Un día sin compras contra la crisis

La economía no es asunto público, estará pensando la ciudadanía griega cada vez que los gobiernos de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan sobre la deuda de su país. Tras el anuncio de un posible referéndum griego para decidir sobre las medidas de recorte y el plan de ayuda aprobado en la última cumbre de la UE, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, pidió que la racionalidad se imponga y que Grecia se ajuste al programa. Una racionalidad que en la práctica se traduce en más recortes sociales, más dinero público destinado a rescatar a los …

La economía no es asunto público, estará pensando la ciudadanía griega cada vez que los gobiernos de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan sobre la deuda de su país.

Tras el anuncio de un posible referéndum griego para decidir sobre las medidas de recorte y el plan de ayuda aprobado en la última cumbre de la UE, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, pidió que la racionalidad se imponga y que Grecia se ajuste al programa. Una racionalidad que en la práctica se traduce en más recortes sociales, más dinero público destinado a rescatar a los bancos y las cajas de ahorro y en políticas fiscales que recaen fundamentalmente en una clase media endeudada por las consecuencias de la crisis.

La propia Elena Salgado pedía al estallar la crisis económica una mayor implicación de esa clase media, a través de la que parece ser su función principal: consumir.  ¿Pero no fue el exceso de consumo lo que nos condujo a esta crisis? ¿Cómo podrá ser ahora su medicina?

El consumo de un 80% de los recursos del planeta por parte de sólo un 20% de la población mundial ha puesto en jaque la posibilidad misma de seguir creciendo. El pensamiento único económico ha ignorado de forma interesada los límites del planeta y el resultado es paradójico: la sociedad que ha dispuesto de los recursos más abundantes y de las tecnologías más avanzadas se encuentra aprisionada, sin embargo, en una espiral consumista que nos hace infelices, competitivos e individualistas, y pone en grave riesgo la subsistencia del entorno del que dependemos

Pero ante esto, cada día surgen más iniciativas colectivas construyendo alternativas y articulando iniciativas para un consumo consciente, crítico y responsable.

Colectivos sociales de todo el mundo se unen el próximo 25 de noviembre para reivindicar un Día Sin Compras y la construcción, durante los otros 364 días del año, de otro modelo de consumo más equitativo y menos despilfarrador: el objetivo no es sólo reducir el nivel de consumo en los países del Norte económico, sino promover una reflexión crítica sobre este modelo de consumo, denunciar sus impactos y proponer alternativas viables que están sustentadas en valores como la sostenibilidad socioambiental, el reparto equitativo de la riqueza, la solidaridad, alternativas que retomen las relaciones comunitarias de cercanía, el comercio local y están asociadas a las necesidades reales de las personas.

Más información en:
http://www.ecologistasenaccion.org/consumo

Comisión de consumo de Ecologistas en Acción | Para AraInfo

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