La alondra ricotí (Chersophilus duponti), conocida como rocín en Aragón por las sílabas de su canto, es un ave escasa y localizada, de plumaje marrón, de costumbres discretas, difícil de detectar, cuyas poblaciones europeas se encuentran restringidas a territorio español. El resto de sus efectivos se encuentran en el norte de África. Su presencia en Aragón había pasado tan desapercibida para la ciencia que no sería hasta 1981 cuando el naturalista y ornitólogo Adolfo Aragüés pudo anillar los primeros ejemplares en las saladas de Alcanyiz.
Se trata de una especie exigente en cuanto a sus requerimientos de hábitat y estructura de la vegetación que ocupa de áreas llanas o suavemente alomadas, con vegetación natural rala y dispersa como tomillares, espartales y saladares. En Aragón habita zonas esteparias tanto del valle del Ebro como de las parameras del sistema ibérico zaragozano y turolense.
“La amenaza más importante para la especie es la pérdida y la fragmentación del hábitat. Las causas relevantes en el declive del rocín, especialmente durante las últimas décadas, han sido la ocupación y transformación de los usos del suelo por roturación de tierras, concentraciones parcelarias o expansión de regadíos y la instalación de infraestructuras, entre ellas las de producción de energías renovables”, explican desde las entidades ecologistas.
La especie está incluida en el catálogo de especies amenazadas pero no se ha llegado a aprobar el plan de conservación a que obliga la ley para salvaguardar sus territorios.

En 1998 el Gobierno de Aragón la declaró mascota de su programa de educación ambiental. Pero a pesar de la propaganda, desde entonces sus poblaciones han ido menguando al convertir las mejores estepas aragonesas en polígonos industriales como el PTR López Soriano y el Empresarium de Terinza o en vertederos como el de Sudismín de Las Canteras de Torrero o con el parque eólico El Espartal construido a instancias de la Expo 2008 junto a la Salada de Mediana, todos en las estepas del sur de Zaragoza capital.
En estos momentos de expansión de centenares de parques eólicos y fotovoltaicos en las estepas y páramos aragoneses, con el añadido de miles de kilómetros de nuevos caminos, vallados, subestaciones y tendidos eléctricos, sus poblaciones están sufriendo una agresión sin precedentes ya que el Instituto de Gestión Ambiental (INAGA) autoriza estos proyectos industriales “amparándose en que no está aprobado el plan de conservación de la especie, al igual que el de otras aves esteparias amenazadas como ganga ibérica, ortega, sisón y avutarda”, apuntan. Y sin considerar los estudios científicos que demuestran que los efectos negativos de los parques eólicos sobre las poblaciones de rocín alcanzan un radio de 4,5 km.
El proceso de ocupación se ha agudizado con el reciente parque eólico El Portillo de La Muela y el proyectado parque eólico Montañés en el Monte de Torrero o los parques fotovoltaicos San Miguel A en Fuentes de Ebro y de Acampo Estrén en Zaragoza, todos ellos directamente sobre territorios de rocín. También están amenazados el Campo de Romanos y las parameras de Teruel.
Después de 40 años de su descubrimiento del rocín en Aragón, desde Amigos de la Tierra Aragón y Ansar denuncian tanto la calculada maniobra de retrasar y paralizar el plan para la conservación de la especie mientras se aceleran las autorizaciones para nuevos parques eólicos y fotovoltaicos, como la regresión general que sufre Aragón en materia de preservación de la biodiversidad, “estrangulada por la pinza del Departamento de Agricultura de Joaquín Olona con el de Industria de Arturo Aliaga con la palanca del INAGA que dirige Jesús Lobera”, denuncian desde estos grupos ecologistas.
Las asociaciones Amigos de la Tierra Aragón, ANSAR, SEOBirdLife Aragón y Ecologistas en Acción de Zaragoza demandan urgentemente tanto la actualización del censo de la especie para determinar su distribución, como la aprobación del plan de conservación de la especie y la publicación de un mapa con las zonas de exclusión de las nuevas infraestructuras en áreas sensibles para esta avifauna esteparia que es de gran importancia natural y científica en el Sur de Europa.