Veladas del Nilo

El agua del Nilo cada vez es un tema de mayor controversia entre los países del alto y bajo río. Un punto de inflexión fue la construcción de la presa del Renacimiento por parte de Etiopía sobre el “Nilo Azul”, afluente que alimenta al Nilo con el 85% de su caudal.

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La concentracion de la poblacion egipcia alrededor del Nilo Foto: NASA.

El Nilo, un río que es escenario de la famosa novela del egipcio, y premio Nobel, Naguib Mahfuz, “Cháchara sobre el Nilo” (traducida al español como “Veladas del Nilo”) no hablaba de la disputa sobre el Nilo. En la realidad, es escenario de un conflicto “a fuego lento”.

El Nilo es el río más importante de África. Nace en Uganda, su principal afluente está en Etiopía y desemboca en Egipto. En su ribera florecieron unas de las primeras civilizaciones de la Humanidad, se ve hoy afectado por el cambio climático, la sobrepoblación y la mala explotación de sus recursos.

Etiopía decidió en 2011 construir una presa en el Nilo azul a 40 kilómetros de su frontera con Sudán. Dicha presa, cuya construcción ha terminado este año, tendrá la central hidroeléctrica más grande de África y la octava en el mundo con capacidad de 6.000 megavatios. Etiopía ha bautizado su presa como “la gran presa del Renacimiento”. El país africano espera así empujar el proceso de industrialización y la conexión de todo el país a una red fiable de electricidad, ya que el 55% de su población de 115 millones de habitantes carece de electricidad a día de hoy.

Preocupación egipcia legítima

No fue en vano que el historiador griego Heródoto describiera Egipto como “el don del Nilo”. Efectivamente, el país cuenta con el Nilo para satisfacer más del 95% de sus necesidades hidráulicas. Oficialmente el país tiene una población de 100 millones, aunque se estima que la cifra es un 20% mayor, por lo menos. La mayoría arrolladora de la población egipcia vive y crece sobre la tierra fértil a lo largo de este río.

Etiopía quiere llenar su presa en menos de 6 años para poner en marcha sus planes de “renacimiento”. Eso significa que Egipto perdería casi la mitad de sus tierras agrícolas y aumentaría la tasa de desempleo en más del 25%.

Otro país que se verá afectado, aunque en menor medida, será Sudan. Sudán, sin embargo, tiene menos población y un nivel de precipitaciones mucho más alto que Egipto.

Egipto ha enfatizado siempre que le interesa solucionar la controversia pacíficamente, a pesar de alusiones de algunos mandatarios egipcios a “recurrir a otras opciones firmes”. O de una propaganda populista que exagera los objetivos de las enormes compras de armas, cazas y portahelicópteros.

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Foto: France24.

Necesidad etíope legítima

Después de muchos años de inestabilidad, Etiopía quiere realizar un salto económico necesario para su población. El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, dijo en varias ocasiones que el proyecto de la presa tiene como objetivo establecer una infraestructura para el suministro regular de agua potable a más de 50 millones de personas. También para proveer a la agricultura con el agua necesaria para alcanzar la autarquía agrícola, o para que la electricidad llegue a todos los hogares y para suplir el suministro energético necesario para la industrialización del país.

Los políticos de Etiopía y de los países del alto del río (Egipto y Sudán) han hablado sobre el tema de llenar la presa (y la Unión Africana tomó parte en las conversaciones). Los acuerdos “preliminares” y “preacuerdos” entre Etiopía, Sudán y Egipto en 2015 y 2020 dicen de manera genérica que ese proceso tendrá lugar por fases y siempre durante la temporada de lluvia, mitigando los efectos del proceso. Los detalles no han sido publicados ni expresados explícitamente. Mientras tanto, el intercambio de acusaciones entre Egipto y Etiopía no ha parado.

