¡En 2022 caminemos con fraternidad para ensanchar el frente amplio!

¡Menudo año acaba! ¡Qué de sobresaltos en 2021! ¡Qué 12 meses de altibajos! Surfeando las olas, mareados con las curvas, de la erupción del volcán en la Palma a la victoria de Boric en Chile, del recuerdo a todas las buenas personas que se han ido al reencuentro con nuestros seres queridos, de los ricos cada vez más ricos a las redes de solidaridad y apoyo mutuo, de las guerras interminables en Yemen o Etiopía al éxito del humor feminista de Estirando el Chicle, de la política de mierda que contribuye al “todos son iguales” a la vuelta de Ixo …

2022
Nacho Escartín Lasierra.

Menudo año acaba! ¡Qué de sobresaltos en 2021! ¡Qué 12 meses de altibajos! Surfeando las olas, mareados con las curvas, de la erupción del volcán en la Palma a la victoria de Boric en Chile, del recuerdo a todas las buenas personas que se han ido al reencuentro con nuestros seres queridos, de los ricos cada vez más ricos a las redes de solidaridad y apoyo mutuo, de las guerras interminables en Yemen o Etiopía al éxito del humor feminista de Estirando el Chicle, de la política de mierda que contribuye al “todos son iguales” a la vuelta de Ixo Rai!, de los vasos medio llenos a los vasos medio vacíos. Y la vida, con todo, sigue.

Para lo que venga, en 2022 y desde ya, me niego a la resignación y al hastío. Tenemos muchos retos por delante y nuestro compromiso es y será con la gente humilde y trabajadora, allí donde viva. Construyendo alternativas y realidades de justicia social; confrontando con argumentos, empatía y sentido común a los ataques furibundos y las mentiras de las derechas neoliberales; conectando con humildad y cercanía con la gente de la calle, para que nuestros anhelos y reivindicaciones se escuchen y lleguen a soluciones en las instituciones.

Con respecto al debate y la evolución en el espacio político del cambio, para conseguir mejorar la vida, necesitamos herramientas colectivas abiertas y acogedoras, para mantener viva nuestra inteligencia y audacia, para recuperar la ilusión y confianza de la mayoría. Con apertura para la escucha, el debate y la participación, para aunar al mayor número de voces y personas. No nos importa de dónde venga la gente, nos importa adonde vamos. Para llegar a la inmensa mayoría, debemos hablar al pueblo, para luchar con más rasmia y ganar en democracia, libertad y derechos.

En este camino, ha emergido la figura de Yolanda Díaz, que representa el trabajo constante, colectivo y sin estridencias, para mejorar la vida de la gente, desde el diálogo y con pragmatismo, hacia acuerdos amplios. Desde la Vicepresidencia del Gobierno de España y el Ministerio de Trabajo, nada menos. Tener de nuestro lado a la política española mejor valorada es importante. Como lo es el trabajo colectivo en diferentes instituciones, que muestra y demuestra que gestionamos mejor que las fuerzas reaccionarias y neoliberales, que al pueblo le va mejor cuando actuamos hacia la igualdad y la justicia social. Y esto no es fácil en plena pandemia.

Hace falta más. Para ensanchar los espacios del cambio y abrirlos a más personas, desde Aragón y donde estés, hacemos y haremos nuestra parte, para cooperar con muchas personas que, de una u otra forma, sufrimos las consecuencias de sistema que empobrece la vida, destruye la naturaleza, precariza los trabajos, pone en riesgo nuestra salud, ensancha las desigualdades y provoca mucho dolor. Desde las pequeñas cosas cotidianas, el día a día, a los retos electorales y las transformaciones políticas profundas.

Nuestro principal compromiso debe ser contribuir a abrir espacios para la gente, que más personas participen y se impliquen para que tengamos fuerza en los gobiernos y en las calles para mejorar la vida de la mayoría. Los retos que tenemos por delante necesitan mucha generosidad y un proyecto muy participado, con metodologías abiertas y ambición en las propuestas y las conquistas. Ahí estaré y me tendrán, con toda mi alegría, energía y constancia.

Pablo Bustinduy lo expresa de maravilla con estas palabras: “Hoy existen todos los mimbres para salir de ese impasse: la repolitización del rol del Estado, del trabajo, de la fiscalidad, de la industria, de las cadenas de valor, de la idea misma de bienestar, son herramientas más que suficientes para trascender la reacción al descontento y abrirse a la construcción en positivo de un paradigma económico nuevo, de una transición ecológica justa, y de un orden social más democrático e incluyente. Levantar ese proyecto quiere decir mucho más que juntar una lista de siglas o medidas. Se trata de proponer un horizonte, una idea coherente de alternativa sobre la que movilizar una identidad y una idea de país en modo afirmativo. No se trata solo de reaccionar ante el peligro y la irracionalidad política de la ultraderecha. Se trata de abrir paso a un futuro en el que podamos aspirar a más y no a menos”. Y estoy de acuerdo. Feliz 2022.

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