El capo del Clan de los Borbones, Felipe VI, se ha visto obligado a hacer público que posee un patrimonio personal de 2,5 millones de euros y numerosos objetos de arte, antigüedades y joyas de ‘carácter personal’ en un intento de transparencia que llega tarde, mal y sin mayores explicaciones.
Cabe recordar que el actual jefe del Estado español no fugado, rey de España, y líder del Clan de los Borbones, obtuvo una mayoría aplastante en su elección democrática: el 100% de sus espermatozoides votaron por él.
“Los ciudadanos demandan con toda la razón que los principios morales y éticos inspiren la ejemplaridad de nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de todos los ciudadanos”, afirmaba sin rubor y en tercera persona el rey no fugado por ahora.
Este movimiento interno en el Clan de los Borbones se ha producido un día antes de la aprobación, este mismo martes, por el Consejo de Ministros español de un Real Decreto para reformar, o blanquear, la estructura y el funcionamiento de la Casa del Rey.
Felipe VI incumple su Constitución
Además de esta triquiñuela mediática para intentar blanquear su imagen al reconocer un patrimonio millonario, el rey se ha permitido ciscarse en su Constitución e incumplir su obligación de imparcialidad y neutralidad política. Ha decido informar únicamente a sus partidos políticos afines y excluir a quienes no le gustan, por lo que sea, en concreto ha excluido a ERC, Junts, EH Bildu, Cup y BNG.
Así, y siguiendo el camino de la ejemplaridad de su padre, el rey fugado, que se escudaba en su ‘inviolabilidad constitucional’ para perpetrar todo tipo de fechorías, el nuevo y preparadísimo jefe del Clan ha decidido -democráticamente con sus espermatozoides- que lo del mandato constitucional no va con él, que igual es solo para reyes fugados pero no para reyes residentes.
El movimiento de Felipe VI trata de ocultar los desmanes del resto del Clan
No menos destacable es su estrategia de protección del resto de componentes del Clan, pues haciendo público su patrimonio -ganado con el sudor de nuestra frente- pretende echar una cortina de humo sobre el total y origen de las fortunas de sus familiares.
Felipe VI no ha aclarado nada sobre la fortuna de su padre, que revistas tan de su agrado como Forbes sitúan en al menos 2.000 millones de euros -el que nace ahorrador guarda para la vejez-. Tampoco ha dicho ni pío de la reina madre ni de la reina más joven. Y aún menos, de sus hermanas, infantas, sobrinos, grandes de españa, primas, pequeñas de españa, tías, y amigos comisionistas íntimos del Clan.
La trama de corrupción y mamoneo del Estado español abarca desde el líder del Clan de los Borbones hasta el último concejalillo de ultraderecha llegado a su chiringuito.
Tantas décadas de saqueo del dinero de todas implica necesariamente la, al menos, complicidad de los partidos afines al monarca y amplísimos sectores del empresariado, judicatura, fuerzas de seguridad, servicios de inteligencia y oligarcas mediáticos, todos ellos se benefician del saqueo mientras se tapan y cubren unos a otros.