Proyecto justo pero sospechoso

Muchos estudios académicos, así como análisis de profesionales y ONG ecologistas internacionales señalan que se puede generar 6.000 megavatios con una presa de menor tamaño y que la presa, que costó 4 mil millones de dólares, diseñada por la empresa italiana Studio Ing. G. Pietrangeli y construida por otra empresa italiana la Salini-Impregilo, es muy exagerada en términos técnicos y medioambientales.

En mayo de 2018, Deep Kamara, quien fuera el director de la filial local de la empresa nigeriana Dangote Industries que provee al proyecto con cemento, fue asesinado por hombres armados desconocidos. Dos meses después, el director del proyecto etíope, Simegnew Bekele, fue encontrado muerto en su coche en la capital Adís Abeba. La policía etíope dijo que fue un suicidio con pistola.

Legado colonial inválido: peso geoestratégico perdido

La situación actual no sería tan problemática si Egipto no hubiese seguido adelante con el acuerdo colonial con los ingleses. En 1929 Gran Bretaña firmó un acuerdo con Egipto (entonces un reino bajo colonización británica) sobre el agua del Nilo. Los británicos representaban arbitrariamente al resto de los países del cauce del Nilo, también bajo colonización: Uganda, Kenia, Tanganica (hoy Tanzania) y Sudán. Dicho acuerdo colonial -que no incluía Etiopía- daba a Egipto “el derecho de vetar” cualquier proyecto en los países del alto río.

En 1959 Egipto y Sudán firmaron otro acuerdo por el cual los países del bajo río (Egipto y Sudán) se quedaban con el 88 % del agua del Nilo; Egipto con 55.5 mil millones de metros cúbicos al año y Sudán con 18.5 mil millones. El resto de países tendría 10 mil millones. Desgraciadamente, el anticolonialista y amigo de los pueblos africanos, el presidente egipcio Abdel Nasser, no cuestionó dichos acuerdos y posturas.

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La Gran Presa del Renacimeinto en la region etiope Benishangull Gumuz Foto: SP Studio Pietrangeli.

Ha llegado el “momento de la verdad”

El pasado julio, Etiopía realizó la primera fase de lleno de su presa reteniendo 4.9 mil millones de metros cúbicos. Adís Abeba declaró que el año que viene se prevé retener otros 18 mil millones demetros cúbicos. Se espera llegar a retener 74 mil millones de metros cúbicos en total en menos de 6 años. Egipto quiere que el proceso dure más de 10 años para minimizar los impactos ambientales y sociales.

Según informes oficiosos, Egipto negoció con Eritrea el establecimiento de una base militar. Aunque la razón en dichos informes es la lucha contra la piratería en la zona del Cuerno de África, el tema del agua del Nilo parece mucho más “razonable”.

¡Agua para todos, electricidad para Etiopía e inversiones para China!

Se estima que Etiopía es el país que tiene más fabricas chinas fuera de China. Las empresas del gigante asiático invierten en la manufactura de calzados y textil sobre todo. La inversión creciente en dichos sectores sale más rentable porque el salario medio del trabajador en China es de 550 dólares al mes, mientras que en Etiopía es de 30 dólares solo. Y las condiciones de explotación son peores también.

El país africano ocupa un sitio importante en la iniciativa china, conocida en castellano como “la nueva ruta de la seda” (One Belt, One Road Initiative). China hoy por hoy es el mayor inversor y socio económico de Etiopía. Además, las empresas chinas se encargarán de los proyectos de infraestructura y la instalación de los turbinos de la central hidroeléctrica de la Gran Presa del Renacimiento.

No se puede imaginar una acción firme por parte de Egipto u otro país contra activos chinos en Etiopía. Las complicaciones actuales son auténticas, lo que exige un enfoque científico que pone en el centro el derecho de toda y cada persona que vive en los países del cauce del Nilo al agua. Parece que no queda para Egipto otra opción más que la diplomacia o, quizás, la buena gobernanza.

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