El Ayuntamiento de Zaragoza ha instalado una placa conmemorativa a Amparo Poch i Gascón (Zaragoza, 1902 - Tolosa/Toulouse, 1968) en la fachada del antiguo cuartel de Pontoneros, ubicado en la calle Madre Rafols número 8, en la que fue la sede de su despacho médico.
En el acto de homenaje, que tuvo lugar este miércoles, han participado el alcalde Pedro Santisteve, la concejala de Educación e Inclusión, Arantza Gracia, la presidenta de la Junta Municipal del Casco Histórico, Teresa Artigas, representantes de varios grupos municipales y de diversas entidades sociales y vecinales.
"El homenaje forma parte del compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza por poner en valor los méritos de las mujeres que han sido referentes en la ruptura de los roles de género. Este es uno de los objetivos del nuevo Plan de Igualdad de Zaragoza 2018-2021, para trabajar en la construcción de relatos que den visibilidad a la aportación de las mujeres en la historia y el presente", recordaron.
El pasado mes de abril, el Grupo Municipal de Chunta Aragonesista presentó una moción en el Pleno de Zaragoza, en la que se proponía hacer un reconocimiento a Amparo Poch, coincidiendo con el 50 aniversario de su fallecimiento. La moción fue aprobada por unanimidad.
En el acto se han leído algunos textos de la homenajeada, a cargo de las representantes de la Asociación de Mujeres Amparo Poch y del Seminario Interdisciplinar de Estudios de la Mujer (SIEM) de la Universidad de Zaragoza.
El sindicato CGT también quiso formar parte del homenaje para "reivindicar y rescatar del olvido la importancia de su papel en el ámbito libertario". "Una mujer tan importante y destacada en sus dos ámbitos; el científico y el anarquista", afirma el sindicato.
Amparo Poch i Gascón fue una activa militante antifascista, libertaria y defensora de la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Fue una de las primeras mujeres en estudiar Medicina en la Universidad de Zaragoza y destacó por lograr uno de los expedientes académicos más brillantes su historia. En su consulta realizaba una atención específica a mujeres, niños y niñas, y ofrecía un horario especial para obreras.
También llevó a cabo una importante labor como escritora en la revista Mujeres Libres, que fundó junto a Lucía Sánchez Saornil y Mercedes Comaposada, en pro de la liberación de la mujer obrera. Durante la Guerra Civil se implicó como doctora miliciana, a través del Sindicato Único de Sanidad de la CNT, hasta que en febrero de 1939 cruzó la frontera hacia el exilio en Francia. Allí continuó con su carrera médica y su activismo antifascista y feminista, hasta su fallecimiento en Tolosa/Toulouse el 15 de abril de 1968.