Vuelve la Parada de Casetas

Propuestas de arte en la naturaleza y actuaciones fantásticas, el 29 y 30 de mayo en la balsa del Ojo del Cura.

Foto: Nacho Arantegui

Muchos conceptos del arte van quedándose viejos hace tiempo, como son la necesidad de perdurabilidad desde que existe el arte efímero o el arte en la naturaleza. Tampoco la danza tiene que ser una preciosa colección de cabriolas o una canción una melodía con ritmo 2x4 y estribillo.

De todo esto y alguna cosa más trata el espectáculo que propone la Parada de Casetas que se representa por última vez este fin de semana en el espacio natural de la Balsa del Ojo del Cura.

Los organizadores del proyecto son viejos conocidos de diferentes proyectos de land art, para los que buscan colaboraciones de varias disciplinas artísticas: la gente del equipo Trarutan. Con unos cuantos años trabajando en espacios naturales y con materiales sacados del propio entorno, generando atmósferas que van desde lo intimista a estructuras realmente espectaculares su “galería” está entre árboles por regla general.

En este caso la propuesta va de recorrer el rehabilitado espacio de la balsa del Ojo del Cura, un humedal el que se han catalogado 250 especies vegetales diferentes, que dan muestra de la tremenda riqueza vegetal del espacio. Además, paisajísticamente se trata de una de las últimas balsas resistentes de las que existían en esta zona del valle medio del Ebro.

Permanecemos en silencio. Nos dicen que, a un pasito, la cigüeñuela está anidando.

En el recorrido encontramos seis propuestas de arte en la naturaleza. Arte plástico en este caso Esculturas en un camino en plena oscuridad, señalizado por unas mínimas barritas de luz. Puertas viejas, madera y semillas de chopo, ramas y juncos, generan un entorno que tiene algo de onírico. Mirillas en mitad de la naturaleza, obras que aparecen en un rincón...

Mientras uno va dando el paseo se encuentra con cinco números diferentes, de los que no estropearé el secreto. Es un camino que te acerca a la balsa, te adentra en el carrizal por un angosto sendero y se cruzan contigo Gustavo Giménez en la performance con su impresionante téncica vocal. También con Gonzalo Catalinas, Paloma Marina y Huguette Sidoine en la danza butoh junto con Pilar Marqués en el canto lírico y Alfredo Porras en la música en un inquietante número de danza. También a Victoria Valdearcos en la danza contemporánea y a Yago de Mateo tranformado en el Engendro Luminiscente.

Y un detalle no menor, por cinco euros ¿Cómo perdérselo? Aunque, por desgracia, el aforo es muy limitado. No olvidemos que es un lugar delicado y protegido, así que mejor reservar con tiempo.

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