Varias organizaciones animalistas advierten de que "la mejor ayuda a la tauromaquia es un plan de reconversión"

Desde 2007 hasta 2019 se han producido descensos en todos los tipos de festejos taurinos por un total de un 39%, con caídas de entre un 90,6% del toreo cómico y un 41,6% de los festivales

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Plaza de la Maestranza de Sevilla vacía. Foto: Pacma

El Ministerio de Cultura y Deporte acaba de publicar las nuevas Estadísticas de Asuntos Taurinos, relativas al periodo 2012-2019, que muestran de nuevo un importante declive de la industria taurina o de la tauromaquia. Las corridas de toros bajaron en 2019 en el Estado español un 63,4% respecto a 2007.

Desde 2007 hasta 2019 se han producido descensos en todos los tipos de festejos taurinos por un total de un 39%, con caídas de entre un 90,6% del toreo cómico y un 41,6% de los festivales. Solo suben las corridas mixtas de 13 a 51.

Desde 2017 hasta 2019, los festejos populares, que hasta entonces habían experimentado aumentos, caen por segundo año consecutivo, de 17.920 a 16.915, 1.005 menos.

En pleno debate sobre las ayudas del gobierno al negocio taurino para paliar el impacto del COVID-19, las organizaciones de protección animal Animal Guardians, AVATMA y la Plataforma La Tortura No Es Cultura señalan que estas cifras muestran que el final de la tauromaquia es inevitable y que, por lo tanto, invertir fondos públicos en ellas es malgastar el preciado dinero de los y las contribuyentes.

Marta Esteban Miñano, de Animal Guardians afirma: "A pesar de que toda actividad taurina cae un 39% y las corridas de toros, fuente de mayor ingreso, un 63,4% respecto a 2007, las ganaderías de lidia han aumentado de 1327 en 2007 a 1339 a 2019, es decir, 12 más. ¿Cómo se explica que con un descenso de los festejos tan brutal aumenten las ganaderías? Sencillo, el 31,6% de sus ingresos vienen de subvenciones europeas de la PAC, más otras subvenciones nacionales que reciban. Se crean para vivir de los impuestos de los contribuyentes”.

Un informe reciente realizado por AVATMA recoge datos provenientes de fuentes taurinas conforme a los cuales, "un 31,6% de los ingresos de las ganaderías de lidia proviene de ayudas del Plan Agrario Común (PAC) y si no fuera por ellas, hoy en día, estas ganaderías serían difícilmente viables". Según señalan, en el apartado de subvenciones del PAC, la media anual es de 60.736 euros por explotación, con un máximo de 142.246 euros y un mínimo de 21.888 euros. Jose Enrique Zaldívar, presidente de la asociación añade "además son pocas, muy pocas, las explotaciones ganaderas de ganado de lidia, que vende animales para festejos en plaza (más o menos un 30%), con el agravante, además, de que, salvo las punteras, la mayoría vende poquísimos animales (toros y novillos)”.

Miñano añade que "igualmente, el número de profesionales taurinos inscritos aumenta: en 2012 era de 7.907 y en 2019 hay 9.993, de los cuales 991 tienen más de 65 años. Es decir, a pesar de la caída de la actividad taurina, los inscritos aumentan. Imaginamos que lo hacen porque, una vez más, esperan vivir de subvenciones”.

Sin embargo, si miramos aquellos profesionales con carnet vigente (es decir, que han podido participar en "algún" festejo taurino) estos caen en 1.346 desde 2012, cuando eran 6.703, frente a los 5.357 de 2019. Pero no parece ser un trabajo muy estable. Zaldívar señala que "el empleo que genera la tauromaquia es escaso, temporal y endogámico, resultando evidente que, el sector taurino, debe contar ya con otras fuentes de ingresos más allá de esta actividad específica, para poder adaptarse al evidente declive que padecen”.

Carmen Ibarlucea, presidenta de la Plataforma La Tortura No Es Cultura hace un llamamiento al gobierno: "Esperamos total transparencia por parte del Ministerio de Cultura en la gestión de las ayudas al sector. Sabemos que en muchas de las ayudas económicas, reforzadas por dinero de la UE, las actividades taurina no tienen cabida".

Marta Esteban apostilla: "El negocio de la tauromaquia se muere e invertir dinero público en él es malgastar el dinero de los contribuyentes cuando tanto se necesita. Es como invertir en máquinas de escribir. La única ayuda razonable es un Plan de Reconversión que saque a las familias que viven del maltrato del toro de una bancarrota inevitable".

Las organizaciones enviaron una carta al gobierno con el apoyo de más de 870 entidades pidiendo que no se destinen fondos públicos a la actividad taurina y en vez de ello se trabaje en un Plan de Reconversión del sector.

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