Este domingo, 25 de mayo, a las 12:00, la Filmoteca de Zaragoza será el escenario de una mañana de cine con mucho sabor. El Festival En Proceso cierra su primera ronda de proyecciones con la película "The Cemetery of Cinema", una joya del cine africano que se proyecta por primera vez en Aragón.
La cinta, dirigida por el cineasta guineano Thierno Souleymane Diallo, se estrenó en la Berlinale y llegó al Estado español gracias al Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT). Ahora, gracias a En Proceso, aterriza en Zaragoza. El documental sigue el viaje de un joven cineasta que recorre su país en busca de "Mouramani", el primer largometraje guineano, de 1953, hoy desaparecido. En el camino, reconstruye una memoria cinematográfica arrancada. Una obra profundamente decolonial: un acto de resistencia, amor y memoria hacia el cine africano que lucha por no desaparecer.
La sesión contará con la presentación de Leandro Martínez Joven, fundador y director del Departamento de Exhibición y Difusión de la Filmoteca de Zaragoza, una figura clave en la vida cinematográfica de la ciudad.
Tras la proyección, a las 14:00 horas, la jornada continúa con una paella vegetal cocinada por La Olla Comunitaria del Luis Buñuel, proyecto autogestionado que reparte comida caliente cada sábado a personas en situación de vulnerabilidad. Cine que alimenta el alma, comida que alimenta el cuerpo.
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Próxima parada: gran clausura el 29 de junio con "Igualada"
Con esta actividad, el festival despide su paso por la Filmoteca y calienta motores para su gran evento final: una proyección al aire libre el 29 de junio, dentro del cierre de las Fiestas del Gancho.
La película elegida para ese día es "Igualada", documental del colombiano Juan Mejía Botero, estrenado en la última edición del Festival de Sundance. Su protagonista es Francia Márquez, mujer afrocolombiana, lideresa ambiental y actual vicepresidenta de Colombia. La cinta narra su trayectoria desde sus inicios como activista en La Toma, Cauca, luchando contra la minería ilegal y en defensa del medioambiente, hasta su salto a la política nacional.
En Colombia, llamar a alguien “igualada” es una forma despectiva de decir que —especialmente una mujer— “no sabe cuál es su lugar”. Francia Márquez resignifica el insulto y lo transforma en símbolo de empoderamiento: ser una igualada es alzar la voz, ocupar espacios y no pedir permiso para existir con dignidad.

Un homenaje vecinal en clave de cine
La elección no es casual, destacan desde la organización de En Proceso. Y es que este 2025 se celebra el 50 aniversario de la Asociación Vecinal Lanuza-Casco Viejo. "Medio siglo de lucha vecinal, organización desde abajo y defensa del barrio, desde aquel 1975 en plena Transición hasta hoy. 'Igualada' conecta directamente con ese espíritu: porque lo que cuenta no es solo una historia de Colombia. La película nos invita a pensar en cuántas 'igualadas' han hecho historia desde abajo, igual que tantas vecinas del Casco Viejo en estos 50 años de organización colectiva", añaden.
¿Qué es el Festival de Cine En Proceso? El Festival 50.003
En Proceso parte de una idea sencilla pero poderosa: "Entender la sala de cine como ese espacio compartido en el que personas desconocidas se sientan juntas en la oscuridad, relajan sus cuerpos y se abren a una experiencia sensorial común. Lo que podría generar miedo o rechazo —estar en silencio con personas no conocidas—, en realidad produce conexión, una vivencia compartida que no necesita consenso, sino presencia".
"El cine no exige estar de acuerdo con lo que muestra. No se trata de validar ideas, sino de sentir colectivamente, de entrar en diálogo con lo que se ve, incluso si nos incomoda o nos es ajeno", detallan.
El barrio zaragozano del Casco Histórico, con su código postal 50.003, es "un ejemplo claro de diversidad". "Frente a la etiqueta de ser o no ser target. Apostar por lo transversal, como la la calle. Por la mezcla, por la posibilidad de que personas muy distintas accedan al cine desde lugares igualmente válidos".
En este territorio conviven vecinos y vecinas con realidades culturales y sociales muy distintas. Una proyección en la calle, al aire libre, puede convertirse en "un momento de encuentro inesperado, donde se cruza gente que quizá nunca se detendría a hablar, pero que en ese rato comparten un tiempo y un espacio".

El cine es un conector
En Proceso nace como "una herramienta para abrir otras posibilidades, para activar el cine como práctica compartida, para salir al espacio público y generar intercambios reales entre vecinas y vecinos, sin dar nada por supuesto".
Proyectar películas y hablar de los procesos creativos como "una estrategia para relacionarnos, una apuesta por la mezcla, por la diferencia, por asumir que no todos compartimos los mismos criterios y que está bien así". "Por mellar el binarismo autor-creador y todos los demás".
Ese es el origen: "una necesidad de encuentro, un deseo articular preguntas y respuestas desde la cultura, el cine y el barrio".