Negacionismo, explotación y retroceso

A un observador de gama media, sin necesidad de ser un librepensador especialmente preocupado por la duda metódica, no puede dejar de causarle sorpresa, cuando no angustia e indignación, el desprecio por el conocimiento del que hace gala una buena parte de la clase política.

Negacionismo, explotación y retroceso
Ciclo perpetuo, Pilar Iturralde 2022

De la misma forma le produce la misma carga de estupor, cuando no rabia, la sumisión con que una importante parte del electorado, consume las mentiras como un verdadero manjar de verdades. Es un espectáculo de coprofilia que, lejos de producir rechazo y repulsión, da la sensación que se considera la fuente del verdadero conocimiento y en eso, los medios de comunicación, verdaderos mercaderes de la inmundicia, tiene una buena dosis de responsabilidad y no emplearemos la palabra culpa por todo el daño que este apriorismo judeo-cristiano ha causado a la convivencia en libertad.

Malo para el pensamiento en libertad es que haya un rey que se disculpe ante sus súbditos por usar de la hacienda publica a su antojo, pero más grave es aun que los súbditos transijan con su dis-culpa, mientras el monarca sigue saqueando, junto a sus camarillas, el erario público.

No valoramos ahora el balance que desde una sencilla hemeroteca podría realizarse de las rotundas manifestaciones que los títeres ambidiestros del neoliberalismo hacen en un momento, para contradecirlas en el siguiente ni el estado de desconcierto moral que estas idas y venidas de ideas e ideales deberían causar, pero no causan, en la población para que la mentira ha dejado de ser un vicio. Lo más terrible para el mundo del conocimiento, para quienes creen en el valor de la ciencia y del pensamiento, es la naturalidad, que se vende como valentía, con la que se niegan principios científicos con siglos de antigüedad.

Sirva como ejemplo el ciclo del agua que viene explicándose en las escuelas desde los primeros cursos de enseñanza primaria y parecería que debería estar sobradamente asumido por cualquiera que haya pasado por un aula. Sin embargo, en Aragón y fuera de él se vuelven a escuchar los lamentos por que el agua del río llegue al mar donde, según su ignorante visión productivista, se desperdicia dejando yermos los campos y cultivos de su propiedad. Tal vez habría que preguntarse cómo es posible que hacer gala de tamaña ignorancia no tenga ninguna repercusión y haya personas, recién salidas de las aulas, que avalen estas muestras de estulticia y naturalicen con ello la falsedad y la ignorancia como norma de convivencia.

El ciclo del agua y sus negacionistas no son más que una muestra más del movimiento retrogrado que parece que se ha puesto de moda. Pero las modas no viene porque sí. Siempre hay alguien que diseña el modelo, alguien que lo financia, alguien que lo distribuye, para que al final en esta cadena de fascio-moda, el ultimo alguien, lo compre para cubrir su desnudez intelectual.

En un mundo batido por el oleaje de lo convencional, la maldición de un librepensador es que no está dispuesto a dejar de ser libre ni a dejar de pensar y, por eso, sigue el hilo de la realidad y del conocimiento y encuentra relaciones interesantes entre las ideas grandilocuentes de los titiriteros de la política y los intereses de los grupos económicos y sociales que los sustentan. En ese sentido parece evidente que ha habido un importante apoyo financiero a grupos integristas religioso-políticos como voluntad de mantener el modelo explotador del planeta y sus habitantes en beneficio del viejo modelo extractivista que no quiere saber nada de nuevas formas de entender y practicar la convivencia humana. No hay nada más que seguir la pista a los recursos que se han dedicado a desautorizar cualquier movimiento social que altere el estatu quo de la transición.

Lo cierto es que la operación ha sido un éxito doble, por un lado se da carta de naturaleza a una segunda edición de fascismo y al mismo tiempo la introducción de este nuevo elemento en la sociedad naturaliza el pensamiento retrógrado siempre amable y sumiso con el explotador.

No deja de ser curioso que si la inflación de España cae a niveles que el Banco Central Europeo considera inocuos para la estabilidad de la economía, los precios de los bienes y servicios más esenciales continúan con tasas de crecimiento muy superior a las del resto de los piases de nuestro entorno.

Mientras las campañas electorales disparan sus eslóganes contra las vísceras de los votantes hay quienes están convirtiendo en beneficio económico el triunfo del retroceso social que, aun a riesgo de parecernos a Miguel Bosé, hace mucho tiempo que está gravitando sobre nuestras cabezas.

Será preciso que nuestros pensamientos vuelen más alto que nuestras cabezas. Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad.

Jean Cocteau

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