Este viernes, 28 de octubre, las personas trans y aliades tomaron las calles y la noche “contra el sistema cisheterosexual”, en un acto que definen como de “euforia colectiva” en contra de cualquier opresión.
Comenzó a las 21.00 horas, en el parque Delicias de Zaragoza (calle Duquesa Villahermosa con Vía Universitas). Decenas de personas acompañaron las dos intensas horas de marcha, para acabar en la plaza del Mercado, enfrente del Centro Social Comunitario Luis Buñuel.
“Nos queréis en el armario, nos tenéis en las calles” o “Recuerda, marika, la poli no es tu amiga”, fueron algunos de los lemas que había preparados para la ocasión, toda una declaración de intenciones para un colectivo que revolucionó la última manifestación del Orgullo LGTBIQA+ en Zaragoza. No faltaron tampoco clamas contra la ley de extranjería, contra los trabajos precarios o llamando a las “diskas y tullidas” a rebelarse. "La historia trans es la de las empujadas a los márgenes, las travestis, las pervertidas, las torcidas, las desviadas, las trabajadoras sexuales y demás degeneradas que se vieron obligadas a aprender a sobrevivir y cuidarse fuera del sistema", recordaban en su manifiesto.
El colectivo zaragozano Vagas y Maleantes convocaba esta marcha en el marco del Octubre Trans, mes de lucha contra la patologización de la disidencia. Esto, recuerdan, se hace aún más relevante ante el último retraso de la Ley Trans. De hecho, la marcha pasaba estratégicamente por la sede del PSOE en Zaragoza para poder recordarles sus derechos.
Reclaman su más pronta aplicación, pero con o sin ley se seguirán enfrentando “a un sistema que nos disciplina en la cis-normalidad en beneficio de la burguesía”. Por eso, afirman, su lucha “apunta más alto” y reclama “una verdadera autodeterminación revolucionaria de cuerpas y pueblos que va más allá del Estado Capitalista”. No se conforman “con mera tolerancia o identitarismo; porque en nuestras relaciones trans-desviadas se encuentra la semilla para un futuro de libertad sin clases, ni sexuales, ni económicas, al cual no vamos a renunciar”, dicen en un comunicado público en sus redes sociales.
Realizaron también dos paradas más en dos lugares señalados de la ciudad. Por un lado, en las inmediaciones del parque Delicias, donde si sitúa el Centro psiquiátrico, para criticar la patologización a la que el colectivo se sometida. La siguiente parada fue cerca de la Aljafería, "sede del parlamentarismo burgués".
En su manifiesto también se acordaban de las fuerzas del orden: "Queremos que nuestra presencia sea una amenaza para aquellos que patrullan las fronteras del género y de la normalidad. Para quienes ejercen las agresiones callejeras que son violencia sistémica, y que se nos vende como individual bajo el erróneo nombre de 'delitos de odio', pero también contra la violencia correctiva y punitiva de los cuerpos de seguridad del Estado, que bajo la Ley y el Orden aseguran la supervivencia del sistema capitalista buscando normalizarnos".
Aprovechan la ocasión para reafirmar que “nosotres somos abolicionistas del género”, y que precisamente por eso “rechazamos todo identitarismo y no biologizamos la condición mujer”, porque nada les ata más “a nuestra opresión que pensar que nuestra identidad como mujer y/o trans es natural y eterna, en vez de política y contingente”.

