El primer ministro del Gobierno de Londres, Boris Johnson, ha aclarado en una comparecencia de apenas cinco minutos este jueves que "claramente" su propio grupo cree que "el Partido Conservador debería tener un nuevo líder" y, por tanto, el país "un nuevo primer ministro".
Así ha anunciado su dimisión que queda a expensas del calendario para elegir a su sucesor o sucesora, que se conocerá la próxima semana.
"Nadie es indispensable en política", ha asegurado Johnson, en un discurso ante la puerta de Downing Street en el que ha justificado que, si durante semanas se ha aferrado al cargo, es porque entendía que era su "obligación" y que de esta forma respondía al mandato obtenido en las urnas a finales de 2019.
En este sentido, ha explicado que durante semanas se afanó en defender que era un "error" cambiar al Gobierno en un periodo marcado por la incertidumbre económica y la guerra de Ucrania, entre otros desafíos de unos tiempos que ha catalogado de "complicados".
En estos escasos minutos ha tenido tiempo de dejar otra frase para la historia: "Estoy triste, dejo el mejor trabajo del mundo".
También reconoció este jueves que intentó convencer a su Gobierno de que sería "extraño" dejar ahora el poder y lamentó haber "fracasado" en sus argumentos.
Johnson recordó que hasta que los conservadores elijan a un nuevo líder él seguirá al frente del Gobierno de forma interina, pese a que son muchos dentro y fuera de su partido que le reclaman que se marche ya.
Johnson, que había ganado con mayoría las elecciones generales de 2019, aceptó presentar la dimisión después de que más de 50 integrantes de su Ejecutivo -entre ministros y altos cargos- renunciasen en protesta con su gestión y los escándalos que han salpicado al premier en los últimos meses.
