El día que Azcón participó en las actividades del CSC Luis Buñuel

El CSC Luis Buñuel ya ha sido desalojado. Desalojado por la razón de la fuerza. Esa fuerza que molió a patadas la cabeza de cartón con la cara del cineasta aragonés, uno uno de los más influyentes de todos los tiempos y que daba nombre a este centro social comunitario. Esa fuerza del agrado de un Gobierno municipal de las tres derechas zaragozanas, PP, Ciudadanos y Vox, con el alcalde Jorge Azcón al frente, acostumbrado a usar su rodillo para gestionar con mano de hierro. En un intento de justificar el desalojo, durante las últimas semanas hemos escuchado a concejales …

Jorge Azcón, ahora alcalde de Zaragoza y entonces líder de la oposición, durante unas jornadas celebradas en el Luis Buñuel | Foto: Pablo Ibáñez

El CSC Luis Buñuel ya ha sido desalojado. Desalojado por la razón de la fuerza. Esa fuerza que molió a patadas la cabeza de cartón con la cara del cineasta aragonés, uno uno de los más influyentes de todos los tiempos y que daba nombre a este centro social comunitario. Esa fuerza del agrado de un Gobierno municipal de las tres derechas zaragozanas, PP, Ciudadanos y Vox, con el alcalde Jorge Azcón al frente, acostumbrado a usar su rodillo para gestionar con mano de hierro.

En un intento de justificar el desalojo, durante las últimas semanas hemos escuchado a concejales y concejalas del Gobierno de Azcón repetir hasta la saciedad consignas del estilo de: "Se está utilizando un equipamiento municipal para el uso de unos pocos, restringiendo el acceso al resto del público". Así lo afirmó Javier Rodrigo (Cs), concejal de participación ciudadana en el Ayuntamiento, de ante los micrófonos de Radio Zaragoza.

Pero, entonces... ¿Cómo pudo entrar el mismo Jorge Azcón a las 'Jornadas por la Remunicipalización de los Servicios Públicos' que se celebraron, con gran éxito por cierto, el 26 de septiembre de 2016 en el Luis Buñuel?

Aquel día, el entonces portavoz de la oposición estuvo presente en la sesión de la tarde, en el último bloque de charlas de las jornadas. Como recoge la crónica que publicó este medio, "se le pudo ver en varias ocasiones sonreír ante alguno de los comentarios que se realizaron en la ronda de preguntas del público a los ponentes".

Si Azcón accedió al Buñuel, atravesando esos infranqueables muros imaginarios de los que su corporación no ha dejado de hablar, cualquier persona humana y no humana de este mundo y otros mundos de la galaxia podría haber entrado en el espacio con total libertad. Un espacio abierto, como han dicho unas y mil veces las personas que le han dado vida en los últimos 12 años.

Mentiras a un lado, desmontadas por la propia Asamblea del Buñuel, lo que ha dejado claro el Gobierno de Azcón es que la participación ciudadana y un modelo autogestionado de cultura comunitaria alejado de los tentáculos de empresas privadas o público-privadas, palabro tan de moda ahora, les asusta. Y les asusta porque no lo pueden controlar. Y por tanto, no lo pueden mercantilizar.

La cuestión es que no habrá un centro cívico en la ciudad que sea capaz de cubrir tantas necesidades, capaz de dar cobijo a tantas actividades, capaz de acoger a tantas personas diversas, como sí lo ha sido el Luis Buñuel.

Por eso se han cargado este espacio. No porque quieran abrir "un equipamiento vecinal para el uso de todos los vecinos", ni por una sentencia judicial -que a día de hoy no es firme-, sino por una razón política. Y por eso, los cimientos sobre los que se construyó el proyecto del CSC Luis Buñuel nunca podrán ser derribados.


Más información en el especial #ElBuñuelNoSeRinde.

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