En Aragón cada día hay más pueblos rebeldes, más manifiestos, más recogidas de firmas, más acciones y personas en contra de la “invasión” de las renovables. El lema “renovables sí pero no así” también se ha materializado en A Fueva que como muchos otros municipios y comarcas han visto cómo la llamada energía verde podría hacer peligrar la biodiversidad y las posibilidades de frenar la despoblación de las zonas rurales.
El concejal de A Fueva, Carlos Espluga, explica a AraInfo que el conflicto comenzó en el verano de 2020 cuando la empresa se puso en contacto con vecinas y vecinos del valle. Sin embargo, reconoce que “nadie se esperaba que fuese a ser una cosa tan grande”. Fue recientemente cuando los Ayuntamientos de Palo y A Fueva recibieron la solicitud de compatibilidad urbanística. Sin embargo, Espluga reconoce que “la preocupación empieza quince días antes de que llegara al Ayuntamiento cuando la empresa empieza a llamar por teléfono a los propietarios para ver si cerraban los contratos”.
"Fueron llamando desde la parte más al sur, la zona de Palo, y fueron subiendo hasta la parte norte del valle. Aquí es donde comenzó realmente la preocupación: Al principio parecía o se creía que iba a ocupar una pequeña parte del valle, en la zona más próxima a la zona de conexión con Mediano y al solicitar fincas en la parte más alejada de esta zona saltaron todas las alarmas, porque empezó a dar la impresión de que esto no tenía límite" , explica el concejal.
Cuando llegó la solicitud, las vecinas y vecinos de la zona ya habían empezado a recoger firmas, en una semana habían conseguido que 340 personas firmaran un manifiesto y creado la plataforma ‘La Fueva no se Vende’. En palabras de Espluga “el sentir general es que La Fueva no quiere placas” y lo cierto es que en A Fueva hay censadas unas 600 personas y en Palo 26, según datos de 2020.
La plataforma La Fueva no se Vende lucha en contra de tres megaproyectos que inundarían de placas solares unas 418 hectáreas. En sus redes sociales ya han colgado algunas imágenes del resultado de otros proyectos que ya se han llevado a cabo. Una forma de ver lo que podría ocurrirle a Aragón en caso de que las decenas de proyectos que se encuentran en trámite se llevaran a cabo.
Este es el parque solar de Don Rodrigo, uno de los mas grandes de Europa (300ha)
En #lafueva quieren ocupar 418 ha.
Reflexionar.@GobAragon @RuralSostenible @ALAS_alianza @PDMAAragon @Plat_T_EcoJusta @AgriculturAnd @AmbienteNacion @ResistnciaRura1 @puebl_oo @AgriculturaAR pic.twitter.com/94QYufbEDe— LA FUEVA NO SE VENDE #PLACASSOLARESASÍNO (@PlacasNOlafueva) May 31, 2021
Regular antes de construir
No obstante, Espluga aclara a AraInfo que en el valle no están en contra de la energía renovable, “lo único que pedíamos en el manifiesto de cara a recoger firmas es que se regulara. No puede ser que ahora lleguen aquí, campo a campo, porque había algunas parcelas que estaba al lado de los pueblos. No podía ser que no hubiera regulación. Lo que pedía la firma era regulación”.
Al igual que ocurre con otros sectores, lo que reclaman desde A Fueva es que se apruebe una normativa que regule la instalación de estas placas solares y permita mantener la biodiversidad de la zona.
Cómo denuncian otras coordinadoras y plataformas en contra de la instalación de macroproyectos fotovoltaicos o eólicos, La Fueva no se Vende reclama que estas empresas energéticas lejos de revertir la despoblación, solo pretenden extraer los recursos de zona para entregárselos a zonas más ricas y pobladas.
Vistas desde el castillo de Morillo de Monclús.
Tierras vivas, fértiles,trabajadas y con futuro.
Estos son algunos de los campos que quieren llenar de placas😔
❌no lo vamos a permitir❌ pic.twitter.com/OxcUzvXJXE— LA FUEVA NO SE VENDE #PLACASSOLARESASÍNO (@PlacasNOlafueva) June 2, 2021
“Si vienen y dicen vamos a crear 20 puestos de trabajo pues los recibimos con los brazos abiertos porque es algo que va a repercutir en el municipio pero que te vengan a instalar 200 o 400 hectáreas de placas solares, es que no crea un solo puesto de trabajo”, de hecho el concejal señala que destruir el paisaje es destruir lo único que fija población.
"Muchas de las personas que vinieron a vivir aquí fue por que les enamoró el valle, de hecho, el colegio está lleno gracias en parte a quienes han venido de fuera a vivir aquí, pero si en lugar de un valle verde te encuentras un pantano de placas solares ¿En qué momento decides que este es el sitio en el que quieres vivir? Realmente esto frena la llegada de nuevos vecinos y favorece la despoblación", denuncia Espluga.
Romper el discurso del greenwashing
No, los pueblos de Aragón no son negacionistas del cambio climático. Buena cuenta de ello da el especial de AraInfo, ‘renovables sí, pero no así’ en el que se pueden encontrar varios estudios y noticias sobre cómo el greenwashing podría arruinar la biodiversidad aragonesa.
Este discurso falaz de gobiernos y empresas energéticas es una de las cuestiones que más preocupa a Carlos Espluga, sobre todo en las redes sociales y la mala percepción que tiene el público general sobre las gentes de las zonas rurales.
"La impresión que nos da por respuestas en redes sociales, cuando se publica que La Fueva no quiere placas, suele ir ligada a que en los pueblos 'nos gusta contaminar con los tractores' o que 'no nos enteramos', etc. y, al final, no es una cuestión de no enterarnos, si no todo lo contrario. Estamos a favor de las placas, pero así no, no hipotecando nuestra forma de vida y la tierra, si no a través de fórmulas que fomenten el autoconsumo. También es cierto que cuando les explicas lo que aquí quieren hacer, muchos terminan mostrando todo su apoyo."
Él mismo relata cómo su proyecto de camping cuenta con la instalación de placas solares: “Considero que es una forma de reducir la huella de carbono pero generando energía en el mismo sitio donde la consumo. No voy a producir energía para que se gaste en Zaragoza o en Barcelona”.

En caso de toparse con uno de esos tantos ‘ofendiditos’ de las redes sociales, como los llama la escritora y periodista Lucía Lijtmaer, Carlos Espluga añade: “No tenemos nada en contra de los de Zaragoza o Barcelona pero al final hipotecas tu terreno, como pasó con los pantanos. Estás utilizando tu tierra, te quedas sin poder trabajar en tu zona para generar luz para otro sitio y resulta que aquí en los años 60 estabas produciendo electricidad y estaban las casas sin luz. Tiene sentido en la época en la que estaban pero a día de hoy son cosas que no tienen sentido”.
El éxodo rural era esto
Después de acciones como el mensaje desde el cielo de “placas no”, la recogida de firmas y la acción en redes sociales donde están continuamente subiendo contenido, desde esta plataforma anuncian que las siguientes acciones esperan visibilizar el éxodo que han producido y producen estos megaproyectos energéticos tan presentes en la zona.

Y es que esta zona del Pirineo aragonés ya sufrió en la década de los sesenta el ataque de las empresas energéticas con la construcción del embalse de Mediano. Un embalse que además de inundar el valle provocó el éxodo de la población de las zonas cercanas al embalse como es el caso de La Fueva o Palo.