Aunque el Parque Bruil sea el más antiguo de la ciudad de Zaragoza es un espacio verde urbano que se vive intensamente.
Ya sea por las personas que pasean a sus perros, por los muchos deportistas que lo usan en sus pistas o para correr, por los paseantes o, sobre todo, por la infancia, en una zona que se está renovando, se puede decir que el Bruil es un parque vivo.
Pero no deja de padecer sus problemas, parte de ellos fruto de una negligente gestión municipal de años que ha llevado a la pérdida de buena parte de su masa arbórea. Un proceso debido al envejecimiento natural de los árboles, a un hongo que está presente en todo el parque y que resulta imposible erradicar, pero también a unas obras efectuadas en 2010 y al posterior mantenimiento del parque.
Resumiendo: con el plan E de aquellos tiempos pretéritos de ZP se desempolvó un plan que debía andar por algún cajón perdido, se hizo una obra que nadie había pedido, se dejaron las cosas peor que estaban y de camino se fundieron un millón de euros. 997.400, para ser exactos.
Esta obra fue el detonante de una seria oposición vecinal que se fue sustanciando a lo largo de los años en un proceso de coordinación de organizaciones vecinales, ecologistas y AMPAs de los colegios de la zona con el nombre de Vive el Parque Bruil.
En 2011, tras las protestas de 2010 se convocó la que sería la primera jornada primaveral de plantación con el nombre de Vive el Parque Bruil, a la que acudieron cientos de personas.
Desde entonces, y gracias a la presión popular, representantes municipales se han sentado en repetidas ocasiones con las vecinas de Madalena-Tenerías. Fruto de esa presión se ha conseguido plantar en los últimos cinco años más de cien árboles. Algunos por los jardineros de las contratas pero también un buen puñado de manos (y azadas) de los propios vecinos. Destacar aquí la desinteresada labor de Ismael, vecino que con sus propios medios ha cultivado árboles en macetas para su posterior repoblación.
En los últimos 5 años han muerto una media de 20 árboles anuales. En los últimos 3 años, bajo el impulso de la vecindad, con medios propios y del Ayuntamiento, se ha repoblado con cerca de 100 ejemplares.
Este año no ha sido la excepción y se ha convocado por parte de las asociaciones vecinales Parque Bruil-san Agustín, las AMPA de los coles Tenerías, Gascón y Marín y Cándido Domingo además de ANSAR y el CTL Esbarizaculos una nueva jornada lúdica y reivindicativa.
Un animoso grupo de chavales ha paleado tierra en los nuevos árboles que darán vida al parque. Asimismo se han explicado las nuevas variedades, la función que cumplen y se ha puesto en cuento por parte de un peculiar abuelo de Esbarizaculos, la realidad de los dañados árboles del Bruil.
Los niños y niñas han dibujado su versión de los árboles y finalmente desde la AV de la Madalena Calle y Libertad se ha propuesto arborizarse mediante un divertido juego para peques y grandes en que, con los ojos vendados, había que dirigirse a un árbol y contar luego a la animada concurrencia lo que cada quien había sentido.
En el comunicado conjunto se incide en que Zaragoza se comporta mal con sus árboles. Se producen talas masivas e indiscriminadas, consecuencia de obras o reformas de viales, de no obligar a aplicar su propia normativa de protección del arbolado urbano, de no desarrollar protecciones específicas para el catálogo de árboles monumentales. Haciendo especial mención a varios casos recientes, como la tala de los árboles de c/ Moret.
Con el acto la organización se ha sumado al "día de la lucha campesina", que se celebra en todo el planeta para recordar el respeto que le debemos tener a la Tierra, al medio natural y quién la trabaja.
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Leo Vargas, miembro de la AV Madalena Calle y Libertad