Este martes, 10 de diciembre, se celebró el Día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la guerra y la dictadura. En un acto en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, presidido por Pedro Sánchez, se homenajeó a un aragonés. En concreto, a Basilio Blasco Lahoz. Su nieta, recogió el reconocimiento de manos del presidente español.
Basilio Blasco Lahoz nació el 13 de agosto de 1901 en Allueva, municipio de la Comarca del Jiloca. Era el hijo mayor de Nicolás y de Benita. Según recoge la web aragonesesdeportados.org, pasó su infancia en Allueva y cuando tuvo edad se fue a servir a Aguilón. El 10 de octubre de 1928 se casó con Miguela Beltrán Lázaro en El Collado (El Colladico), y se fueron a vivir a Épila, donde trabajaba de vigilante. En 1930 se trasladaron a Segura de Baños y abrieron una tienda de ultramarinos. Al año siguiente nació su primer hijo, Miguel.
Al inicio de la guerra, en julio de 1936, él se quedó en Segura y su familia se refugió en Albelda, y de aquí a Calanda, donde nació su segundo hijo, Francisco. Tras un tiempo, su mujer e hijos volvieron a Segura. Con el avance de la guerra el frente se situó cerca del pueblo; todas las mujeres y niños fueron trasladados a La Puebla de Híjar, quedándose los hombres en el pueblo. Cuando Segura fue ocupada por los golpistas, Basilio junto con todos los republicanos del pueblo se vieron forzados a huir. Fue en esta primera fase de la guerra cuando fue consciente de que era objeto de persecución por sus ideas republicanas de izquierdas. Esa misma persecución se cebó en el padre de Basilio, Nicolás, que en aquella época regentaba una pequeña tienda de comestibles en Allueva. Cuando la línea del frente se situó cerca del pueblo se marchó a Navarrete, a casa de uno de sus hijos; es allí donde fueron a buscarlo un grupo de falangistas y fue fusilado. Se cree que está enterrado en Godos.

Conforme el frente avanzaba los republicanos retrocedían, y es en este retroceso fue cuando Basilio pasó por la Puebla de Híjar y se despidió de su familia; sería la última vez que se vieron. Al acabar la guerra, en 1939, y ante la posibilidad de correr la misma suerte que alguno de sus familiares y que muchos otros republicanos, se exilió a Francia. En los primeros meses se recibieron algunas cartas, pero tras ser ocupado el país galo por los alemanes, se perdió toda comunicación. Al acabar la Segunda Guerra Mundial el gobierno francés notificó a la familia el fallecimiento de Basilio en el campo de concentración de Mauthausen.
Sobre su trayectoria en Francia, aragonesesdeportados.org explica que no se sabe casi nada. Fue unos de los integrantes de las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) que fueron detenidos por los alemanes entre finales de mayo y principios de junio de 1940. Como prisionero de guerra estuvo en el Stalag XII A Hohenfels-Oberplafals, situado en el sudeste de la ciudad de Nuremberg, y en julio del mismo, junto a un numeroso grupo de republicanos españoles, fue transferido al Stalag VII-A de Moosburg con el número de prisionero 40661.
Desde este último lugar fue deportado al campo de concentración de Mauthausen, siendo uno de las 398 personas procedentes de los territorios del Estado español que integraron el primer grupo de republicanos deportados a Mauthausen, donde ingresaron el 6 de agosto de 1940. A Basilio le fue adjudicada la matrícula 3479. Formó parte también del primer grupo de republicanos trasladados a Gusen desde Mauthausen, el 24 de enero de 1941. En su nuevo destino fue registrado con el número 9059. Murió en Gusen el 19 de julio de 1941 a los 39 años. Había permanecido en Mauthausen y Gusen durante once meses.