
El Mayordomo (The Butler) de Lee Daniels se estrenó en el número uno de la taquilla en EEUU. Es al mismo tiempo la historia de un hombre y de toda una generación que vivió los cambios trascendentales de la época del movimiento por los derechos civiles. Conseguir este equilibrio es difícil, y a veces la película se desinfla, pero en general es una historia apasionante.
El filme se inspiró en la vida de Eugene Allen, un mayordomo de la Casa Blanca que sirvió hasta ocho administraciones presidenciales, aunque la mayor parte de la historia personal es ficticia. En la película, Cecil Gaines, interpretado magistralmente por Forest Whitaker, creció en una plantación de algodón de Georgia en 1920.
Cecil aprende el arte de ser “dos caras” -la presentación de una máscara cuidadosamente construida delante de sus amos blancos- de modo que en la habitación se debe sentir el vacío cuando esté dentro.
El personaje de Cecil ofrece así una perspectiva interesante sobre las relaciones raciales del siglo XX, desde el punto de vista de quienes compartieron con los blancos una relación íntima, aunque fundamentalmente servil, y desde la de los hombres más poderosos de raza blanca.
Un Martin Luther King Jr. ficticio señala en un momento de la película que “el interno negro jugó un papel importante en nuestra historia”. Reflexiona sobre cómo su duro trabajo y la dignidad silenciosa socavaron los estereotipos dominantes de la gente negra: “En muchos sentidos, son subversivos, sin ni siquiera saberlo”.
El personaje de Cecil también se destaca como arquetipo de una generación anterior que intenta luchar con todas las fuerzas con el nacimiento del movimiento por los derechos civiles. Su hijo Louis, por su parte, es una encarnación viva de toda la trayectoria del movimiento.
Oprah Winfrey da un rendimiento impresionante como la mujer de Cecil, que, debido al éxito de su marido, se eleva a ama de casa, pero debe luchar contra la soledad y el alcoholismo.
La tensión central en la película es entre Cecil y su hijo. Se puede simpatizar tanto con la creciente frustración de Louis por la aceptación pasiva que hace su padre de la injusticia, como con la incomprensión de Cecil ante el rechazo de su hijo a una vida mejor que tanto sacrificio le había costado, mientras Louis arriesga su vida por una causa que era aparentemente imposible de ganar. Cuando le dice a su padre que algo especial está pasando en el Sur, Cecil responde : “¿Qué hay de especial en otro hombre de color en la cárcel?”.
Las representaciones de los principios del movimiento estudiantil son los aspectos históricos más poderosos de la película. Cuando tan a menudo en los EEUU se ofrece una versión aséptica de la lucha por los derechos civiles, Daniels consigue admirablemente capturar la crueldad terrible de los racistas del sur y el coraje increíble y la determinación necesaria de los activistas estudiantiles.
En la actualidad, recientemente se ha observado una creciente conciencia de cuan profundamente racistas siguen siendo los EEUU, con la ola de activismo en torno a la muerte de Trayvon Martin y muchos otros aspectos del sistema de injusticia criminal racista.
Muchos de estos y estas activistas convergieron para el 50 aniversario de la Marcha sobre Washington. En este sentido, las y los activistas por los derechos civiles retratados en la película pueden servir de inspiración para continuar la lucha por la justicia en la actualidad.
Oriol Alfambra (militante de En Lluita) | Publicado por La Hiedra | Para AraInfo