Los vertidos de una fábrica de quesos disparan la contaminación en el embalse de El Val

Según los datos recogidos por Ecologistas en Acción la turbidez se ha disparado hasta los 44,5 NTU cuando la OMS marca que debe estar por debajo de 1. El desagüe de la EDAR de Ágreda ha vuelto a verter un líquido lechoso dejando totalmente blanco el río.

Val Tarazona
Vertido en el El Val el pasado 5 de enero. Foto: Ecologistas en Acción.

La depuradora de aguas residuales de Ólvega y Ágreda, que se sitúa aguas abajo de esta última localidad, está vertiendo aguas sin depurar dejando un rastro blanco en el río Val. Así lo denuncia Ecologistas en Acción que describe cómo las sustancias contaminantes se han sedimentado formando una capa continua y de unos milímetros de grosor sobre el sustrato del cauce afectando gravemente a toda la vegetación existente a lo largo del río. Todo parece indicar que este vertido se ha prolongado durante varios días.

El deficiente funcionamiento de esta depuradora (inaugurada en el año 2010) es para esta organización la causa del mal estado del embalse de El Val que ha sido calificado por la propia Confederación del Ebro (CHE) como el más contaminado de toda la Cuenca del Ebro.

La CHE es perfecta conocedora de las características de estos vertidos. Desde finales de año, la sonda que tiene instalada en el embalse de El Val registra datos que indican una excesiva turbidez.

De esta forma, el día 28 de diciembre la turbidez era 0,5 NTU (unidad nefelométrica de turbidez), en superficie y 1,4 NTU en el fondo mientras el día 9 de enero la turbidez era 28,1 NTU en superficie y 44,5 NTU en el fondo, desde donde se suministra el servicio a la población. Según la OMS, la turbidez del agua debe estar por debajo de 1 NTU y no debe superar en ningún caso, las 5 NTU.

Respecto al origen del vertido, presuntamente se sitúa en la fábrica de Quesos SAIONA S.L, ahora denominada Ólvega Lácteos Naturales SL y también vinculada a los propietarios de la empresa Valle de Odieta SCL. Se trata de la única empresa cuya actividad se relaciona con las características del vertido (color y olor a suero lácteo) y también porque es la responsable de vertidos semejantes en años anteriores.

Cabe recordar que el Ayuntamiento de Ólvega ha sido sancionado por la CHE con una multa 86.247€ (que quedó en 51.748€ por pronto pago) por los vertidos de su colector al río; pero, tal y como reconoció el propio ayuntamiento, el causante de estos era la empresa quesera que ilegalmente vertía al colector municipal.

Ecologistas en Acción subraya que Quesos SAIONA S.L comenzó su actividad en 2017, con un mínimo trámite ambiental, como es la Licencia Municipal y, según la propia empresa, no tendría problemas con los sueros porque los iban a comercializar y evacuarlos en camiones cisterna.

Lo cierto es que, desde su entrada en funcionamiento en el año 2017 hasta 2019, la depuradora de Ágreda-Ólvega ha producido vertidos contaminantes lácteos (incluso de forma puntual tras la apertura del expediente). “Es decir, que en el caso de que haya llegado a pagar la sanción al ayuntamiento, a la empresa le ha compensado económicamente porque ha evitado la construcción y funcionamiento de una depuradora propia durante dos años”, explican desde la organización ecologista.

El citado expediente sancionador tuvo como origen la comunicación de los vertidos por parte de ASDEN-Ecologistas en Acción de Soria a la CHE y a JCyL. Hay que añadir que la Junta no ha abierto ningún expediente sancionador y desde la organización medio ambiental desconocen si lo ha hecho el Ayuntamiento de Ólvega.

“Todo ello pone de manifiesto la dejación de sus responsabilidades en materia de medioambiente que ambos organismos practican lo que podría entenderse como una connivencia entre la administración que debería ejercer el control y las empresas que deberían ser controladas”, advierten.

La realidad hidrogeológica de las dos laderas del Moncayo, así como los controvertidos proyectos ganaderos que la Junta de Castilla y León está auspiciando en la vertiente soriana deben ser causa de una profunda preocupación también en la comarca de Tarazona y por ello, en el gobierno aragonés “que parece más pendiente de lanzar diatribas al gobierno central que de gestionar sus propios recursos y cumplir con su obligación de preservar el buen estado de sus masas de agua”, concluyen desde Ecologistas en Acción.

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