El Consejo de Salud de San Pablo a propósito de la criminalización y estigmatización del barrio en los medios

El lugar y el contexto donde las personas viven afecta a su salud. La pobreza y la desigualdad son los principales determinantes de la salud de las personas. El Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social señala que en España el 8% de la población sufre una pobreza severa, y casi un tercio de la población está en riesgo de pobreza y exclusión social. Los últimos años además ha aumentado mucho la brecha entre los hogares con rentas más altas y más bajas. De hecho, España es el país de renta alta con mayor pobreza y desigualdad de la Unión …

barrio enfrente del buñuel
San Pablo.

El lugar y el contexto donde las personas viven afecta a su salud. La pobreza y la desigualdad son los principales determinantes de la salud de las personas. El Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social señala que en España el 8% de la población sufre una pobreza severa, y casi un tercio de la población está en riesgo de pobreza y exclusión social. Los últimos años además ha aumentado mucho la brecha entre los hogares con rentas más altas y más bajas. De hecho, España es el país de renta alta con mayor pobreza y desigualdad de la Unión Europea. La distribución de la población con dificultades no es homogénea en las ciudades y hay barrios donde se concentran más las situaciones de pobreza y exclusión. En concreto, nuestro barrio, concentra muchas personas con dificultades sociales y económicas, y estas dificultades afectan a su salud.

Como Consejo de Salud nos preocupan especialmente las personas más vulnerables y con más dificultades y trabajamos en la línea de mejorar las condiciones del barrio para mejorar la salud de todos sus habitantes. Se sabe que mejorando las condiciones de vida de las personas empobrecidas se mejora también la salud de las personas que no sufren la pobreza. Está científicamente demostrado que las sociedades con menores desigualdades sociales disfrutan globalmente de mejor salud y bienestar.

En ocasiones, y creemos que en el barrio estamos viviendo uno de esos momentos, en vez de mirar a las personas que sufren la pobreza como víctimas del sistema, se relaciona pobreza con delincuencia, dando como resultado, que las personas que viven en pobreza son estigmatizadas, excluidas y criminalizadas. Esta estigmatización se va ampliando al resto de habitantes del territorio y al territorio mismo, aumentando los problemas de todas y todos, pues barrios estigmatizados generan dinámicas expulsadoras de población sin problemas económicos, repercute en el comercio, en la identidad de barrio, en las redes de los mismos, en la convivencia y aumenta la conflictividad y la crispación entre vecinos. La convivencia necesita, sobre todo, de personas que compartiendo un territorio sientan el deseo y las ganas de acercarse a otras personas, preocuparse por ellas, apoyarse, mirarse, encontrarse... Si se criminaliza indiscriminadamente, lo que se provoca es miedo a la otra persona, rechazo, vigilancia, control, suspicacias y resquemor.

Por todo lo anterior, observamos con preocupación, la criminalización y estigmatización del barrio que se está haciendo desde distintos medios de comunicación, poniendo el foco únicamente en problemas que existen, pero obviando sus causas y todas las potencialidades que también tiene este barrio. Esta estigmatización no puede invisibilizar ni dejar de poner en valor que en medio de una pandemia como la que estamos viviendo, los vecinos y vecinas, los dispositivos y los colectivos que habitamos este barrio, en continua comunicación, hemos intentado paliar sus consecuencias en las vidas de los habitantes del barrio: apoyando en necesidades básicas, confinamientos, consejos preventivos, la vuelta a las escuelas, atención médica y social... Intervenciones que siguen siendo urgentes y necesitadas de más medios en la actualidad.

Sentimos que el enfoque que se está dando a los problemas del barrio en los medios es simplista al no ir a la raíz de los problemas. Simplemente criminaliza a personas concretas e indirectamente a muchas más. La criminalización justifica intervenciones policiales como principal respuesta a los problemas, que lejos de resolverlos generan dinámicas que complican más la convivencia en el barrio y que básicamente, como decimos, no van a la raíz de los problemas. No queremos olvidar también a la infancia que vive en el barrio, que a veces tratamos como ciudadanos invisibles, pero son espectadores de todo lo que ocurre, y las actuaciones policiales exageradas generan miedo, inseguridad y desafección por un espacio que debería ser un lugar seguro y amable.

Las dificultades de acceso a la vivienda, el precio de los alquileres, la poca vivienda social comparada con el resto de países de Europa, las condiciones inhumanas de muchas de las viviendas de nuestro barrio, la gran cantidad de pisos vacíos en manos de bancos, la especulación inmobiliaria en la zona, la precariedad laboral, las dificultades económicas que privan a personas de necesidades básicas, la brecha digital, la brecha educativa, el raquítico (y menguante) estado del bienestar, son los problemas que hay que resolver y que resolviéndolos, seguro disminuirían la conflictividad y los problemas que se están denunciando en los medios. Todo esto, sin duda, mejoraría la salud y el bienestar social de toda la ciudadanía.

Sentar las bases de la confianza entre las personas no es sólo responsabilidad de la gente. Las actuaciones urbanísticas, sociales, de empleo, culturales, policiales y mediáticas tienen la responsabilidad de contribuir en la mejora de las condiciones vida de todos los ciudadanos y ciudadanas, solo así la convivencia puede fluir de forma natural, sin artificio. Y cuando surjan conflictos, que surgirán, porque son consustanciales a la vida humana, habremos sembrado para caminar hacia la resolución pacífica de los mismos.

Por lo tanto:

Denunciamos la criminalización y estigmatización del barrio que se está haciendo desde distintos medios, que no sabemos si responde a intereses concretos.

Sabemos que hay problemas y vecinas y vecinos que los sufren, pero creemos que hay que buscar soluciones que vayan a la raíz de los problemas y no intervenciones policiales que no sólo no van a las causas, sino que sentimos que pueden complicar más las cosas en el barrio.

Creemos necesario también poner el foco en las potencialidades del barrio que las tiene y muchas, para apoyarlas y favorecerlas como vía para mejorar los problemas que existen.

Creemos necesario, más que nunca, la reapertura del Servicio de Mediación del barrio, que tan buen servicio ha dado durante años en la identificación y resolución de conflictos a través del dialogo y propuestas constructivas, mejorando la convivencia entre vecinas y vecinos.

Creemos que las cifras de la pobreza en España son vergonzantes y que el Estado y las Administraciones públicas deben poner en marcha políticas e iniciativas que acaben con este problema que es la base y origen de todos los demás. Por lo tanto, solicitamos que el Ayuntamiento de Zaragoza apueste decididamente por una mayor inversión en programas de empleo social dentro del barrio que involucre a las personas que viven en el mismo, así como incorpore una mirada social y de convivencia vecinal a las actuaciones, planes de rehabilitación y diseño urbanístico que se estén planificando ahora o a futuro.

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