Santiago Bada García, secretario de Amnistía Animal, ha denunciado al Seprona de la Guardia Civil la tala de varios árboles secos en Zaragoza. El 29 de junio, el Ayuntamiento que dirige Jorge Azcón cortó varios troncos delante de las gradas del Club Náutico de la ciudad. Uno de esos árboles era el lugar de nidificación de una poreja de agateadores comunes (Certhia brachydactyla), incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
En estos días habían vuelto a criar, habiendo al menos tres pollos entrando y saliendo del nido, moviéndose por el árbol talado y los de alrededor. Santiago Bada también señala que “el árbol talado no suponía ningún peligro, ni tenía ningún riesgo de caída”.
El representante de Amnistía Animal informa de que han encontrado unos huevos junto a lo que queda del árbol entre las cortezas esparcidas por el suelo. Los han recogido este 30 de junio “porque se estaban realizando tareas de retirada de restos y hubieran desaparecido”.
Otro de los árboles talados era el hábitat de estos pájaros, así como de otras especies como lavanderas, zarceros, mosquiteros, colirrojos, papamoscas... "Al ser árboles secos tenían fácil encontrar insectos y sus larvas con los que alimentarse", apunta. En concreto, el nido del agateador común se encontraba entre la corteza y el tronco del árbol talado, y se podía ver a los pájaros entrando y saliendo del nido continuamente.
Ya en mayo el Ayuntamiento informó de que se iban a empezar las labores de poda en Zaragoza, a pesar de estar en temporada de cría. Amnistía Animal dio el aviso a SEO Birdlife Aragón y varias personas presentaron escritos en el buzón de quejas y sugerencias del mismo ayuntamiento. En todo momento, se intentó mediar para que no se cortaran estos árboles.
A estas quejas, el Ayuntamiento respondió que “dado el gran volumen de los trabajos de poda que requiere el arbolado urbano”, estos trabajos se deben realizar durante todo el año para poder cumplir con las obligaciones de conservación. Informaron de que no existe ningún censo de aves que nidifiquen en el arbolado urbano que pudiera servir de referencia, a pesar de las quejas de las entidades animalistas. Son las propias plantillas especialistas de poda los que intentan evitar cualquier afección que sobre la fauna puedan generar dichos trabajos. “En estos momentos, no existe en vigor ninguna legislación que limite los periodos de su realización, existiendo protocolos o recomendaciones”, contestaba vía correo electrónico el Ayuntamiento. Pese a conocer la situación de las aves en esa zona, han continuado con las labores de poda.
“Si realmente era “necesario” talar esos árboles, algo dudoso, se debería haber hecho fuera de la época de reproducción, aunque esos árboles ni molestaban ni eran un riesgo para nadie”, afirman desde Amnistía Animal. Esta entidad solicita que se investigue esa actuación del Ayuntamiento por si incurre en alguna falta o delito y por ello han entregado la denuncia al Seprona.
Según la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (art. 76), esto se puede considerar infracción administrativa si se entiende que, conociendo el peligro generado con su acción, se ha contribuido a destruir o deteriorar el hábitat de especies en régimen de protección especial o en peligro de extinción, en particular lugares de reproducción, invernada, reposo, campeo o alimentación. Así mismo existe una sentencia del Tribunal Supremo (STS 327/2007, de 27 de abril) en la que se entiende que acciones similares se consideraron obra con dolo al no adoptar ninguna medida para evitar estos sucesos.
