Zonas de Bajas Emisiones: Menos vehículos privados y más transporte colectivo que piense en los desplazamientos familiares

Ecologistas en Acción ha presentado un informe que analiza la eficiencia de las Zonas de Bajas Emisiones. Proteger a los colectivos más vulnerables de la contaminación, los filtros de partículas para quienes no pueden pagarse un vehículo eléctrico o las restricciones de circulación son algunas de las medidas más efectivas.

Autobús eléctrico de Zaragoza. Foto: Daniel Marcos (AZ)

Ecologistas en Acción acaba de sacar a la luz el informe 'Zonas de Bajas Emisiones. Herramienta contra la contaminación y el calentamiento del planeta' en el que analiza cómo se puede mejorar el aire que respiramos en las ciudades y reducir emisiones de gases de efecto invernadero.

El documento comienza cuestionando el objetivo original de las ZBE: renovar la flota de vehículos de la ciudad para mejorar la calidad del aire. A lo largo de sus páginas, se ofrecen argumentos sólidos para afirmar que la renovación de las flotas no ha mejorado la calidad del aire, e incluso muestra casos en los que ha sucedido todo lo contrario.

No obstante, el informe sí muestra cómo cuando los esfuerzos están dirigidos a reducir el número de vehículos, potenciar la movilidad activa (ir en bici y caminando) y el transporte público, las ZBE funcionan, aunque requieren de mucha ambición política.

Son precisamente estas medidas ambiciosas las que Ecologistas en Acción analiza en su informe, tales como la recién puesta en marcha Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ) de Londres, en la que los vehículos más contaminantes deben pagar 15 € para entrar al centro de la ciudad. Lo recaudado se utilizará en mejorías del transporte público. Más ambicioso es el caso de Oslo, con un peaje del que solo están exentos los vehículos 0 emisiones; o la de Milán, que proyecta la prohibición de entrada a vehículos diésel en 2030.

El informe destaca también que Madrid Central es una de las ZBE más ambiciosas de Europa, en la que solo los vehículos 0 emisiones y de residentes pueden circular y aparcar sin restricciones. Además, los resultados de calidad del aire en la zona beneficiada muestran que está siendo efectiva y que está contribuyendo a un menor uso del vehículo privado.

Por otro lado, el informe estudia medidas concretas de algunas ZBE, como la reequipación de vehículos -a los que se instalan filtros de partículas-  que ha dado resultados óptimos en varias pruebas, y que permitirían a las personas que compraron vehículos diésel Euro 5 (etiqueta B) disminuir considerablemente sus emisiones.

“La instalación de este filtro debería correr a cargo de la industria, ya que es la responsable del exceso de contaminación de estos vehículos. También se detiene a analizar la potencialidad de la medición de emisiones reales de los vehículos mediante técnicas de teledetección”, aseguran desde la organización ecologista.

Ante la posibilidad de que las ZBE sean la principal herramienta para reducir emisiones en el sector del transporte, según la actual propuesta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el informe pone especial atención en medidas que contribuyan a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en las ZBE. Insiste así en la necesidad de invertir en transporte público y en ciudades más cómodas y atractivas para caminar e ir en bici, apartando las inversiones dedicadas al vehículo privado.

Por otro lado, se especifica la necesidad de imponer restricciones a vehículos de baja eficiencia energética como los SUV. El incremento en número de este tipo de vehículos en nuestras carreteras, mucho más pesados e ineficientes que una berlina, está haciendo que aumenten las emisiones medias de CO2 de la flota tanto española como europea, algo inadmisible en un escenario de emergencia climática.

El informe no olvida que las ZBE deben contribuir a generar ciudades más igualitarias. Advierte que estas medidas benefician especialmente a las personas más vulnerables, ya que estos grupos son los más perjudicados por la mala calidad del aire. No obstante, indica que se deben estudiar bien las alternativas de transporte existentes para personas en situación de vulnerabilidad y de menos recursos.

Por último, el documento da algunas claves para lograr que las ZBE sean también herramientas para lograr ciudades feministas. Con la premisa de que los desplazamientos se deben realizar mayoritariamente sin el uso del vehículo privado, advierte que los medios alternativos de transporte deben estar diseñados pensando en los desplazamientos familiares y relacionados con las tareas de cuidados, que siguen recayendo principalmente en mujeres.

Como se indica en sus páginas, en la gran mayoría de los casos, ni el transporte público, ni las infraestructuras ciclistas (si existen) ni tampoco otras formas de movilidad como el car-sharing, han tenido en cuenta hábitos de movilidad como el encadenamiento de trayectos (casa-cole-trabajo-compra), o la elección de trayectos dependiendo de la sensación de seguridad, que son más frecuentes en mujeres.

“Con este informe, Ecologistas en Acción espera aportar información de calidad para entidades locales que quieran mejorar la calidad del aire y de los espacios de sus ciudades”, concluyen.

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