El Barranco de la Bartolina, símbolo de la represión fascista, declarado Bien de Interés Cultural como lugar de memoria de Aragón

Empleado por el fascismo como lugar de fusilamiento masivo en la comarca de Calatayud durante los años de la Guerra de 1936 y los primeros de la dictadura franquista. Se estima que entre 400 y 500 personas fueron asesinadas aquí, víctimas de la represión fascista. Recientemente fue declarado lugar de memoria democrática, tras meses de demandas de las víctimas y asociaciones memorialistas. Ahora se convierte también en Bien de Interés Cultural.

Familiares recordando a las víctimas en el Barranco de la Bartolina. Foto: Miguel Ángel Capapé (ARICO)

El Consejo de Gobierno del Ejecutivo aragonés ha aprobado este lunes un Decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto de Interés Cultural, lugar de memoria democrática de Aragón, el Barranco de la Bartolina, ubicado en el municipio de Calatayud.

Esta figura de protección se aplica cuando se cumple algo más de año y medio de la aprobación de la Ley de Memoria Democrática de Aragón, que contemplaba la posibilidad de declarar una serie de lugares de memoria, que se integran dentro del patrimonio cultural aragonés. Precisamente, el pasado mes de diciembre, la Plataforma de Asociaciones Memorialistas de Aragón, las víctimas de la represión del franquismo y sus familiares, reclamaron en las Cortes el cumplimiento de una Ley que "ha costado tanto sacar adelante" para que "se empiece a hacer justicia, que se devuelva la dignidad a las víctimas del franquismo, y que se sepa y conozca lo sucedido".

El primero de los lugares declarados como lugar de memoria democrática de Aragón fue, hace unas semanas, el Barranco de la Bartolina de Calatayud, donde podrían yacer los restos de cientos de víctimas de la represión fascista tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 contra la legalidad constitucional de la Segunda República. Este espacio representa uno de los lugares donde tuvo lugar la represión acaecida en la comarca de Calatayud, tanto durante los años de la Guerra de 1936, como en los primeros años de la dictadura franquista. Ahora, también se convierte en BIC, Bien de Interés Cultural.

La legislación aragonesa define el lugar de memoria democrática como "aquel espacio, construcción o elemento inmueble cuyo significado histórico sea relevante para la explicación del pasado de Aragón en términos de participación, defensa y lucha a favor de la democracia frente a la intolerancia y la dictadura en el marco histórico de la Segunda República española, la Guerra Civil y la dictadura franquista".

Con esta concepción del barranco como lugar de memoria se atiende asimismo una petición de la Asociación ARICO (Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido), tras un año sin contestación, que venía demandando que este punto de la geografía aragonesa tuviera esta protección especial. Esta asociación se encargó de hacer una prospección para tratar de encontrar restos humanos allí, después de que una obra municipal en 1999 utilizara esta tierra en la construcción de un vertedero, imposibilitando la exhumación de las personas a las que allí les arrebataron la vida. Por este motivo, las y los familiares de los fusilados en el Barranco de la Bartolina tuvieron que asumir que sus parientes quedarían sepultados para siempre.

El Barranco de la Bartolina fue un lugar de fusilamiento masivo en la comarca de Calatayud durante la Guerra de 1936. El emplazamiento de la fosa común figura en el mapa de fosas del Ministerio español de Justicia, así como en la página del Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés. Según un estudio realizado por el historiador Nacho Moreno Medina en el marco del proyecto ‘Amarga Memoria’, y tal y como recoge de testimonios orales, este lugar, en el que se pudo asesinar a entre 400 y 500 personas, era el lugar de fusilamiento de gente de toda la comarca de Calatayud, que en el año 1936 englobaba muchos de los pueblos de los antiguos partidos judiciales de Calatayud, Ateca, Daroca y L'Almunia.

La regulación aprobada "conlleva la obligación por parte de la titularidad de estos lugares de trabajar con el departamento competente en su promoción y en materia de patrimonio cultural, además de a difundir su localización e interpretar lo sucedido en estos espacios, en colaboración con las entidades locales del entorno y, en su caso, con las universidades y entidades memorialistas de Aragón", apunta la DGA en una nota de prensa.

La creación de este espacio de Memoria, ubicado en una zona deshabitada entre las localidades de Calatayud y Terrer, servirá ahora para explicar a las futuras generaciones el horror vivido en aquel lugar y tratar de evitar el olvido. Como las Fosas de Caudé, en el sur de Teruel, o el Pozo de Ventafarinas, en los confines orientales de La Llitera, el Barranco de la Bartolina en un símbolo de la represión fascista en Aragón.

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