosotras proponemos un nuevo día de fiesta para despistar un poco a la derecha. La idea es que sea el 13 de diciembre, o sea el 13-12. Se llamará el Día ACAB: Al Centro A Bailar. Ese día se podrá poner música hasta altas horas de la madrugada, la policía no te podrá decir nada, la comida típica será el cerdo y la bebida, un cóctel que se llamará lechera. ¿Colará?

Adiós también a la cooperación

De nuevo, ya van varias partidas de presupuestos en los que se recorta a muerte el dinero que iba destinado a cooperación internacional porque ¿para qué? Te puedes dar un paseo por el Belén de la plaza del Pilar y te computa parecido. Pero entonces que nos lo pongan todo el año.

Si quieres algo, lo compras

Siguiendo con su política de desmantelamiento de cualquier cosa que suene a comunidad, comunitario o, quien sabe, comunista, hace bien poco decidieron que el Centro de Préstamos del Consejo de Juventud no hacía falta en Zaragoza, que dinero para eso no tienen. Traer a Quevedo es muy caro y hay que ahorrar.

(Segundo inciso: de verdad que no tenemos nada en contra de Quevedo, solo es que somos poco imaginativas.)

En realidad no queremos entrar en la guerra ridícula que es “pero para esto sí que tienen dinero” porque no somos expertas en gestión. En una ciudad hay muchas cosas necesarias para unas personas que no lo son para otras y es verdad que hay que priorizar… pero que se les note menos. Concretamente el Centro de Préstamos servía a más de 200.000 personas y a unas 300 asociaciones, por lo que no es una cosa minoritaria.

Creemos fervientemente que el problema de Natalia es que todo lo que empiece por “centro de no sé qué” le da repelús, por lo que hemos pensado que podemos llamarlo Clúster de Préstamo. Nosotras no sabemos lo que es un clúster pero Natalia tampoco.

Contra todo y contra todos

¿Y qué pasa con la Harinera? Referente internacional de la cultura comunitaria, un lugar con una actividad brutal, residencias de artistas, un dinamizador cultural que funcionaba muy bien… Pues el consistorio ha decidido que no, que se acaba la gestión y que a partir de ahora va a ser “un centro dedicado a la inclusión, la accesibilidad y la innovación cultural y artística”. Nosotras nos preguntamos: ¿Entonces antes qué era? ¿Qué necesidad existe de quitar la gestión a una asociación que funcionaba de forma democrática para centralizar su organización? La respuesta está clara.

El edificio fantasma

La manía del Ayuntamiento de eliminar lugares del mapa con la excusa de que no funcionan vienen de lejos. Sí, hablamos de nuestro querido Centro Social Comunitario Luis Buñuel, desalojado hace ya más de un año en una estratagema que aún nos rompe el corazón cada vez que pasamos por el edificio. Un edificio que, por si no lo habéis notado, sigue vacío; sigue sin tener su super necesario centro de mayores, siendo que existe la Casa de Amparo pared con pared. Un edificio, el Luis Buñuel, que lleva cerrado y tapiado, repetimos, desde hace ya más de un año, sin ninguna previsión de que eso vaya a cambiar.

Aquí nuestra propuesta es mucho más sencilla. Creemos que la gente del Buñuel tendría que haber sido más rápida y haberle cambiado el nombre a Centro Social Comunitario Salvador Dalí, porque ya se sabía que Dalí era un poco más de la derecha que Buñuel. O siendo más claras, una rata que además retrató a Buñuel como rojo y ateo, haciendo que abandonara el MOMA. Además, tenemos la teoría de que si le cambias el nombre al edificio igual no lo encuentran, porque para muchos de ellos sería su primera vez en el Gancho.

Nos dejaron sin nutrias

¿Y nuestro querido CSO Loira? Otra vez nos rompieron el corazón y también lo desalojaron, de la forma más deleznable posible, tapiando con ladrillos la entrada. Un lugar que llevaba casi una década cerrado vuelve a estar cerrado porque valen más los sitios cerrados a cal y canto que los espacios abiertos al barrio, a las actividades para jóvenes, sin beneficio económico y propuestas por cualquier persona con interés. Lo que nos queda claro es que vale más la propiedad privada de lo que valen nuestras vidas.

Sororitrap también es un grupo de plañideras que lloran por la muerte de la cultura en Zaragoza, aunque en realidad no respetamos nada. | Foto: Víctor Mateo Lombardo para Zero Grados.

Sucedió una noche

No nos podíamos olvidar, por supuesto, de Etopia. Casi por casualidad, una noche de concierto se anunciaba que el Ayuntamiento cancelaba la programación cultural y las residencias artísticas de Etopia. Además, el propio consistorio se salía de la comisión gestora por lo que Etopia se queda sin financiación pública.

A la mierda, una cosa menos tachada del mapa, aquí abriremos un centro de negocios, de emprendimiento, de entrepeneurs, de autónomos autonomizados y atomizados, de startups, de estafas piramidales, una estatua para Llados también y algo que diga “metaverso”, sea lo que sea eso. ¡Pa’lante, familia, hoy se cena!

Y con Etopia se acaban muchas cosas pero, entre ellas, nos queríamos acordar del podcast en el que María Castillo vertía sus más locas curiosidades, Efluxión. Podcast en el cual estas tres humildes pringadas empezaron a hablar en público y que nos animó a hacer nuestro propio programa. Nuestras condolencias a nuestra madre radiofónica, la que nos parió como señoras que hablan ante los micros. María Castillo, gracias por darnos cobijo aquella calurosa tarde de junio.

Efluxión, como Etopia y como cada parada de esta ruta que os hemos propuesto, engendraba cultura y engendró a este engendro de tres cabezas. En los últimos días también han anunciado su fin diferentes festivales de música en Zaragoza: el Slap! Festival, el Festival de Flamenco… Quién sabe cuántas más cosas se van a cargar y cuantas más cosas ni siquiera llegarán a nacer porque no tendrán espacios, referentes, momentos, amigas, lugares en los que juntarse a jurar contra ellos. Está en nuestra mano que los ladrillos no sean para tapiarnos ni una más de nuestras puertas, sino para que consigamos que nos teman.

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