Un mapa de consumo alternativo, un mapa que nos incluya a todes

Este 8M paramos de consumir para mostrar la cara del sistema, para demostrar que no queremos seguir siendo su instrumento y para proponer la reflexión consciente sobre el modelo económico y su repercusión en nuestras vidas, apostando en respuesta por unas economías feministas...

Este 8M paramos de consumir para mostrar la cara del sistema, para demostrar que no queremos seguir siendo su instrumento y para proponer la reflexión consciente sobre el modelo económico y su repercusión en nuestras vidas, apostando en respuesta por unas economías feministas que pongan en el centro la sostenibilidad de la vida.

Capitalismo y patriarcado se refuerzan mutuamente y necesitan el uno del otro. Para perpetuarse, ambos nos niegan a las mujeres el acceso y el control sobre los recursos económicos internos y externos, al tiempo que permiten que se mantenga invisibilizado el aporte del trabajo doméstico o reproductivo en los agregados macroeconómicos.

Para su mantenimiento, el capitalismo necesita del consumo, debe crear sujetos consumidores y someterlos a una dinámica de adquisición y desecho constante y vertiginosa, que abarca desde los objetos materiales hasta el cuerpo de las personas. Entre esos sujetos, el consumo define al sujeto mujer del que muchos otros sujetos se sienten excluidos y al que somete a formas y a expectativas artificiales. De esta forma, domina cuerpos, vidas y deseos. Domina la naturaleza, los recursos, el planeta y las emociones. Nos separa del mundo y de los demás seres sintientes, y expolia al planeta. Explota nuestros cuerpos y nuestro trabajo. Somete nuestras expectativas de vida y domina toda nuestra realidad.

Nuestro eje imbrica muchas realidades y entronca de manera cardinal con las luchas de otros ejes del 8M, porque las opresiones no son independientes entre ellas, la raza, el lugar de origen, el género, la orientación del deseo, la clase, la diversidad funcional o la especie, entre otras, son formas de discriminación que se interrelacionan y se solapan en un mismo sistema de opresión como es el patriarcado capitalista.

En un mundo en el que las opresiones están interconectadas, la solidaridad y las luchas feministas deben también converger hacia nuevos modelos de consumo que luchen contra la explotación colonialista, para que las trabajadoras en todas las cadenas de suministro tengan condiciones dignas, para que se diseñe para cuerpos con otras necesidades, para que todos los bienes de primera necesidad sean asequibles para toda la ciudadanía, además de luchar por que se respete el medio ambiente y con ello que se termine con la injusticia que soportan los animales no humanos a manos de las personas, entre otras.

En el eje de Consumo, el trabajo previo a este 8M-2018 se centró en la visibilización de estos y otros planteamientos con una llamada a la reflexión activa, y en la labor de información sobre alternativas de consumo. Un fruto tangible de todo esto fue la elaboración de un Argumentario en el que, además de algunos puntos de los aquí expuestos, exponíamos otros de actuación y reinvidación como la demanda de un IVA superreducido en productos de primera necesidad y diversas denuncias como la denominada “tasa rosa”, la utilización de nuestros cuerpos como objeto de consumo o la sobrecarga del trabajo de cuidados que supone la responsabilidad del consumo en ciertos sujetos. Había muchos motivos para parar.

Y los sigue habiendo para 2019, por supuesto. Queda mucho por hacer, porque partíamos prácticamente de cero. Pero por eso también, miramos al futuro con los ojos brillantes, porque nos promete muchas cosas, porque está lleno de compromiso y de ganas de trabajar. Nos planteamos así una acción permanente y sostenida, que culminará en el 8M-2019 pero que cobrará sentido en sí misma, en la continuidad del trabajo, para ayudar a crear conciencias, para llamar a la reflexión y para la construcción entre todes de nuevas formas de economía.

Nuestro propósito es seguir trabajando con una visión ideológica que nos represente a todas y que sea transfeminista e interseccional.

Así, queremos y vamos a programar actividades regulares destinadas a fomentar alternativas de consumo y a dar a este eje la visibilidad que merece y que tal vez no ha sabido tener este año. Estamos fuertemente comprometidas con el trabajo de cara a 2019, combinando esa labor ideológica con acciones llamadas a dar visibilidad (queremos, por ejemplo, elaborar un mapa con opciones de consumo alternativas y puntos “de peligro”), a llegar a lugares donde no hemos llegado (por ejemplo, con un trabajo fuerte de información en barrios) y a reforzar aquellos donde hemos llegado. Y todo, porque está claro que la revolución será feminista o no será.

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