Ecologistas en Acción denuncia que las decisiones para superar la crisis sanitaria “se asemejan” a las de 2008 que ahondaron en el cambio climático y la desigualdad

Ecologistas en Acción plantea un programa con medidas de estímulo que conduzcan a una nueva normalidad en la que la lucha contra la pérdida de biodiversidad, la mitigación y adaptación al cambio climático, la economía circular o la agroecología sean centrales

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Escultura da Isaac Cordall en Berlín titulada: "Políticos discutiendo sobre el cambio climático"

Mientras en el Estado español y en la UE se discuten los planes de reactivación de la economía tras el parón de la COVID-19, Ecologistas en Acción presenta 'Por un futuro que ponga la vida en el centro'. Este es un programa de medidas para que "la reactivación económica esté ligada a un cambio de modelo económico que nos aleje de los problemas ambientales y sociales que padecemos", señala Lola Yllescas, coordinadora de la confederación ecologista.

El documento plantea que la nueva normalidad no puede perpetuar la crisis ecológica porque, entre otras cosas, la sociedad se arriesgaría a repetir situaciones como las que hemos vivido en estos últimos meses.

Para Yllescas "la pandemia no ha hecho otra cosa que ponernos frente al espejo de la crisis que llevamos décadas padeciendo, marcada por la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la contaminación o la desigualdad social. Si ahora se van a destinar miles de millones de euros al estímulo de la economía, tiene que ser de manera responsable, aprovechando para realizar los cambios que desde el ecologismo y la comunidad científica se vienen solicitando".

La organización ecologista denuncia que hasta ahora las medidas adoptadas por el Gobierno y los territorios se asemejan demasiado a las que se tomaron tras la crisis financiera de finales de la década anterior, que ahondaron en la crisis ecológica y la desigualdad social.

"A día de hoy han rescatado con dinero público empresas contaminantes sin ni siquiera imponer algún tipo de condicionante ambiental, se han propuesto reducciones de los requisitos de la normativa ambiental para fomentar la construcción y el turismo y los recortes a los servicios públicos siguen siendo una amenaza sin atajar", continúa Yllescas. Por eso la primera línea de actuación que propone Ecologistas en Acción es 'frenar la huida hacia adelante'. A su entender, "la disyuntiva no está entre medioambiente o economía sino entre tener un planeta habitable o no tenerlo".

Alcanzar un 'nuevo equilibrio ecológico' es otra de las líneas de acción de la confederación ecologista. Para ello propone condicionar todas las políticas de recuperación a la mejora de la salud humana, a la lucha contra la pérdida de biodiversidad, a detener la degradación de los ecosistemas, frenar el cambio climático y evitar la contaminación.

Dentro de esta línea de acción se esbozan propuestas como la de aprobar un plan de emergencia estatal para detener la pérdida de biodiversidad o activar planes específicos de restauración de los ecosistemas degradados.

La economía española hasta ahora ha dependido de sectores como la construcción, el turismo o la automoción. Son sectores que, además de poco sostenibles, generan empleo de baja calidad y provocan mucha vulnerabilidad ante las crisis. Es por ello que Ecologistas en Acción propone 'un nuevo modelo productivo', que abandone el dogma del crecimiento ilimitado, reduzca el peso de los sectores mencionados y apueste por un aumento del empleo en la agroecología, las energías renovables, la salud de las personas o la reparación y recuperación de materiales.

Dentro de este 'nuevo modelo productivo' la financiación de todas estas inversiones necesarias para esta transformación podrían obtenerse al gravar las actividades más dañinas con el planeta, las grandes fortunas, las transacciones financieras y la economía especulativa.

Para Ecologistas en Acción la reconstrucción ecológica debe pasar también por un 'nuevo equilibrio social' que corrija las desigualdades sociales y reparta el trabajo. Para ello, medidas como el refuerzo de los servicios públicos, reducir la jornada laboral o asegurar la vivienda y los suministros básicos, forman parte de la propuesta.

La última línea de acción, una 'nueva cultura de la Tierra', propugna medidas educativas que pongan en valor la importancia de disfrutar de la naturaleza y de las relaciones sociales frente a la acumulación de bienes.

El documento cuenta con un centenar de medidas en materia de biodiversidad, emergencia climática, economía y tejido productivo, hacienda, fiscalidad y deuda, energía, transporte, urbanismo, turismo, agua, residuos, sustancias tóxicas, minería, pesca, agroecología y soberanía alimentaria, políticas sociales, de igualdad y laborales, consumo, educación, comercio internacional, libertades políticas y desmilitarización y Objetivos de Desarrollo Sostenible.

"Esperamos que los sucesivos gobiernos, tanto UE, Gobierno central, comunidades y ayuntamientos, tomen buena nota de estas propuestas, porque nos jugamos nuestro futuro, el de todas las personas", concluye Lola Yllescas.

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