La crecida del río Ebro pasará por la capital aragonesa a lo largo de la mañana de este lunes y más tarde comenzará a decrecer paulatinamente hasta el miércoles 30 de enero. Son las estimaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro que espera que el agua no supere los 1.500,8 metro cúbicos por segundo, un 10% más del caudal normal del río.
La crecida se debe a las lluvias y nieves de los últimos días, sin embargo, la CHE ha señalado que esta crecida “se encuentra muy por debajo de los valores de abril de 2018” y que el nivel del agua será inferior en más de un metro en Zaragoza.
No obstante, el Ayuntamiento de Zaragoza activó este sábado el Plan Municipal de Protección Civil y hasta el momento no se ha producido ninguna afección grave relacionada con la crecida del río. De esta forma, todos los servicios municipales están atentos a la evolución de la crecida y cerrando el acceso a los lugares de la ribera que puedan inundar.
Hasta el momento, ha sido desalojada una urbanización en Movera por precaución ya que es una zona que se suele ver afectada con las subidas del nivel del Ebro.