Un trabajador de SARGA sufre un golpe de calor mientras realizaba labores de prevención de incendios forestales

“La empresa aplica un protocolo específico para trabajos con altas temperaturas, que les servirá para cumplir la ley, pero es completamente deficiente”, apuntan desde CGT. Por ello, piden la “paralización” de estos trabajos mientras dure la máxima activación de incendios forestales, “pudiendo aprovechar esas horas en formación”.

En plena ola de calor, las cuadrillas terrestres del operativo de prevención y extinción de incendios, contratadas por la empresa pública SARGA, han seguido con las labores preventivas, trabajando con motosierras, desbrozadoras y sus equipos de protección correspondientes en horario de 14.00 a 20.50 horas y soportando temperaturas de hasta 41 grados, como bien informa la agencia estatal de meteorología a la empresa.

Cabe recordar que estos mismos trabajadores y trabajadoras deben acudir a un incendio forestal si se produce, en el que pueden llegar a trabajar doce horas más.

Como consecuencia de los exigentes trabajos que los empleados y empleadas de SARGA se ven obligados a realizar en tardes con temperaturas extremas, un trabajador de una cuadrilla terrestre ha sufrido recientemente un golpe de calor, permaneciendo tres días ingresado en observación.

Los golpes de calor son un grave riesgo para la salud, que pueden desencadenar incluso la muerte, como recientemente se han dado casos en otros territorios y ámbitos laborales.

CGT viene avisando “repetidamente” a SARGA de los riesgos a los que la plantilla está expuesta. Sobre todo los retenes de tierra, realizando trabajos pesados durante turnos de seis días seguidos, acumulando sobreesfuerzos y altas temperaturas.

“La empresa aplica un protocolo específico para trabajos con altas temperaturas, que les servirá para cumplir la ley, pero es completamente deficiente”, apuntan desde el sindicato.

En su opinión, estas situaciones resultan “predecibles y por tanto completamente evitables, introduciendo algunas variaciones en la gestión y organización”. Y añaden que “en pleno siglo XXI no debería producirse esta explotación laboral, en una empresa pública de estas dimensiones, con recursos suficientes para evitar estas imprudencias”.

Por todo ello, desde CGT piden la “paralización” de estos trabajos mientras dure la máxima activación de incendios forestales, “pudiendo aprovechar esas horas en formación”. También, a su juicio, se podría aprovechar este periodo para realizar “trabajos más ligeros de mantenimiento del monte sin la exigencia de los rendimientos y por qué no, para dedicar un tiempo al final de la tarde a la preparación física, al igual que las cuadrillas helitransportadas”.

“Cuando se acaba el deposito de la motosierra, la camiseta chorrea de sudor y sientes un mareo que te obliga a reposar y beber agua. Nadie te lo impide, pero en ese momento se escucha un aviso de incendio a través de la emisora. La cuadrilla tiene que acudir lo antes posible para actuar e intentar evitar que un pequeño conato se convierta en un gran incendio. Al tener el material desperdigado por el tajo y estar sofocados por el trabajo anterior, el tiempo de reacción aumenta y por supuesto las fuerzas no están al completo para la extinción”, explican desde CGT.

“Mientras tanto –continúan-, los técnicos de Incendios de la DGA, el director general de Gestión Forestal y el Consejero miran a otro lado, consintiendo a SARGA su mala praxis”.

“Un problema más del que se desentienden, pero que suma y sigue. Como la falta de compromiso de la DGA en el incumplimiento del pacto político, que aseguraba más meses de trabajo en 2018 para Vigilantes de Incendios, conductores de autobomba y trabajadores de Espacios Naturales Protegidos”, concluyen.

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