La maternidad y los cuidados "no deberían ser un obstáculo, ni un problema para las administraciones"

Las profesiones sanitarias, sociosanitarias y cuidados en general son sectores altamente feminizados. La pandemia generada por el SARS-CoV-2 les ha puesto en primera línea para combatirla, poniendo de manifiesto algo que la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ya venía diciendo desde la crisis del 2008, los recortes en sanidad y servicios sociales, precariedad en el empleo y la escasez tanto de recursos materiales y técnicos, como de personal.

Sanitarias durante la pandemia. Foto: FADSP

En sanidad aproximadamente el 75% del personal sanitario son mujeres, aumentando en enfermería, técnicas, TCAE, lavandería, cocina o limpieza en general pero también en las profesiones de medicina que han aumentado del 50% al 68%, en las promociones jóvenes que se van incorporando, apunta la FADSP en una nota de prensa. Esto mismo pasa con otras profesiones sanitarias como farmacia aproximadamente un 75-80% o las trabajadoras dedicadas a los cuidados en residencias y de grandes dependientes alcanzan el 84%.

"Pero feminización no es lo mismo que igualdad, hay también en este sector un techo de cristal, los puestos directivos siguen siendo mayoritariamente ocupados por hombres (un 80% frente al 20% las mujeres)", critica para señalar que "los periodos dedicados por la mayoría de las mujeres a la maternidad o cuidados de hijos y mayores suelen coincidir justo cuando se podrían plantear una promoción en este sentido, al finalizar los largos años dedicados a la formación (MIR, EIR, doctorado…)".

La maternidad y el tiempo dedicado a los cuidados "no deberían ser un obstáculo, ni un problema para las administraciones". "Estas deberían tenerlo en cuenta para la provisión de plazas, unido a políticas de corresponsabilidad de hombres y mujeres, para que no sean las mujeres siempre las que tengan que conciliar. Profesionalidad y cuidados solo será compatible cuando haya un reparto equitativo de las cargas familiares y domesticas entre mujeres y hombres", continúa la FADSP.

Paralelamente, la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública advierte que hay una brecha salarial aproximadamente de unos 10.000€/año, citando las palabras del exministro Salvador Illa, para las médicas, también para el resto de profesionales. "No porque los salarios sean diferentes entre hombres y mujeres, sino por la dificultad de acceso a otros puestos mejor remunerados y a complementos", apunta.

"Son las profesionales sanitarias quienes atienden en primera instancia a mujeres que han sufrido violencia machista y en algunos casos con déficit de formación o protocolos no actualizados. Son algunas consecuencias de la pandemia, que ha afectado también a las mujeres de estos sectores por estar en primera fila (al ser mayoría) y tener más exposición al contagio por este trato directo. Se han visto obligadas a doblar turnos de trabajo y a realizar horas extras, creando graves problemas emocionales y psicológicos", aseguran desde la FASDP.

Durante la pandemia "debido a confinamientos, abandonos y sensación de abandono tanto de familiares como de los servicios de salud al suspender o realizar las mínimas visitas presenciales, todo ello unido a duelos patológicos y la ansiedad generada por el estrés, ha impactado especialmente y de una forma preocupante en la salud mental de la población en general pero también de las sanitarias y los sanitarios".

En este sentido, la FASDP también advierte de la desatención de las enfermedades no covid que han pasado a un segundo plano, "aumentando así mismo su morbilidad y en alguna medida la mortalidad". El abandono de los programas de prevención y control de determinadas patologías en Atención Primaria, suspensión de talleres de preparación al parto o de ayuda a la lactancia y otros han contribuido al incremento de esta morbilidad, subrayan.

La vacunación "necesaria para frenar la pandemia", debe ser "equitativa y llegar a todos los países, independientemente de su riqueza y accesibilidad". Pero para ello "se deben liberalizar las patentes, para que puedan ser fabricadas en más sitios, de manera que permita rebajar costes y facilitar el acceso a ellas a todos los países", considera la FASDP.

Por todo ello, la FADSP instar a romper la brecha salarial, "con programas de promoción y equidad, favoreciendo la igualdad de oportunidades para acceder a determinados puestos"; eliminar la precariedad laboral y las contrataciones precarias, "reponiendo las plantillas y convocando las plazas no solo de reposición, sino las de incremento anual pactadas y no cubiertas"; y potenciar y facilitar el acceso a los servicios de salud mental "no solo a personas enfermas, también a las y los profesionales sanitarios y sociosanitarios".

Además, piden material de prevención para todas las trabajadoras y trabajadores sanitarios y sociosanitarios independientemente de su categoría profesional y en contacto con personas de riesgo; la "actualización continuada de los protocolos en violencia de género, así como la formación de las y los profesionales para detectar y atender adecuadamente la violencia de género"; y la "eliminación de las patentes farmacológicas y creación de un sistema farmacéutico público".

"Por una Sanidad Pública, Universal y de Calidad, donde no quede ninguna mujer y ningún hombre fuera del Sistema Sanitario Público. Se debe revertir la lógica del beneficio sobre los cuidados, poniendo los cuidados y las personas en el centro de su actividad", concluye.

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