La Sociedad Cooperativa Urbana de Trabajadores del bus urbano (SCUT) todavía continúa a la espera de que el Tribunal Supremo se defina sobre el recurso de Tuzsa contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Aragón en la que instaba a volver a repetir el proceso de adjudicación del servicio.
El conflicto se remonta a la empresa de gestión del autobús urbano de Zaragoza cuando gobernaba el PSOE de Belloch y Gimeno y que no se hizo con las garantías suficientes para asegurar la libre competencia.
Ya han pasado 9 meses de la admisión a trámite del citado recurso y SCUT asegura que si se rechaza el recurso “la sentencia del TSJA obliga a la retroacción de las actuaciones al momento de la publicación de los pliegos y pueda abrirse un nuevo plazo de presentación de ofertas de empresas que quisieran licitar o, como hemos solicitado al ayuntamiento en numerosas ocasiones, renuncie a licitar y asuma la gestión directa del servicio”.
Asimismo, recuerda que esta última decisión supondría el fin de una cooperativa que surgió ante la negativa del ayuntamiento de asumir la gestión al acabar el tiempo de explotación de la anterior contrata.
Por otra parte, SCUT apunta que los problemas de eficiencia y averías del transporte urbano se verían “paliados” si no lo gestionase una empresa privada: “Los trabajadores siempre hemos denunciado que la eficiencia del bus, especialmente su fidelización mediante el cumplimiento de las frecuencias se ve alterado por la necesidad de la empresa de recorrer los kilometros por los que luego factura al ayuntamiento”.
De este modo, kilómetro no recorrido, kilómetro que no cobra y, por tanto, eso supone hacer correr a los autobuses y explotar su uso por encima del máximo de sus capacidades y añade, “si a esto le añadimos que la plantilla del taller se ha reducido considerablemente, buscando aligerar costes con la contratación externalizada, el resultado es el que todos conocemos”.
La gestión directa municipal o la de la cooperativa o la gestión complementaria y en colaboración de ambas, “tiene en la satisfacción de los usuarios en cuanto a calidad, fidelidad y eficacia, su rentabilidad social, su beneficio, que no tiene que renunciar al económico, pero entendemos que este viene dado por su eficacia y no por el agotamiento de la explotación”, concluye.