El miserable

Intervenía Alfonso Guerra en una cadena de radio estatal y como es costumbre en él no se iba a morder la lengua. Por no envenenarse. Aquel que de niño veía como el andaluz que se había convertido en azote de Manuel Fraga, o de Hernández Mancha, o de quien fuera que dirigiera las huestes populares en ese momento, ha mutado en una suerte de pollavieja capitalista y apesebrado que es capaz de vomitar barbaridades como las que hoy ha lanzado. No había pasado ni un minuto cuando Guerra entraba al trapo de Venezuela tendido por Pepa Bueno. “Sabe todo el …

Alfonso Guerra.

Intervenía Alfonso Guerra en una cadena de radio estatal y como es costumbre en él no se iba a morder la lengua. Por no envenenarse. Aquel que de niño veía como el andaluz que se había convertido en azote de Manuel Fraga, o de Hernández Mancha, o de quien fuera que dirigiera las huestes populares en ese momento, ha mutado en una suerte de pollavieja capitalista y apesebrado que es capaz de vomitar barbaridades como las que hoy ha lanzado.

No había pasado ni un minuto cuando Guerra entraba al trapo de Venezuela tendido por Pepa Bueno. “Sabe todo el mundo hace mucho tiempo que Venezuela está sufriendo una dictadura, además incompetente. Porque a veces las dictaduras liquidan la libertad de los pueblos pero al menos tienen eficacia en el terreno económico o en el terreno de los servicios… Esta es una dictadura que además no sirve para nada y está llevando a la ruina a la nación desde el punto de vista moral, físico, material, clínico… es una ruina total”.

Tamañas afirmaciones pasaban prácticamente desapercibidas en el estudio hasta que por fin, y menos mal, Antón Losada le interpelaba al respecto poniendo de relieve su estupefacción ante tamañas palabras. “Me cuesta trabajo entenderle, porque el coste de esa eficacia es tan alto que es difícil hablar de eficacia”, le respondía el gallego ante lo que era a todas luces una animalada.

Guerra trató de explicar lo inexplicable. “Es una ruina total. Entre la dictadura de Pinochet, horrible, y la dictadura de Maduro, horrible, hay una diferencia, que en un sitio (Chile) la economía no se cayó y en otro sí se ha caído. No querer ver esa diferencia es ponerse una venda”. Y añado yo, y querer pintarla es una salvajada, señor Guerra, un acto miserable.

La dictadura de Pinochet, además de provenir de un golpe de Estado financiado por la CIA en muchos de sus segmentos; de ser precedida por el bloqueo económico de los Estados Unidos, que además instigó al resto de los países al boicot a los productos mineros chilenos; y de estar precedida por los ataques violentos de organizaciones de la extrema derecha; además de todo eso, generó un mínimo, pues son datos de la propia dictadura, de 40.000 víctimas y más de 3.000 personas muertas y desaparecidas.

La supuestamente eficiente en lo económico dictadura de Pinochet, respaldada por sus grandes amigos ultraliberales Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entró tres veces en recesión en el plazo de 17 años y generó unos altísimos niveles de paro que jamás bajó del 20%, consiguiendo hacer despegar su PIB gracias a la explotación de una clase obrera que tuvo que aceptar trabajos cada vez más precarios sin posibilidad de sindicarse, pues las organizaciones obreras fueron prohibidas.

Militar en un partido que se dice socialista y obrero y a la vez llamar “eficiencia económica” a las políticas de Milton Friedman y su grupo de Chicago que desde las carteras de Economía y Hacienda chilenas despidieron al 30% de los empleados públicos, aumentaron el IVA y redujeron el gasto público en algo más de un 20%, es de ser un miserable, sobre todo porque cuando sus números macroeconómicos comenzaron a ser buenos fue siempre a costa de la precariedad de las clases trabajadoras.

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