Decenas de personas volvieron a manifestarse en Zaragoza bajo el lema "Hay vidas en juego. Aragón sin desahucios" para recordar a la última víctima mortal del "genocidio social" que suponen los desahucios.
El pasado lunes un hombre de 62 años, vecino del barrio zaragozano de L’Almozara, se suicidó el día anterior a la fecha señalada para el lanzamiento de su vivienda de alquiler, tras verse obligado a dejar de pagar las cuotas mensuales del alquiler por su precaria situación económica.
En lo que llevabamos de año, al menos dos personas se han suicidado en Zaragoza ante la presión de un desahucio. En febrero, Esther, vecina del barrio del Gancho, se quitó la vida horas antes de producirse el desahucio de su vivienda.
"Mostramos nuestra más profunda indignación por esta sangría interminable", subrayaba Stop Desahucios para insistir en que estas son "muertes totalmente evitables”.
Además hacen un llamamiento urgente a las administraciones públicas para que "de una vez por todas se establezcan normativas que impidan los desalojos forzosos". "Si las Cortes de Aragón pusieran en marcha las tres medidas de mínimos de la campaña Aragón Sin Desahucios: moratoria, realojo y alquiler social o si se hubiera aprobado la ILP de la PAH, estamos seguros que como sociedad nos hubiéramos evitado un número ya insoportable de vidas irremplazables”, sostienen.