En vísperas del arranque de los encierros de Sanfermines, AnimaNaturalis y PETA se unen un año más para alzar la voz contra la tauromaquia, en una protesta que ha tenido lugar este sábado frente al Ayuntamiento de Iruñea. Bajo el lema "Tauromaquia es pecado", las organizaciones buscaban visibilizar el rechazo social a una "práctica violenta y anacrónica", poniendo de manifiesto la "contradicción de su organización" por parte de "entidades de vocación religiosa en una ciudad con arraigadas tradiciones católicas", y recordado "las diversas bulas papales que ya condenaron esta práctica como pecado".
Así, más de un centenar de voces se han unido en Iruñea para denunciar que "el maltrato animal en las corridas de toros no solo es una crueldad inadmisible, sino una violación de los principios de caridad cristiana, tal como ya sentenciaran diversas bulas papales que, desde el siglo XVI, calificaron la tauromaquia de pecado" y propio de demonios". La protesta se ha desarrollado poniendo el foco en la Casa de la Misericordia, institución religiosa que gestiona la Plaza de Toros iruindarra y organizador de los encierros. Le han pedido su "compasión por todos los seres sintientes" y poner fin a "un espectáculo en declive y mayoritariamente rechazado por la sociedad".
"La tauromaquia no solo es una práctica violenta y anacrónica, sino una contradicción flagrante con los valores de compasión y beneficencia que supuestamente encarna la Casa de la Misericordia", afirma Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en el Estado español. "Es inaceptable que una institución de carácter religioso, fundada en la caridad, se lucre con el sufrimiento animal, contraviniendo incluso antiguas bulas papales que ya condenaban esta barbarie. Pedimos a la Casa de la Misericordia que extienda su compasión a todos los seres sintientes y abandone esta fuente de financiación basada en la tortura", ha insistido.
El lema "Tauromaquia es pecado" resuena con la historia de la Iglesia, que, en diversos momentos, ha condenado explícitamente esta práctica. En 1567, el Papa Pío V, fraile dominico y excomisario general de la Inquisición, promulgó la bula "De salute gregis Domini", en la que prohibía "terminantemente los vergonzosos espectáculos de las corridas de toros, propios, no de hombres, sino de demonios, bajo pena de excomunión y anatema ipso facto, que estará vigente perpetuamente, extensible a los príncipes cristianos cualquiera que sea la dignidad de que esté revestido, eclesiástico o civil, e incluso imperial o real". En su texto, Pío V consideraba que estos espectáculos "no tienen nada que ver con la piedad y la caridad cristiana" y eran "cruentos y vergonzosos". Aunque esta bula no llegó a publicarse en el Estado español por la intervención del rey Felipe II, y su sucesor, Gregorio XIII, publicó en 1585 una nueva bula que levantaba la prohibición de asistencia a los espectáculos taurinos para las personas laicas —aunque no para los clérigos y exigiendo que no se celebraran en días festivos—, la condena papal original subraya la incoherencia moral de la tauromaquia con los valores religiosos.
"La historia de la Iglesia es clara: la tauromaquia, en su esencia, ha sido considerada un acto de crueldad incompatible con la fe cristiana. Reafirmar que la 'Tauromaquia es Pecado' en el corazón de Sanfermines no es solo una declaración animalista, sino un recordatorio de los principios éticos y de compasión que deberían guiar a cualquier institución, especialmente una de carácter religioso", enfatiza Gascón.
En opinión de AnimaNaturalis y PETA, en el plano político local, la movilización "cobra especial relevancia" en el contexto de la encuesta ciudadana que el Ayuntamiento de Iruñea ha realizado entre el 1 de junio y el 5 de julio, para conocer la opinión de los vecinos y vecinas sobre los Sanfermines, incluyendo preguntas sobre la "aceptación o rechazo" de encierros y corridas. Esta iniciativa sigue a declaraciones como las del alcalde Joseba Asiron (EH Bildu), quien, aunque defiende el encierro como "seña de identidad", vislumbra "a medio plazo, unos Sanfermines sin corridas", reconociendo que "nadie se imagina un ocio basado en el sufrimiento animal" y que "la sociedad lo tiene cada día más claro".
"La encuesta que el Ayuntamiento de Iruñea está realizando es una oportunidad histórica para que los pamploneses y pamplonesas expresen su verdadero sentir y demuestren que los Sanfermines pueden y deben evolucionar hacia unas fiestas libres de maltrato animal. Es hora de escuchar a la gente y construir un futuro donde la alegría no se base en el sufrimiento", apunta Gascón.
La protesta de este sábado en Iruñea se enmarca en un contexto de creciente rechazo ciudadano a la tauromaquia en los diversos territorios y naciones sin estado del Estado español. La encuesta de Hábitos Culturales 2018-2019 del Ministerio español de Cultura revela que solo un 8% de la ciudadanía estatal asistió alguna vez a festejos taurinos y apenas un 5,8% a corridas en plaza, lo que demuestra que se trata de una práctica minoritaria.
"Es una paradoja que se sigan invirtiendo millones de euros de fondos públicos en un espectáculo que una inmensa mayoría de la ciudadanía no quiere y considera una crueldad. Es hora de dejar de malgastar el dinero de todos en una práctica en declive y escuchar el sentir de la sociedad", concluye Gascón.