El promotor alemán del hospital privado de Zaragoza es uno de los principales contratistas de la DGA

Fresenius, que se hizo con el Grupo Quiron hace ya cuatro años y que dos después admitió prácticas corruptas en 17 países, es el principal gestor de los servicios privatizados de diálisis en Aragón mediante contratas de cuantías millonarias

hospital

Fresenius Helios, el grupo de matriz alemana que hace cuatro años compró el zaragozano Quirón y que ahora impulsa la construcción de un hospital privado en unos terrenos municipales de la avenida Gómez Laguna de Zaragoza, es cualquier cosa menos nuevo en Aragón.

De hecho, ya no era nada nuevo cuando se hizo con el consorcio sanitario fundado por Publio Cordón, puesto que llevaba años operando como contratista del Gobierno aragonés, para quien es uno de los principales proveedores de servicios de hemodiálisis.

Ese flanco del negocio lleva años proporcionándole contratas millonarias, caso de las nueve por un valor conjunto de 1,63 millones de euros, algunos de ellos negociados sin publicidad, que la Cámara de Cuentas incluyó en su fiscalización de la Cuenta General de la comunidad en 2015.

El hecho de que se trate de un muestreo aleatorio de contratos, y no sistemático, permite hacerse una idea de la frecuencia con la que Fresenius, uno de los principales grupos del sector de la sanidad privada en el Estado español, lleva años contratando con el Gobierno de Aragón, algo de lo que también viene dando cuenta el BOA (1, 2, 3, 4), donde es frecuente la inclusión del consorcio americano y de sus filiales en las adjudicaciones del ámbito sanitario.

Llama la atención que las ofertas se acercan a menudo a la mitad del precio de licitación de los contratos que saca a concurso el Gobierno de Aragón, una tendencia que lleva más de una década dándose, según puede observarse consultando el boletín oficial.

Una posición de dominio cercana al monopolio

La situación de Fresenius Helios y sus empresas filiales (Kabi, Span y Medical Care, entre otras) y asociadas en el servicio de hemodiálisis de la sanidad pública aragonesa anda, en la práctica, en un rango de claro dominio que algunas fuentes del sector consideran más bien cercana al monopolio.

Así, el grupo alemán gestiona la totalidad de los tratamientos de esa especialidad en los hospitales Miguel Servet de Zaragoza y San Jorge de Uesca y en torno al 80% tanto en el Clínico como en el centro de especialidades Inocencio Jiménez, ambos en la capital, a lo que, mientras la Consejería de Salud prepara los concursos de ese servicio en los centros sanitarios públicos de Balbastro y de Calatayud, a los que tendría intención de optar, se le suma el 100% del mismo en algunos concertados como los de San Juan de Dios o de Alcanyiz.

La hemodiálisis llega a suponer, según la fuente que se consulte, entre el 3% y el 4% del gasto sanitario en el Estado español, lo que supone una tajada de entre 2.100 y 2.800 millones de euros al años, de un pastel de algo más de 71.000 (antes de la pandemia), que se reparten entre ocho empresas entre las que Fresenius Helios es la principal.

Los beneficios de esa boyante línea de negocio, a la que se unen los de otras entre las que destaca la gestión de clínicas privadas, cuyos ingresos de origen público ya superan la cuarta parte del total al duplicar a los que generan los clientes privados, aunque quedan por debajo de la mitad del 65% que proceden de los conciertos con las compañías de seguros.

Fresenius Helios, que ya era el principal operador de la sanidad privada europea, se situó como líder de la española en 2017 al hacerse por 5.700 millones de euros con Quironsalud, el grupo zaragozano que para entonces llevaba cinco años creciendo y engullendo antiguos competidores como Teknon, Dexeus y Rúber tras la entrada consecutiva en su accionariado de fondos de capital-riesgo como Dougthy Hanson y CVC.

Antecedentes de prácticas corruptas en 17 países

Hoy la principal filial de los alemanes en el Estado español, Helios Spain, factura más de 2.500 millones de euros en el Estado y sus beneficios brutos se acercan a los 300 al año, unos márgenes que, junto con los que obtienen sus filiales, le han llevado a proyectar su cuarto establecimiento sanitario en Zaragoza, junto con la clínica Quirón, su centro de día y los laboratorios.

Para ello han sido los únicos en pujar por una parcela de 26.000 metros cuadrados situada en la prolongación de la avenida Gómez Laguna de Zaragoza por la que, en principio, pagarán alrededor de quince millones de euros a un ayuntamiento cuyo equipo de gobierno de centroderecha dependiente de la ultraderecha ya fiaba el eventual equilibrio de las cuentas a la venta de suelo en sus primeros presupuestos, los del 2020 aprobados antes de la pandemia.

La operación ha provocado el rechazo de amplios sectores de la sociedad aragonesa, por suponer la vuelta a las políticas del trasiego de suelos y las expectativas de pelotazos, y de los grupos de la izquierda, radical en el caso de ZeC y Podemos y condicionada al uso de los ingresos que deje finalmente la operación en el caso del PSOE.

En ese debate no han aflorado algunos de los antecedentes que figuran en el historial de Fresenius Helios, caso de los sobornos (pagos inapropiados, regalos y viajes, informó El País) a médicos de hospitales públicos de Barcelona, Almería, Valencia y de varios países de Europa y América para obtener información confidencial sobre concursos públicos y para mejorar sus facturaciones que el grupo alemán admitió ante el Departamento de Justicia y la SEC (Comisión de Bolsa y Valores) estadounidenses de EEUU.

A mediados de 2019 aceptó con ambos un acuerdo extrajudicial por el que tuvo que pagar más de 200 millones de euros “para evitar ser procesada por haber violado la ley de prácticas corruptas en el extranjero en 17 países, entre ellos España”.

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