Este viernes, 7 de enero, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha denunciado la situación de Blanca y su hija menor que tras conseguir la dación en pago con Ibercaja, el banco que más desahucia en Aragón, ni Ayuntamiento ni DGA dicen tener vivienda social para ellas pese a que cumple los requisitos para ello y la ley les obliga.
La PAH ha querido subrayar que el principal problema para acceder a vivienda social es que no existe a pesar de que se estima que hay unas 100.000 viviendas vacías en Aragón.
Este jueves en AraInfo recogimos la historia de Blanca que tras conseguir el compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza para facilitar un hogar a Blanca a través de Zaragoza Vivienda y tras de meses de espera se la deniegan.
Actualmente, Blanca y su hija de 13 años, viven en una casa de entre 50 o 60 metros cuadrados con otras 5 personas, duerme con su hija en el sofá. “Tener techo no es tener vivienda digna, la administración con su actuación está legalizando la infravivienda”, aseguran desde la PAH. Junto a la PAH se encontraba el 8M Zaragoza, una alianza que no es casual dado que la más afectadas por la crisis y, con ella, al impago de la hipoteca son las mujeres con familias monoparentales.
Desde hace años la ciudadanía a través de la PAH está realizando el trabajo que le correspondería hacer a la administración a la hora de mediar entre afectados por la hipoteca o alquiler y el poder financiero. “Tenemos acumuladas muchas más daciones en pago que las que puedan tener las oficinas de mediación de Zaragoza Vivienda y DGA juntas. Sin embargo, no es proporcional el número de vivienda social que a nuestros afectados se les ha proporcionado, en todos estos años se pueden contar con los dedos de una mano, en el 2019 sólo un compañero”, apuntan.
En este momento las personas afectadas por la hipoteca se encuentran en una encrucijada sin salida, no sólo tienen miedo al desahucio, sino también a la revindicada dación en pago que ya no les permite reanudar una nueva vida: la burbuja de alquiler imposibilita poder acceder a tener un hogar.
“En el mercado libre no tenemos acceso a una vivienda por la escasez de oferta, por los precios que en este momento son inadmisibles y porque a los más vulnerables y sobre todo a las mujeres migrantes, no nos admiten como arrendadores”, denuncian.
Desde la PAH aseguran que las negociaciones de las hipotecas las realizan prácticamente un 90% con fondos buitres, sin embargo, el enemigo no solo está en el mercado libre también se encuentra cómodamente instalado en las instituciones.
En Zaragoza no sólo no hay vivienda social para las 9.000 familias en lista de espera, sino tampoco para las situaciones de emergencia como las que viven las personas afectadas por la hipoteca que de un día para otro se quedan sin vivienda. Contar con el derecho fundamental a la vivienda no es suficiente, las administraciones deben invertir en un parque de vivienda público que además ayudaría a regular los precios.
En los impresos que se facilitan para solicitar vivienda social, ni tan siquiera aparece la casuística de realojo ni los requisitos exigidos según la legislación Aragonesa.
Hay dos maneras de acceder a una vivienda social, lista de espera reuniendo una serie de requisitos y otra el realojo, obligatorio para la administración después de un desahucio, dación en pago o similar. La falta de información tanto en la web de Zaragoza Vivienda como presencial, les permite ir gestionando y seleccionando a quien dan vivienda convirtiendo en ley frases como “hay gente que está peor", “aunque sean muchos en la vivienda en el sofá puede dormir con su hija".
Aunque los informes del los Servicios Sociales no deberían ser preceptivos para todos los casos, parece que sí lo son, burocratizando el acceso a la vivienda. “Nos tememos que los y las profesionales reciben indicaciones de a quien no hay que hacerle un informe de vulnerabilidad como es el caso de Blanca”, denuncian desde la PAH.
De esta forma, parece que la administración está convirtiendo las infraviviendas en algo normalizado o “no tan malo, repartir la miseria no es hacer una buena gestión”, aseguran.