El Gobierno de Aragón homenajea sin distinción a víctimas y sus verdugos en Carinyena

La DGA ‘resignificó’ este pasado viernes en Carinyena el “Memorial de homenaje y recuerdo a todas las víctimas de la Guerra Civil Española 1936-1939 y de los primeros años de posguerra, sin distinción de su ideología, del bando en el que combatieron, así como de las circunstancias en las que se produjo su fallecimiento” equiparando a las víctimas con sus asesinos y ocultando intencionadamente la historia.

Volvamos al recurrente ejemplo ¿alguien se imagina al gobierno de Baviera equiparando a los verdugos nazis con sus víctimas judías? homenajeándolos juntos para “cerrar heridas”, o qué equiparará los crímenes de guerra del ejercito nazi con la autodefensa de La Resistencia “sin distinción de su ideología, del bando en el que combatieron, o las circunstancias en las que se produjo su fallecimiento” porque hay quehermanar a todas las víctimas del conflicto”. Pues esto es lo que ha pretendido el Gobierno de Aragón en Carinyena con las víctimas de la Guerra del 36 y sus verdugos.

El pasado viernes el cementerio de esta localidad aragonesa acogía -en palabras de la DGA- “la ceremonia de resignificación del monumento de homenaje y recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil”, en un acto que contó con la presencia del consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, y en el que estuvo acompañado por la directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, y el alcalde de la localidad, Sergio Ortiz. El acto consistió en “la inauguración del Memorial de homenaje y recuerdo a todas las víctimas de la Guerra Civil Española 1936-1939 y de los primeros años de posguerra, sin distinción de su ideología, del bando en el que combatieron, así como de las circunstancias en las que se produjo su fallecimiento”, aseguraban sorprendentemente desde la DGA.

“El Memorial que ahora se inaugura pretende recordar y hermanar a todas las víctimas del conflicto, una herida que se pretende cerrar”, tal y como se explicó desde el ayuntamiento “desde un profundo sentido de paz, justicia y reconciliación. Se trata de una ‘resignificación’ del monumento a los caídos, quitando un símbolo franquista, que irá acompañada de una mesa y unos textos integrados. En esta mesa se rinde homenaje a todas las víctimas, dentro del espíritu integrador y de justicia reparadora que debe presidir cualquier acto de memoria democrática”, es decir, las administraciones organizadoras pasan del consenso internacional del ‘Verdad, justicia, y reparación’ a un “paz, justicia y reconciliación” cargado de desazón, injusticia, y olvido.

Cabe destacar la reciente intervención de Pedro Santisteve en el Ayuntamiento de Zaragoza subrayando que “verdad es hablar del terror sembrado tras el golpe militar contra el legítimo gobierno de la República y los más de 40 años de dictadura sangrienta del genocida Franco. Entre 114.000 y 120.000 personas asesinadas y enterradas en cunetas -10.000 en Aragón-, decenas de campos de concentración, decenas de miles de personas encerradas en las cárceles, cientos de miles de personas represaliadas y exiliadas. Dicen hoy nuestras compañeras feministas: 'Porque ellas fueron, nosotras podemos seguir avanzando'. Justicia y reparación supone quitar los honores, sus nombres de las calles, y las medallas concedidas a personas que contribuyeron a perpetrar estos crímenes”, parece complicado pues equiparar a las 10.000 víctimas aragonesas con sus verdugos fascistas.

Sin embargo, el consejero Felipe Faci valoraba “muy positivamente una iniciativa que responde a lo establecido en la Ley 14/2018, de 8 de noviembre, de Memoria Democrática de Aragón. De esta manera, las instituciones contribuyen a tratar de cerrar unas heridas que, demasiado a menudo, han permanecido enquistadas y que solo con actos de reconocimiento como éste pueden llevar un poco de descanso a los familiares de quienes perdieron la vida a lo largo de un conflicto fratricida”, olvida el consejero Faci que para el ‘descanso de los familiares’ es imprescindible localizar a sus muertos, exhumarlos, conocer la verdad, obtener justicia, y, por supuesto, reparación, y que quizá un homenaje conjunto a víctimas y verdugos no cumpla ninguno de estos requisitos.

El Ayuntamiento de Carinyena ha instalado en el frontal del monumento “una placa de granito con un texto de reconciliación entre ambos bandos, quedando ocultos y fuera de la exhibición pública el escudo y las menciones de exaltación al régimen franquista, todo ello en aplicación del artículo 31 de la citada Ley 14/2018”.

Recuerda la corporación municipal que “con el consenso de todos los grupos políticos, decidió abordar a lo largo de 2021 las actuaciones necesarias para resignificar el Monumento a los Caídos que el alcalde Ángel Ferruz Sanz mandó construir en 1941. Por otro lado, se va a instalar una mesa de interpretación que pondrá en contexto la Guerra Civil en Carinyena y que contará con un código QR que dirigirá a un apartado en la página web municipal en la que vendrán relacionados los fallecidos en combate del bando sublevado y los fusilados del bando republicano enterrados en Carinyena, al margen de su procedencia, así como los nombres de varios cariñenenses de ambos bandos fallecidos fuera de la localidad, algunos todavía hoy en paradero desconocido”, más de lo mismo, ¿se imaginan una placa en Auschwitz con todos los nombres de las personas fallecidas juntas, de las asesinadas y sus verdugos, esgrimiendo como única justificación que se trataba de una guerra fratricida entre alemanes?.

Para esta desafortunada ‘resignificación’ el Ayuntamiento de Carinyena ha contado con el asesoramiento de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón “a la hora de dar cumplimiento a la Ley de Memoria Democrática y lo ha hecho desde la tolerancia y el respeto a todos los ciudadanos que perdieron la vida en la Guerra Civil Española 1936-1939, independientemente del bando en el que lucharon o con el cual se identificaron”, reiteran, para concluir afirmando que “80 años después de que se construyera el monumento, este pasará a honrar a todas las víctimas de la contienda. De esta forma, Carinyena realiza un acto imprescindible de justicia y de mirada hacia un futuro de tolerancia y reconciliación”, obviando reiteradamente que para una efectiva reconciliación lo primero e ineludible es alcanzar ‘Verdad, justicia, y reparación’.

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