El sector primario de Sobrarbe alerta de la ausencia de relevo generacional y la falta de ayudas

Esta es una de las reglexiones que profesionales del ámbito ganadero comarcal expusieron en una mesa de debate celebrada durante la Ferieta de L’Ainsa

Foto: Ayuntamiento de L'Ainsa-Sobrarbe

La Ferieta de L’Ainsa recuperaba este fin de semana su esencia más primigenia al posicionarse nuevamente como espacio donde intercambiar, comprar, vender o debatir sobre la realidad actual de la ganadería en extensivo y la agricultura familiar en Sobrarbe.

Precisamente en esta edición el comité organizador, integrado por representantes de las instituciones, de los sindicatos y de las asociaciones vinculadas al sector primario, decidió dar una cobertura especial a las demandas, necesidades y preocupaciones del territorio promoviendo un coloquio que tuvo lugar la tarde del sábado en la Torre del Homenaje.

Laura Bielsa Uche y Andrés Bielsa Miró, profesionales de la ganadería de la zona, junto a José Ramón Olivar, presidente de la Cooperativa Agropecuaria de Sobrarbe, y Carlos Calvo, portavoz de la Oficina Comarcal Agroambiental (OCA), abrieron desde sus propias experiencias la veda del debate.

El temor a que la ganadería en extensivo desaparezca por la notoria falta de relevo generacional fue una de las conclusiones unánimes, un hecho que inevitablemente lleva al desencanto y a la desilusión de sus protagonistas. La incertidumbre se asienta sobre los datos que la propia OCA maneja: actualmente existen en la comarca 400 explotaciones ganaderas, 50 menos que las existentes en el año 2015. La disminución afecta básicamente a la ganadería ovina.

Durante la charla se comentó que habían surgido iniciativas de jóvenes que querían comenzar con 35 o 40 cabezas de vacuno, cantidad que no se ajusta a los mínimos requeridos en todo Aragón para percibir ayudas y motivo por el cual acababan desistiendo.

Concretamente han sido medio centenar las personas que se han incorporado a la ganadería desde el año de 2015, algunos sin recibir ayudas por la razón expuesta. Por eso, consideran que la falta de sensibilidad a la hora de dictar las normativas sumado a las dificultades de unirse partiendo de cero hacen realmente difícil la sostenibilidad a futuro de la ganadería extensiva en Sobrarbe.

Foto: Ayuntamiento de L'Ainsa-Sobrarbe

En lo que a la normativa se refiere, los criterios establecidos por la PAC, afirmaban, "no tienen en cuenta las peculiaridades de la orografía montañosa sobrarbense", más propicia para impulsar explotaciones pequeñas que asienten población en los pueblos y que contribuyan al mantenimiento de los entornos naturales. Denunciaban que se daba la situación de verse obligados a declarar más pastos de los que en realidad necesitan para recibir subvenciones y que, por otra parte, los pastos tienen una catalogación que les convierte en susceptibles de percibir ayudas o no, algo que, alertan, está conduciendo a la especulación y a la búsqueda de superficies incluso fuera de los municipios donde desempeñan su actividad.

A estos impedimentos se sumaron la complejidad de la burocracia electrónica, la sensación de que es el propio sector el que se adapta continuamente a los cambios en la legislación, la falta de acompañamiento, asesoramiento y formación que la administración facilitaba años atrás, el aumento de los costes de producción y la devaluación del producto que comercializan. En conjunto una serie de problemáticas con las que ven peligrar todo lo que en la comarca se ha venido trabajando desde hace tiempo, ya sea la recuperación de razas autóctonas, la puesta en marcha de proyectos de cooperación o las sinergias establecidas con el sector turístico.

Asentar población

Frente a la preocupación creciente, los trabajadores y trabajadoras del sector primario en Sobrarbe trataron de poner en valor el impacto que su actividad genera en la zona, entre ellas la fijación de nuevos moradores y la conservación de los paisajes no solo como fuente de salud, sino como atractivo turístico capaz de generar riqueza y dinamismo a los pueblos. En ese aspecto cabe señalar la tendencia a la reducción de la cabaña en los puertos, siendo los espacios naturales protegidos los principales perjudicados.

Remarcaban en esa dirección el hecho de que las visitas al Parque de Ordesa y Monte Perdido hayan superado el medio millón durante el año 2021, y cómo el turismo puede verse seriamente afectado si no se exploran estrategias que estimulen el emprendimiento en la ganadería extensiva, dado que el pastoralismo es altamente eficaz para mantener caminos y montes y prevenir incendios. La ganadería en extensivo y la agricultura familiar se integran, además, en la dinámica de la economía circular, favoreciendo el consumo de kilómetro cero y reduciendo la huella de carbono.

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