El Gobierno de Londres ha puesto punto final a tres años y medio de disputas internas entre la ciudadanía y partidos sobre la conveniencia de quedarse o salir del club comunitario. En junio de 2016, votaron por mayoría salir de la UE, después de una intensa campaña a favor del Brexit por parte del actual primer ministro, Boris Johnson, que refrendó su poder logrando una contundente victoria en las elecciones del pasado 12 de diciembre, allanando el camino para sus planes de salida.
Frente a los cánticos y festejos de miles de británicos, Johnson, ha subrayado que el Brexit "no es un final, sino tan solo un comienzo para Reino Unido". Así, se ha mostrado comprensivo con aquellas personas que tienen un "sentimiento de ansiedad y pérdida", pero ha recalcado que su "deber", así como el del Gobierno de Londres, es el de "unir al país y llevarlo hacia delante".
"Creo que esto es lo democrático y lo correcto", ha manifestado. Johnson ha lamentado así que la UE, a pesar de su "fuerza" y sus "admirables cualidades", haya evolucionado durante los últimos 50 años en una dirección que "ya no encaja" con Gran Bretaña. En este sentido, ha aclarado que "este es el momento en que realmente Gran Bretaña comienza a unirse y mejorar, a derrotar al crimen y transformar el sistema sanitario". "Con la mejor educación, una tecnología soberbia y el mayor impulso de la infraestructura desde la época victoriana, extenderemos la esperanza y las oportunidades a todos los rincones de Reino Unido", ha añadido.
Respecto a la relación con Bruselas, Johnson ha matizado que espera que ésta se base en una "cooperación amistosa" con una Gran Bretaña "enérgica, que es a la vez un gran poder europeo con ambiciones verdaderamente globales". "Sé que podemos convertir esta oportunidad en un éxito increíble", ha garantizado.
"Cada elección tiene una consecuencia"
Horas antes de que a media noche se consumara el Brexit, las autoridades de la UE arriaron la bandera británica de sus instituciones, donde ondeaba junto a las de los 27 Estados miembros. A partir de este sábado, Gran Bretaña será considerado un país tercero, sus eurodiputados dejarán de formar parte del Parlamento Europeo y sus ministros no participarán en los consejos con los homólogos europeos.
Los presidentes de las tres principales instituciones de la Unión Europea, Ursula von der Leyen (Comisión Europea), David Sassoli (Parlamento Europeo) y Charles Michel (Consejo Europeo) han escrito en una carta abierta publicada a pocas horas de que Gran Bretaña abandone el bloque comunitario, en la que le advierten de que "cada elección tiene una consecuencia. Sin la libre circulación de ciudadanos (que Londres rechazó categóricamente), no puede haber libre movimiento de capitales, bienes y servicios".
¿Y ahora qué?
Esta es la gran pregunta que ronda por la cabeza de miles de ciudadanos y ciudadanas de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda, y también del resto de Europa, entre ellas, las 2.200 aragonesas y aragoneses residentes en la isla.
A partir del 1 de febrero comienza un periodo de transición de once meses en el que Gran Bretaña continuará integrada en las estructuras de la Unión Europea. De esta forma, Londres y Bruselas esperan negociar en ese plazo una nueva relación bilateral, incluido un tratado comercial, para evitar una ruptura abrupta en enero de 2021.
Al menos hasta el 31 de diciembre de 2020, y durante uno o dos años más en caso de que se decida que este período se prorroga, algo que Johnson no desea, todas las instituciones, órganos, oficinas y agencias de la Unión Europea seguirán teniendo las competencias que les otorga el Derecho de la Unión en relación con Gran Bretaña y con las personas físicas y jurídicas que residan o estén establecidas en la isla.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea seguirá siendo competente en relación con Gran Bretaña durante este plazo de transición que se abre ahora. Y además, mientras esté en vigor, Gran Bretaña podrá cerrar acuerdos internacionales con terceros países y organizaciones internacionales, siempre que esos acuerdos no se apliquen durante el período de transición.
En lo que respecta a Europa, por el momento no habrá visados y la documentación para viajar a Gran Bretaña no cambia. La ciudadanía de la UE podrá viajar con su DNI hasta el 31 de diciembre de 2020, como mínimo. Si finalmente Gran Bretaña sale de la Unión Europea sin acuerdo, las y los viajeros deberán llevar un pasaporte en regla y no necesitarán un visado para estancias cortas, es decir, de 90 días en período de 180 días. De la misma forma, las y los británicos que viajen al Espacio Schengen para una estancia corta podrán hacerlo también sin visado.
Después del 31 de diciembre de 2020, la entrada a trabajar o residir en Gran Bretaña se hará en función del futuro sistema migratorio británico. Toda la ciudadanía europea que desee residir, trabajar o estudiar en la isla (o seguir haciéndolo) tendrá que pasar por un nuevo procedimiento del Ministerio de Interior británico, el 'EU Settlement Scheme'.