La Confederación General de Trabajadores (CGT), el principal sindicato francés, ha rechazado el paquete de medidas comunicado por Macron y ha anunciado que se unirá al movimiento de protesta en la manifestación convocada para el viernes. El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, ha considerado insuficientes las medidas y ha llamado a "la movilización conjunta con los 'chalecos amarillos'".
La respuesta de Macron tampoco ha contentado a la clase política. Líderes de izquierda y derecha han cargado rápidamente contra el inquilino del Elíseo, según informaba el diario francés Le Figaro. "Se cree que una distribución del dinero podrá calmar la insurrección ciudadana", ha dicho el dirigente de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, augurando que no será así porque "una parte considerable de la población no se verá afectada por ninguna de esas medidas". "Solo son buenas intenciones sin respuestas", ha reprochado.
También el líder de Génération.s, Benoit Hamon, ha considerado que Macron "se ha movido muy poco" desde sus postulados iniciales y ha advertido de que la mejora salarial que ha prometido saldrá de las arcas de la seguridad social, no de mayores impuestos para las rentas altas. "Estábamos esperando un gran gesto para poner a los bancos, a las empresas contaminantes y a los grandes accionistas a contribuir a la financiación de la transición ecológica. Nada", ha criticado.