Una breve mirada al gasto público

ECONOMÍA CRÍTICA | Alejandro Quesada Solana | La crisis económica tiene un claro objetivo: reordenar la distribución de la renta para aumentar su regresividad. El papel del Estado, como redistribuidor de la renta entre ricos y pobres, se está cambiando a marchas forzadas gracias a las recomendaciones de las autoridades europeas y el beneplácito de las élites locales a lo largo y ancho de Europa, especialmente en su periferia. La falacia del Estado hipertrofiado está fuertemente asentada entre nuestros gobernantes los cuales aseguran que el Estado gasta mucho y es necesario aligerar su peso en la economía. Esta afirmación, que …

recortes-en-el-gasto-publicoECONOMÍA CRÍTICA | Alejandro Quesada Solana | La crisis económica tiene un claro objetivo: reordenar la distribución de la renta para aumentar su regresividad. El papel del Estado, como redistribuidor de la renta entre ricos y pobres, se está cambiando a marchas forzadas gracias a las recomendaciones de las autoridades europeas y el beneplácito de las élites locales a lo largo y ancho de Europa, especialmente en su periferia.

La falacia del Estado hipertrofiado está fuertemente asentada entre nuestros gobernantes los cuales aseguran que el Estado gasta mucho y es necesario aligerar su peso en la economía. Esta afirmación, que rechazamos de pleno, la matizaremos con una sola tabla. Si el empleo de los recursos debe ser “reordenado” qué menos que hacer una imagen, una instantánea, de dónde se destinan los recursos desde un punto de vista comparado con los tres grandes países industrializados de Europa (Alemania, Estado francés e Italia), hacia los cuales habría que converger.

En otras palabras, haciendo el gran esfuerzo de suponer que el gasto público es disparatado, procederemos a observar comparadamente el peso de cada área en el gasto público del Estado español, francés, Italia y Alemania. El objetivo de esto es conocer, y dar a conocer, la estructura del gasto público de forma comparada entre estos países.

De este modo, la tabla que a continuación presentamos está tomada con los últimos datos disponibles en Eurostat (2011) y habiendo convertido el gasto público de cada país en una base 100, es decir, se muestra el gasto público por área como porcentaje del gasto público total. Si se quiere hacer el ejercicio de convertir los datos como porcentaje del PIB de cada país, ofrecemos el dato de gasto público total de cada país siendo para Alemania del 45%, para el Estado español 45,9%; para el Estado francés 55,9% y para Italia 49,9%.

En sombreado verde están aquellas parcelas en las que el país es el que más recursos destina, de entre los cuatro seleccionados y en relación a su propio gasto público, y en rojo las que menos.

Para el caso del Estado español, que es el que aquí nos ocupa, observamos cómo el gasto en Defensa es reducido, pero también cómo lo es comparativamente el de Vivienda, Salud y Protección social; justo las parcelas donde el Estado español más está recortando –además de en Educación, donde tampoco destacamos especialmente-. También es de destacar que aquellas parcelas donde el porcentaje de gasto público español es comparativamente más elevado es en áreas de poca calidad social: Asuntos económicos –donde cobra mucho peso los servicios dedicados a la deuda, principalmente a raíz de los primeros rescates bancarios y el FROB-, la Seguridad y el orden público –o recursos represivos-, y el Ocio, la Cultura y la Religión donde, desafortunadamente, el Eurostat no nos muestra desagregados los datos impidiéndonos realizar un estudio más detallado de qué es exactamente Ocio, qué Cultura y qué Religión.

Llama poderosamente la atención cómo la protección social –que incluye principalmente subsidios de desempleo y pensiones- es, con diferencia, el indicador peor situado para el Estado español y, sin embargo, está siendo el mecanismo de ajuste más usado (reforma en la estructura de despidos para aligerar su coste y reforma en la estructura de acceso al subsidio de desempleo para limitar su obtención) y el siguiente en la cola (la reforma de las pensiones que harán perder a éstas más de una cuarta parte de poder adquisitivo).

Así, en este breve artículo, creemos haber puesto un poco de luz, acercando los datos, sobre la estructura real del gasto público español, de cómo está este en relación a nuestros referentes europeos y de cómo las maniobras políticas para su reordenación no obedecen a ningún tipo de patrón coherente con la situación de nuestras cuentas públicas.

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