La CHE alerta de que Mina Muga puede afectar al embalse de Yesa

Todos los informes de los organismos involucrados en la evaluación del proyecto minero de Mina Muga alertan de que los peligros de afecciones a las aguas, las obras hidráulicas, incluido el embalse de Yesa, la subsidencia o la sismicidad inducida, denunciados por la plataforma contraria a Mina Muga, existen y no están definidos en el proyecto de Geoalcali

Imagen de la superficie que abarca el proyecto Mina Muga. En amarillo la planta en superficie, en rojo la explotación subterránea.

Muchos de los peligros denunciados por la Plataforma No a las Minas de Potasas de la Bal d'Onsella y la Sierra del Perdón durante el periodo de exposición pública del proyecto Mina Muga, en el verano de 2015, están siendo confirmados sistemáticamente por todos los organismos involucrados en la evaluación del proyecto minero de Mina Muga, que afecta tanto a las Altas Cinco Villas como a la Comarca navarra de Sangüesa/Zangoza.

En el informe oficial realizado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se revela que la afección al pantano de Yesa podría ser de tal magnitud, que dicho organismo considera la necesidad de subordinar la actividad minera a la seguridad del pantano. En dicho informe se establece como necesario realizar "un sistema de control específico o umbrales de funcionamiento que, llegado el caso, aconsejen la paralización de la explotación".

Además, los informes elaborados tanto por la CHE, como por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) o el Instituto Geográfico Nacional denuncian que no se ha evaluado la interacción de la mina con el embalse - "no se ha encontrado informe específico de afección al embalse de Yesa" -, ni con las obras hidráulicas de la zona - "los aspectos relativos al vertido de aguas, posibles afecciones a infraestructuras hidráulicas (Embalse de Yesa, canal de Bardenas ...), entre otros aspectos, no tienen el alcance ni el grado de detalle necesario" - o la propia seguridad de bienes y personas.

La CHE denuncia que el proyecto de Mina Muga no haya hecho un estudio específico de afección a Yesa y que no ha probado que no afecte al embalse, así, reitera a la empresa impulsora, Geoalcali, que es preciso que "realice los estudios de detalle propuestos para analizar la posible interferencia con la presa de Yesa y su embalse. A saber: interferencia hidrogeológica, afección con el sistema de explotación de la Mina, sea por medios mecánicos o voladuras, y los efectos de sismicidad inducida. Como se ha dicho, se entiende que ha de probarse la No Afección, el compromiso del promotor, el sistema de control y auscultación para corroborarlo durante la explotación y los umbrales de alerta para dichos sistemas de control, que deberían quedar incorporados al clausulado suspensivo de la concesión"Además precisa que los estudios realizados hasta el momento "no tienen el alcance ni el grado de detalle necesario".

En dichos informes se alerta también de que la extracción de 50 Hm3 de mineral afectará "inevitablemente a la red de flujo hidrogeológico de toda la zona" y exige a Geoalcali un estudio específico sobre el grado de afección a la presa ya que "las numerosas fallas complementarias a los plegamientos principales de la zona podrían propiciar el paso franco del agua del embalse a la zona de explotación minera".

Es decir, que la mina podría desaguar el propio pantano con consecuencias catastróficas tanto para los usuarios del pantano como por la entrada de un volumen ingente de agua a una mina de sal. "El caso de la entrada del río Cardener en la mina de potasa de Cardona, obligó a trasvasar el río, y esta no puede ser la alternativa futura para el río Aragón", advierten desde la plataforma contraria a la mina.

Así mismo, la CHE alerta de los efectos que las voladuras de la Mina, podrían producir "no sólo sobre la propia infraestructura de la presa, sino también sobre las laderas del embalse". El mismo informe denuncia que dicha afección puede generar también sismicidad inducida relacionada con los posibles colapsos de la mina y la extracción de 100 millones de toneladas de materiales del subsuelo.

Por su parte, el IGME reprende a Geoalcali sobre el informe de "nula afección Mina Muga a Yesa" por vago y generalista y exige a la empresa que determine "la posible influencia de la actividad minera sobre la estabilidad de las laderas del embalse de Yesa, y en concreto sobre la reactivación de los deslizamientos existentes en ambas laderas".

Los problemas denunciados no sólo se quedan en Yesa, sino que valoran como inaceptables los hundimientos generalizados que se sucederán en toda la zona de la mina. Así, consideran inadmisibles los niveles de subsidencia en las localidades de Javier/Xabier y Undués de Lerda o la afección al Camino de Santiago como "especialmente inoportuna dada la altísima visibilidad (…) de las balsas y escombreras".

El IGME también alerta de los riesgos de sismicidad y exige “un estudio específico, tanto por la seguridad de las propias instalaciones, como la del embalse de Yesa, así como por la posibilidad de la inducción de sismos”. Geoalcali ha venido asegurando que la Mina no provocará sismicidad inducida, ni afectará al embalse, sin embargo, el máximo organismo oficial de minería, el IGME, dice lo contrario dando la razón a lo que la Plataforma contraria a la construcción de la mina lleva casi tres años denunciando.

Ambos organismos oficiales exigen que Geoalcali de solución, si existe, a los problemas que su explotación generará tal y como está definida en este momento.

El Ministerio exige un texto refundido que subsane las deficiencias del proyecto

La Plataforma No a las Minas de Potasa ha sabido también que, fruto de estos informes, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ha exigido a Geoalcali la redacción de un texto refundido que intente resolver las graves deficiencias detectadas.

En los requerimientos remitidos a Geoalcali el pasado més de diciembre desde el ministerio, la empresa tiene que cambiar tantas cosas que la lógica lleva a pensar que lo normal debiera ser exigir la redacción de un nuevo proyecto que subsanara todos los fallos detectados por CHE e IGME.

En dicho escrito se advierte que se deberá redactar un nuevo documento "que adapte el estudio de impacto ambiental e integre todos los cambios y documentación generada". Entre otros una "nueva valoración de riesgos por sismicidad y fenómenos de subsidencia"; un estudio completo de afecciones a las aguas de la zona que se considera "no tienen el alcance necesario para poder evaluar adecuadamente el proyecto"; estudio de afecciones a "embalse de Yesa, caminos de la CHE, Canal de Bardenas, túneles de Javier, acequia madre…"; estudio de calidad del aire por la ingente entrada de más de 100.000 camiones al año en la zona; la necesidad de establecer avales bancarios para indemnizar a los potenciales afectados, especialmente los regantes del Canal de Bardenas, como también para realizar la restauración de la mina si la empresa suspendiera la explotación.

Más aún, el Mapama indica que tampoco permitirá generar una escombrera de salinos en la zona que estaba diseñada en una superficie de más de 40 Ha y 47 metros de altura en el proyecto original.

En definitiva, decenas de cambios sustanciales en el proyecto que obligarán a la empresa a volver a redactar la mayor parte del Estudio de Impacto Ambiental, en un texto al que le obliga Mapama debido a los desfavorables informes de CHE e IGME.

 

 

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