Zaragoza descarta abrir las piscinas municipales en junio y baraja julio, si la pandemia lo permite

Sanidad ha publicado un protocolo para la preparación de las piscinas frente al COVID-19 que entrará en vigor "única y exclusivamente" cuando el 'Plan de transición hacia una nueva normalidad' establezca que es posible la apertura. El resto de municipios aragoneses están a la espera para poder planificar la apertura de las piscinas de cara a un verano atípico.

Foto: Pixabay

El Ministerio de Sanidad español publicó este jueves un protocolo para establecer las "medidas básicas de seguridad" para "velar por la salud" de la ciudadanía en las piscinas. Dicho documento, consensuado con los gobiernos territoriales y el sector que gestiona este tipo de establecimientos, entrará en vigor "única y exclusivamente" cuando el 'Plan de transición hacia una nueva normalidad' establezca que es posible la apertura.

En Zaragoza, el Ayuntamiento ha anunciado ya que descarta que las piscinas municipales puedan abrir el 6 de junio, la fecha prevista antes del brote de coronavirus. La siguiente fecha que baraja es julio, aunque todo dependerá de la evolución de la pandemia. El resto de municipios aragoneses también están a la espera para poder planificar la apertura de las piscinas municipales de cara al verano, un verano que, como todo en esta crisis sanitaria, será atípico.

En el protocolo de Sanidad, se remarcar que un aspecto importante a tener en cuenta es la ventilación de los espacios cerrados, como vestuarios y baños, botiquín y salas técnicas. "El hacinamiento y la ausencia de ventilación son factores que favorecen la transmisión del virus", subraya. Se recomienda así abrir puertas y ventanas exteriores para aumentar la circulación de aire en el área. Y, en el caso de que la ventilación se proporcione a través de medios mecánicos, estos deben conservarse en buen estado de mantenimiento, limpieza y grado de desinfección adecuado.

Además, "es esencial que se realice una exhaustiva limpieza antes de proceder a la desinfección de todo el mobiliario (vaso, corcheras, escaleras de acero inoxidable, duchas, paredes, taquillas, etc.), y prestar especial atención a las superficies de contacto más frecuente como grifos, barandillas o pomos de puerta". El protocolo llama la atención sobre el hecho de que la desinfección carece de eficacia si la superficie no ha sido previamente desprovista de suciedad que puede servir de refugio a los microorganismos.

Asimismo, se insta que de forma complementaria a este documento se disponga de un protocolo específico que responda a las características específicas de cada instalación. "De manera general no hay que olvidar aspectos como por ejemplo que se deberán utilizar paños y materiales de un solo uso o proceder a su limpieza y desinfección adecuada", añade. Respecto a los desinfectantes, el protocolo sostiene que se podrán usar diluciones de lejía 1:50 recién preparada o cualquiera de los desinfectantes con actividad virucida que se encuentran en el mercado y que han sido autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad.

"El agua de los vasos debe contar con un proceso de depuración física y química, la renovación mediante adición de agua de aporte y la realización de controles operativos o rutinarios. Para eliminar el virus hay que mantener correctamente el tratamiento y niveles de desinfección residual en el agua", continúa el texto oficial.

Los establecimientos de hostelería que se encuentren ubicados en la piscina, deberán seguir los protocolos correspondientes a este sector. Y, las instalaciones deportivas y parques de juegos no podrán usarse hasta que así se establezca en la oportuna fase de desescalada.

Aforo y control de accesos

Sanidad propone como medida restrictiva de aforo al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos. Estas medidas son indicativas y dependiendo de la configuración de la piscina y de la zona pública podrán establecerse medidas más restrictivas para asegurarse el distanciamiento social.

Será el socorrista o el personal que designe el gestor de la instalación, el responsable de supervisar el número de bañistas en cada uno de los vasos y restringir los accesos a los mismos y de acuerdo con la legislación vigente en cada territorio.

Para la entrada a la piscina se propone dibujar o colocar bandas en el suelo de recepción que marquen la distancia mínima entre personas de 2 metros para acceder el mostrador y a la entrada.

En el caso de que la barrera de acceso sean tornos, el protocolo señala que es preferible tenerlos bajados o tocarlos con la ropa. Y, si la instalación lo permite, se recomienda utilizar una puerta de entrada y otra de salida para intentar evitar al máximo los cruces.

Otras medidas de seguridad

El protocolo señala que los establecimientos deberán contar con sistemas para la desinfección de manos a la entrada e incorporar un sistema de limpieza y desinfección de calzado a la entrada así como recomendar el uso de calzado exclusivo dentro de la instalación.

Además, se pondrá a disposición de las personas usuarias una bolsa de plástico para material desechable que se deberá depositar convenientemente cerrada en un cubo de basura (con tapa y pedal) a la salida y se favorecerá el pago con tarjeta de crédito o a través de aplicaciones móviles.

También se hace hincapié en la importancia de la difusión de mensajes de prevención mediante carteles y/o megafonía. "Los carteles recordarán buenas prácticas de higiene pública como ducharse antes de entrar a la piscina o lavar los trajes y las toallas de baño, para eliminar todas las bacterias o virus", incide.

Medidas en las zonas comunes

Las piscinas deberán contar con una distribución espacial de al menos 2 metros entre las personas usuarias que estará señalizada en el suelo. Todos los objetos personales como toalla, botes de crema, calzado de uso exclusivo, mochilas, etc. deben permanecer dentro del perímetro de seguridad establecido y evitar el contacto con el resto de personas.

Finalmente, el protocolo indica que se deberá realizar limpieza y desinfección de las zonas de estancia y de tránsito de las y los bañistas, al menos 2 veces al día, haciendo especial hincapié en las zonas más frecuentadas como vestuarios, aseos, taquillas, duchas y lavabos.


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