'El Cajón de las Fotos': un espacio de recuerdos de las vidas, cortas pero en libertad, de Ramón Acín y Conchita Monrás

Una muestra construida a través de fotografías que la familia tenía en su casa y que las hijas, Katia y Sol, conservaron tras los asesinatos de su padre y su madre en agosto de 1936, pocos días después de la sublevación fascista. Se exponen en Uesca hasta el 21 de enero.

Ramón Acín, Conchita Monrás y sus dos hijas, Katia y Sol, en una de las imágenes expuestas en 'El Cajón de las fotos’.

Un espacio de recuerdos, de memoria. Así es 'El Cajón de las Fotos', una exposición "modesta en su montaje pero intensa en sus vivencias" que recoge 42 fotografías familiares en blanco y negro de Ramón Acín y de su esposa y compañera, Conchita Monrás. Unas instantáneas que sus hijas, Katia y Sol, lograron conservar tras los asesinatos de su padre y de su madre en 1936 a manos de los sublevados fascistas, y que se exponen hasta el 21 de enero en el Palacio Villahermosa de Uesca.

La exposición 'El Cajón de las Fotos', organizada por el Ayuntamiento de Uesca con la colaboración de la Fundación Ramón y Katia Acín y la Fundación Ibercaja, es un viaje en el tiempo a la puerta derecha del primer piso de la calle Cortes 3, la antigua Casa Ena, residencia de la familia Acín - Monrás. Allí, nos abren amistosamente las puertas, nos sientan en el salón de la casa y nos presentan sus recuerdos, "fotografías que sacan casi al azar para disfrutar conjuntamente de esos fragmentos de memoria". Aunque muchas imágenes son elocuentes, algún comentario nos harán, para que sepamos algo de esa foto, quién está en aquélla; una conversación invernal al calor del hogar. Un rato especial para que conozcamos algo más de las vidas, de sus recuerdos, de una familia fundamental en la historia moderna aragonesa.

Ese es el espíritu de 'El Cajón de las Fotos'. Una muestra que no es un fondo de fototeca de un material profesional, sino de un fondo privado, familiar, que fue principalmente generado y/o recolectado por la familia formada por Conchita Monrás (Barcelona, 1898 - Uesca, 1936) y Ramón Acín (Uesca, 1888 – 1936) y sus dos hijas, Katia (Uesca, 1923 – Iruñea, 2004) y Sol (Uesca, 1925 – Zaragoza, 1998), explica la Fundación.

"Una casa abandonada, después levantada, unos objetos y unas fotos que han tenido diversos avatares en absoluto favorecedores de criterios coleccionistas o museísticos. Fotos que provienen de cajas, bolsas, de amigos de la familia. La mayoría de anónima autoría; quizá pudieran ser de Ramón, otras de Conchita, de amistades. No se sabe", continúa la Fundación para detallar que unas pocas "son de cualificados fotógrafos como el amigo Ricardo Compairé". Esas mismas fotos en manos de Compairé gozaron de buen resguardo y hoy están mejoradas en la Fototeca de la Diputación de Uesca. Pero la Fundación no ha querido acudir a ellas, sino a las copias de la familia Acín.

"Aunque hemos restaurado en algunos casos muy graves y corregido mínimamente en casi todo, hemos mantenido la unidad de un criterio innegociable. Son las fotos que tenía la familia en su casa, que ofrecemos a las personas visitantes que quieran sentir fragmentos del calor de unas vidas, cortas pero vividas con la savia de la libertad", destaca la Fundación Ramón y Katia Acín.

La muestra se puede visitar de lunes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00 horas.

La memoria de Ramón Acín, más viva que nunca

Ramón Acín, el maestro de las pajaritas.

