Ciudadanos levanta el fantasma del trasvase del Ebro

El grupo parlamentario de Ciudadanos ha presentado este miércoles una proposición no de ley (PNL) para "reformar y adaptar el Plan Hidrológico Nacional al cambio climático", una propuesta que amenaza directamente a la cuenca del Ebro

Albert Rivera junto a Susana Gaspar.

La iniciativa, presentada por Ciudadanos para su debate en la Comisión de Cambio Climático, ha sido registrada por la portavoz adjunta del grupo, Melisa Rodríguez, quien asegura que el calentamiento "es una amenaza a tomarse en serio, e implica un planteamiento renovador de la vetusta política hidráulica nacional, con propuestas de actuación hidrológica a medio (2030) y largo plazo (2050)".

El objetivo de la reforma sería "garantizar la seguridad hídrica a un coste razonable, superando las condiciones adversas que supondrán las afecciones del cambio climático -disminución probable de la aportación anual del ciclo hidrológico y mayor irregularidad pluviométrica-, en un contexto de demanda creciente en términos cuantitativos y cualitativos".

La PNL no plantea medidas concretas, pero sí diez áreas de actuación, entre ellas la articulación estatal de los recursos hídricos en un contexto de incertidumbre climatológica; el mantenimiento y conservación de las obras e instalaciones hidráulicas en servicio; la desalación; el coste del agua o la colaboración público-privada en el sector del agua, una colaboración que por cierto le ha supuesto pingües beneficios a las constructoras en obras hidráulicas.

El Ebro en el ojo del huracán

La propuesta de Ciudadanos coincide en el tiempo con los moviemientos del gobierno español, que según denunciaba la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE), aprovechando la atención política, social y mediática centrada casi en exclusiva sobre el conflicto catalán, estaría realizando para avanzar discretamente, pero de forma decidida, hacia la materialización del trasvase del Ebro al levante peninsular a partir de las infraestructuras de regadío existentes.

La Plataforma en Defensa del Ebro considera una maniobra del ejecutivo del PP para cerrar un pacto nacional del agua que permita interconectar todas las cuencas hidrográficas sin abordar la reducción de las nuevas grandes extensiones de regadío previstas en los planes hidrológicos de cuenca. A la espera de que el Tribunal Supremo haga pública, de forma inminente, la resolución del contencioso administrativo presentado en contra del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, el movimiento anti-trasvase prepara ya nuevas movilizaciones para exigir la preservación del tramo final del río y el Delta.

El objetivo del ministerio con estas conversaciones, según advierten desde esta plataforma, sería lograr un acuerdo en torno a la interconexión de las redes hidrográficas de todo el estado sin “tocar ni disminuir la gran cantidades de regadíos aprobados los planes hidrológicos de cuenca”. A los tres millones de hectáreas actuales -una tercera parte en la cuenca del Ebro- se sumarían 600.000 nuevas. De éstas, 450.000 corresponden también al Ebro. “Mientras hacen la pantomima del pacto nacional del agua, lo que hacen es concretar la liquidación de los ríos, aumentar de forma desproporcionada e irracional el número ha regadíos, incrementando el consumo agua”, advertían desde la PDE.

Aumento de la sequía hasta el año 2100

"Los expertos en la problemática del cambio climático prevén una disminución en España durante los próximos años (2011-2040) de dos variables muy importantes del ciclo: la aportación de agua en régimen natural (precipitaciones), que se reduciría en un 5 por ciento; y del agua de lluvia que circula libremente sobre la superficie de un terreno (escorrentía), que lo haría en un 8 por ciento", apuntan los naranjas en su propuesta.

En ese sentido el Ebro es el único río considerado excedentario jurídicamente en toda la península. Sin embargo, los últimos meses de sequía han puesto de manifiesto que esa excedencia está por ser reconsiderada, y tanto los movimientos del ejecutivo de Mariano Rajoy, como la propuesta de Ciudadanos parecen apuntar en la salida de aguas de la cuenca del Ebro hacia el sudeste del Estado español.

En el texto presentado por Ciudadanos advierte que, a partir de 2040, la disminución sería aún más acusada. Así en el periodo 2041-2070 se prevé una caída del 9 y el 16 por ciento, respectivamente; mientras que entre 2071 y 2100 la bajada se contabiliza en un 17 por ciento en relación a las precipitaciones y un 26 por ciento en escorrentías.

Por tanto, para esta formación “es preciso situar la preocupación por el futuro del agua en el centro de la agenda política y de las administraciones públicas e involucrar en el debate a la sociedad civil, a las organizaciones sectoriales y profesionales concernidas", insiste la formación naranja, que ve en un nuevo Plan Hidrológico, el "instrumento idóneo" para poner fin a esta situación.

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