Una emergencia que no se cierra, una herida que no cura

Todavía recuerdo cómo me temblaban las piernas durante la llamada del GISE (Grupo de Intervención Social en Grandes Emergencias y Catástrofes de Aragón) por la que me activaban como trabajadora social. La causa: un edificio de pisos derrumbado en la ciudad de Teruel, calle San Francisco, 21. No sabían todavía el alcance, ni si había personas atrapadas, aunque creían que no, si había que desalojar los edificios contiguos, si había que buscar cómo cubrir las necesidades más básicas de las personas que allí vivían,... Me desplacé al instante hasta allí. Al llegar me encontré una situación caótica, como en cualquier …

Todavía recuerdo cómo me temblaban las piernas durante la llamada del GISE (Grupo de Intervención Social en Grandes Emergencias y Catástrofes de Aragón) por la que me activaban como trabajadora social. La causa: un edificio de pisos derrumbado en la ciudad de Teruel, calle San Francisco, 21. No sabían todavía el alcance, ni si había personas atrapadas, aunque creían que no, si había que desalojar los edificios contiguos, si había que buscar cómo cubrir las necesidades más básicas de las personas que allí vivían,...

Me desplacé al instante hasta allí. Al llegar me encontré una situación caótica, como en cualquier emergencia, a lo que se añadía una falta de instrucciones claras. Fue una situación de emergencia que, sin lugar a dudas, se llevó adelante con éxito por la voluntad y profesionalidad de quienes atendieron a las personas: policía local y nacional, bomberos de DPT, personal sanitario, trabajadoras de Servicios Sociales, Protección civil y otros,  que en algunos casos no contaban con las herramientas adecuadas, pero que con voluntad y profesionalidad sacaron adelante una situación de crisis.

Quizá porque se apodera de mí la empatía y humanidad necesarias para afrontar estas situaciones, pensé que las administraciones estarían a la altura tras el caos de las primeras horas, el estado de shock ante una desgracia de tal magnitud y el miedo sufrido por las personas afectadas, del estrés generado por la situación en sí y por todas las pérdidas a las que tenían que enfrentarse, por la insoportable pena de los cientos de recuerdos y pedacitos de vida enterrados en los escombros,...

Pero la realidad es que dos años después, el dolor de quienes sufren esta tragedia sigue marcando su día a día. Sin duda son personas valientes, porque afrontan con entereza su situación, porque hacen piña, porque no reblan en sus reclamaciones y concentraciones, pero veo el dolor, la incertidumbre y la pena que les sigue acompañando todavía. ¡Y cómo no ha de ser así si dos años después no se ha solucionado la emergencia! La incertidumbre del camino que se está dando para dar respuestas a sus dudas es insoportable y las semanas y meses pasan sin que se haya visto la luz. No sólo hubiera sido preciso actuar con mucha más agilidad, con diligencia, sin excusas, sin intercambios de acusaciones,… Es fundamental también ayudarles a superar los duelos, hay que dar respuesta a todos los miedos y dudas que no les permiten descansar, tras dos años en tensión un día sí y otro también. Hay que saber con claridad qué pasó, pues las decisiones dependen de ello, y dos años viviendo sin un hogar físico y en la incertidumbre emocional es demasiado tiempo para la salud de cualquiera. También lo es para el resto de vecinos y vecinas de la calle que no saben si podría volver a ocurrir algo así y que viven con miedo. Hay que poner en marcha los recursos necesarios para que todos ellos puedan pasar página y avanzar.

Si hay algo que tengo claro es que hay que dar respuesta a sus demandas, es fundamental hacer un estudio completo que dé lugar a un plan integral de rehabilitación de la zona. El Ayuntamiento de Teruel debe dar respuesta  pero es absolutamente necesaria la implicación del Gobierno de  Aragón, que no puede seguir mirando a otro lado, por lo que debe poner en marcha una financiación extraordinaria para ese Plan de rehabilitación Integral desde el Óvalo, la calle San Francisco y los colindantes del Barrio del Carmen que lo precisen.

Dejémonos de intercambios de impresiones y pasemos a la acción, que ya se va tarde.

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies