El Gobierno de Zaragoza ignora al sector y recorta un millón de euros el presupuesto de los programas culturales

El incumplimiento reiterado por el consistorio del principio de transparencia e información, que señala el Reglamento del Consejo de Cultura desde su primer artículo, ha llevado al punto de impedir a las Mesas Sectoriales la función de interlocutores de los diversos sectores culturales

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Sara Fernández. Foto: Daniel Marcos.

Siendo una de las principales misiones del Consejo de Cultura velar por el compromiso del Ayuntamiento con su ciudadanía en materia de cultura, su concejalía renuncia a ofrecer documentación, a dialogar y consensuar con los representantes del Consejo cualquiera de sus acuerdos municipales. En un segundo año afectado por la pandemia y en un sector tan frágil como el cultural, la Sociedad Municipal Zaragoza Cultural ha reducido el presupuesto de los programas culturales en más de un millón de euros. Y las subvenciones de libre concurrencia, cuyo presupuesto se amplió a final del año pasado, en lugar de mantenerse e incluso ampliarse, como pedía el Consejo de Cultura, “este año vuelve prácticamente a sus exiguas cifras iniciales”, explican desde la Mesa.

Ayuntamientos de ciudades similares a Zaragoza han reaccionado de muy diferente forma ofreciendo Planes de Medidas, manteniendo los presupuestos de las ayudas habituales de Cultura, pero adicionalmente aportando una cantidad similar o superior para poder aplicar nuevas medidas excepcionales, como el Bono de Cultura, la Bolsa para proyectos creativos y culturales abierta a cualquier tipo de actividad cultural y a cualquier personalidad jurídica, o el apoyo extraordinario a Proyectos y Sectores claves de la Cultura.

“Además, manifiestan un compromiso de los equipamientos culturales municipales con los agentes culturales locales, con acompañamiento de las y los técnicos municipales colaborando en el diseño de las actividades, para facilitar que éstas se realicen con todas las garantías de seguridad”, señalan desde la Mesa de Coordinación. Y todo ello con un Equipo de Trabajo de coordinación interna, y una Comisión de Seguimiento, para el reporte, evaluación y, en su caso, adecuación de las medidas adoptadas.

Muy diferente es lo que ocurre en Zaragoza, donde “no hay Plan alguno, y si lo hay no lo han mostrado donde corresponde”. Sin embargo, la Mesa ha criticado algunos proyectos como el Museo Goya que “no comprendemos su necesidad ni el momento de iniciarlo”. El incumplimiento reiterado por el consistorio del principio de transparencia e información, que señala el Reglamento del Consejo de Cultura desde su primer artículo, ha llevado al punto de impedir a las Mesas Sectoriales la función de interlocutores de los diversos sectores culturales. “Esta labor voluntaria sólo se puede desarrollar si fluye la información y se escuchan sus necesidades, que son consensuadas en la mesa de Coordinación para elevarlas al Consejo de Cultura”, subrayan.

Por ello, han insistido, una vez más, sobre la obligación de presentar ante el Consejo la propuesta informada de los presupuestos en materia de cultura, antes de su aprobación, así como la obligación de rendir cuentas de lo ejecutado el año anterior. Ninguna de estas premisas se cumple desde el gobierno municipal, “a pesar de nuestras reiteradas solicitudes, y por ello las reclamamos a través de los medios de comunicación para que la sociedad conozca la realidad de la situación”, concluyen desde la Mesa de Coordinación representante del sector cultural.

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