La fecha de la inauguración de 'El Cajón de las fotos', el pasado 22 de diciembre, no fue casual. Ese mismo día de 1932, la familia Acín, al igual que otras familias oscenses, probó con sustancia el Gordo de Navidad lo que hizo posible la película de su amigo Luis Buñuel sobre las Hurdes que Ramón financió. Una anécdota contada en la recomendable película de animación 'Buñuel en el laberinto de las tortugas' de Salvador Simó (2018). Una historia de las muchas vividas por Ramón Acín, artista, maestro, periodista, pedagogo libertario, ateo y convencido republicano, cuya figura "es difícil" de sintetizar, asegura la Fundación.

"Su vida forja la trayectoria de un humanista nacido a finales del siglo XIX, con una extensa cultura y una particular forma de ver el arte. El humanista y polígrafo Acín dedicó su vida a la renovación pedagógica y construyó una vida y una práctica coherente en todos sus ámbitos. El personal, el pedagógico o el artístico se entremezclan en sus actuaciones, en sus obras, en sus escritos periodísticos y en su intensa labor anarcosindicalista", describen.

"Dirigente de la CNT oscense, con una proyección que le llevó al exilio tras la frustrada Sublevación de Jaca, no era un político al uso. Su amplio trabajo pedagógico no se redujo al ámbito escolar. Creía que la sociedad sería más libre con más cultura y con unos medios de supervivencia que humanizaran la vida de la clase trabajadora. Los intolerantes sabían que en la pedagogía, en la libertad de pensamiento y de actuación, estaba su enemigo". Por eso fue uno de los primeros asesinados en Uesca tras la sublevación fascista, explican desde la Fundación.

El 18 de julio de 1936, como representante de la CNT, Ramón Acín fue una de las personas que se reunieron con el gobernador de Uesca para pedir armas y lealtad a la República. Con falsas promesas se retiró a su domicilio. La traición del gobernador haría que Uesca cayera en manos fascistas al día siguiente. Ramón se vio obligado a esconderse junto a su mejor amigo Juan Arnalda. Cansado de ver cómo los falangistas maltrataban a su esposa en busca de información sobre su paradero, Acín decidió entregarse el 6 de agosto de 1936. Esa misma noche fue fusilado en las tapias del cementerio, con sus lápices de colores en el bolsillo. Conchita Monrás fue detenida y sería asesinada 17 días después, el 23 de agosto, junto a otras 94 personas. Sus hijas, Katia y Sol, quedaron huérfanas y al cuidado de unos tíos. Tenían solo 13 y 11 años.

Las últimas horas de Ramón Acín están reflejadas, a modo de sentido homenaje, en "La bondad y la ira", una extraordinaria novela gráfica de Juan Pérez Fernández 'Juanarete' y David Viñuales, ubicada dentro de la trilogía anarquista de la editorial aragonesa GP Ediciones. Una trilogía que incluye otra obra nacida a raíz de esta, 'Frontera Ordesa' sobre la red de evasión de Francisco Ponzán, también un activo militante de la CNT con un fuerte vínculo con Ramón, su maestro y amigo; y el cómic 'Pepe Buenaventura Durruti'.

La memoria de Ramón Acín sigue más viva que nunca. En su Uesca natal conserva su huella en el Parque Miguel Servet con Las Pajaritas, quizá su monumento más conocido, erigido en 1929. En 2005, el sindicato CNT colocó una placa conmemorativa en su domicilio de la calle Cortes. Recientemente se publicó 'En cualquiera de nosotros un pedazo tuyo', un ensayo de Víctor Juan. A esto, se suma la exposición itinerante de ARMHA 'Las luces de la República'. Además, una iniciativa impulsada por el Ateneo Paco Ponzán invita a lucir cada 6 de agosto el dibujo de la pajarita para que "la crueldad del fascismo no logre borrar su recuerdo". Similar objetivo que persigue la Fundación Ramón y Katia Acín: recordar, preservar y difundir la obra artística y la memoria de Ramón Acín Aquilué y Katia Acín Monrás, así como los valores que compartieron con sus familiares más cercanos.

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