La crisis del Covid-19 ha mostrado el control de los poderes económicos sobre la investigación sanitaria

Por el Día Mundial de la Salud, la FADSP quiere poner de manifiesto las evidencias que ha dejado la pandemia, como la falta de solidaridad de la UE, la debilidad de los sistemas de salud, la ausencia de gobernanza mundial y las limitaciones de la investigación sanitaria controlada por la economía

Imagen: Kendal (Unsplash).

Con motivo del Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADASP), en un comunicado público, ha querido hacer un análisis de lo que la pandemia ha dejado en evidencia con respecto a la sanidad mundial.

Por un lado, destacan la ausencia de una gobernanza mundial para hacer frente a un problema de salud de tan enorme envergadura y gravedad, así como el el fracaso de la Unión Europea, “su insolidaria e incapacidad de hacer frente al poder de los lobbies de presión que controlan las instituciones que las gobiernan”.

También señalan que las debilidades de los sistema de salud de "los países más desarrollados", centrados en la enfermedad y la medicalización, “que abandonaron la Atención Primaria, la Salud Pública y la participación, esenciales para generar confianza y colaboración social”, han dejado al descubierto un sistema con graves problemas.

No se olvidan de las limitaciones de la investigación sanitaria y la ciencia oficial, orientada y controlada por los poderes económicos y la tecnología, “que abandonó hace tiempo la promoción y la prevención de la salud, para centrarse en los beneficios de los grupos que la financian y controlan”, señala la Federación.

“La Organización Mundial de la Salud ha mostrado sus limitaciones como referente mundial, sometida a los intereses y grupos de presión política y económica, que buscan el negocio a costa de la salud”, afirma la FADASP.

Para la organización, es necesario recuperar la OMS como referente a nivel mundial para conseguir que así la sanidad y la salud llegue a todos los lugares, así como la atención sanitaria accesible y equitativa.

Las medidas de los diferentes países del mundo han sido más o menos diferentes, según la ideología del gobierno y la voluntad política, pero se han basado en su mayoría en evitar los contactos sociales mediante confinamientos y distanciamiento físico, mascarillas, pantallas y, en la actualidad, la vacunación masiva de la población. Sin embargo, “las políticas de coordinación de los recursos asistenciales y de salud pública basadas en la Atención Primaria y la participación y colaboración social”, apenas han tenido relevancia, con algunas excepciones, dice la Federación.

“La lucha contra esta enfermedad ha estado muy condicionada y mediatizada por intereses económicos y geoestratégicos, la utilización política y partidaria de las medidas adoptadas, la codicia de los laboratorios, y la falta de voluntad de los gobiernos para acabar con las patentes y universalizar las vacunas para hacerlas accesibles a todos los países y poblaciones del mundo”, recuerda la organización en defensa de la sanidad.

Un año marcado por la pandemia

En el año 1948, la Asamblea Mundial de la Salud proclamó el 7 de abril como Día Mundial de la Salud. Esta fecha fue escogida en conmemoración a la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con la necesidad de crear conciencia sobre las enfermedades, la necesidad de hábitos sanos en las personas y garantizar el acceso universal y equitativo a los recursos sanitarios.

La situación sanitaria este año esta acaparada en gran medida por la pandemia del Covid-19 que afecta a la población de todos los países a nivel mundial, y que ha evidenciado las negativas consecuencias para la salud de las grandes diferencias de recursos sanitarios, las barreras de acceso a los mismos, su orientación a la enfermedad; las enormes desigualdades sociales, la pobreza y la marginación de buena parte de la población; y el condicionamiento de los sistemas sanitarios por multinacionales farmacéuticas y fondos de inversión buscan hacer negocio con la salud.

El nivel de contagios y la mortalidad por el Covid-19 se ha concentrado especialmente en las personas más mayores, en los grupos de población con menores recursos económicos y en las zonas de mayor hacinamiento social y de mayor contaminación. La diseminación del virus ha sido favorecida y condicionada por las características de la población y el medio ambiente en el que vive.

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