Un congreso en Zaragoza aborda una problemática todavía presente en las aguas aragonesas, el lindano

Desde Ecologistas en Acción recuerdan la defensa a ultranza que la fabricación de lindano tuvo en su momento, basada en el mantenimiento de puestos de trabajo y el desarrollo rural que, ahora mismo, podría ser equiparable a la que se hace con la ganadería industrial

Fábrica de Inquinosa en Samiánigo donde estaba el lindano
Fábrica de Inquinosa en Samiánigo | Foto: DGA.

A partir del martes 21 de febrero, Zaragoza acogerá el XIV Foro Internacional de Lindano y Pesticidas con más de doscientas personas experta de todo el mundo que trabajan bajo los auspicios de proyecto europeo LIFE SURFING.

Este proyecto está coordinado por el Gobierno de Aragón a través de SARGA con el International HCH & Pesticides Association, la Universidad Complutense de Madrid y la de Stuttgart como socios de proyecto y consiste en una experiencia piloto para eliminar la fase densa en Bailín.

Además del proyecto LIFE SURFING, la Dirección General de Cambio Climático coordina el proyecto LINDANET, una red europea de regiones afectadas por la contaminación del lindano, tiene como objetivo unificar esfuerzos entre regiones europeas para la mejora de los lugares contaminados por HCH (lindano). En el Foro se presentará el Informe Final de este proyecto, desarrollado entre 2018 y 2023.

“Parece que, en su aplicación al territorio estatal, ha tenido escaso éxito, dado que todavía faltan por identificar un gran número de puntos de vertido para comprender el verdadero alcance de esta contaminación”, explican desde Ecologistas en Acción Aragón. En este sentido, aseguran que la colaboración entre las instituciones no parece estar a la altura del problema que se pretende estudiar y atajar y eso es un elemento a considerar en el debe de este congreso que tiene por delante mucho trabajo.

El HCH-lindano en Aragón

El lindano (hexaclorociclohexano, HCH), es una sustancia utilizada como pesticida agrícola y sanitario y prohibida por la UE desde 2004 (con algunas excepciones, que vencían en 2007), por su toxicidad. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) la considera cancerígena en seres humanos.

Es, además, un tóxico persistente, muy volátil y bioacumulativo que penetra en los seres humanos por inhalación, vía cutánea o por ingestión (agua o alimentos contaminados). A pequeños niveles afecta al sistema nervioso, pero si la exposición es prolongada o reiterada tiene efectos en la sangre, los órganos y pueden producir alteraciones hormonales y de reproducción.

Años después de su prohibición, el lindano sigue presente en el medio ambiente, particularmente en suelos y ríos, como consecuencia de su uso histórico como pesticida y del mantenimiento de suelos contaminados por los vertidos incontrolados de los residuos de su fabricación. Galiza, Euskadi, Catalunya y Aragón son las regiones más afectadas por este lento veneno, pero se sigue detectando la presencia de este pesticida en la mayoría de las cuencas hidrográficas y grandes ríos de la península, tal como Ecologistas en Acción puso de manifiesto en su reciente informe “Lindano, presente de un legado tóxico”.

Es especialmente grave la situación en Samianigo, donde persisten más de 150.000 toneladas de residuos, una cantidad que le sitúa “entre los más graves a nivel mundial”.

Este foco de contaminación en buena medida localizado en el vertedero de Bailín, vierte al río Galligo, uno de los principales afluentes del Ebro, que actúa como distribuidor de los tóxicos hasta el delta, en su desembocadura en el mar Mediterráneo, lo que supone la afección a una superficie de 485.000 hectáreas, más de una veintena de pueblos y más de 55.000 habitantes.

Queda mucho por hacer

No estará de más recordar que el Gobierno de Aragón cometió, desde el mismo origen, errores de bulto en la gestión de lo que ya se conoce como una de las contaminaciones más graves de Europa que acompañará a las poblaciones cercanas durante el resto de sus vidas y condicionará la salud humana y ambiental de todo el territorio del río Galligo.

“No debemos olvidar que, precisamente, la torpeza y falta de sensibilidad de las administraciones, empezando por la municipal, hizo que lo que pudo haber sido un problema se convirtiera en una catástrofe que ahora precisa cientos de millones de euros, solamente para paliar parcialmente sus efectos”, denuncian desde Ecologistas en Acción.

Junto a esa valoración, es igualmente cierto que, en los últimos años, se está haciendo un importante esfuerzo en labores de control, monitorización e investigación de los restos contaminantes del lindano. Pese a este cambio de registro y actitud ante esta contaminación desde la organización ecologista advierte de que “queda mucho camino por recorrer y aspectos que mejorar en la relación entre las administraciones y con los colectivos sociales”.

Pese al indudable avance que suponen los protocolos de seguridad establecidos en la ribera del Galligo que garantizan la seguridad en el abastecimiento de agua de boca a sus habitantes y las actuaciones que se están realizando en la fábrica y sus alrededores en el propio Samianigo, queda mucho por hacer. “Sería muy grave que la cronificación de esta contaminación la hiciera desaparecer del imaginario colectivo”, lamentan desde Ecologistas en Acción.

En este sentido es muy importante para la entidad una difusión realista y veraz que huya tanto del alarmismo como de la complacencia: “Los aragoneses de hoy tienen que saber que las futuras generaciones van a convivir con la persistencia de esta agresión que está muy lejos de ser erradicada porque, a pesar de los avances, falta por conocer con exactitud los lugares de afectación y no se puede garantizar que los depósitos tóxicos que se mantengan estabilizados, puedan activarse por la propia evolución del entorno natural”.

Como ejemplo no se puede olvidar que el embalse de Samianigo retiene en sus fondos una gran carga contaminante que, por cualquier circunstancia, puede verter al cauce: “Desgraciadamente el lindano es una bomba de relojería en la que no podemos ver el reloj”.

“Es especialmente importante que eventos como el congreso que empezará el día 21 en Zaragoza no se convierta en un ejemplo de mucho ruido y pocas nueces o en una mera concentración de estudiosos que comparten sus saberes, escasamente conectados con una realidad medioambiental de gran repercusión en la vida de los aragoneses”, añaden.

Lindano y macrogranjas

Desde Ecologistas en Acción recuerdan la defensa a ultranza que la fabricación de lindano tuvo en su momento, basada en el mantenimiento de puestos de trabajo y el desarrollo rural que, ahora mismo, podría ser equiparable a la que se hace con la ganadería industrial, “cuyo desmesurado crecimiento supone un grave peligro para la calidad de nuestras masas de agua porque sus residuos, tal como se hizo en Sabiñánigo, se acaban convirtiendo en un mal colectivo”.

Si en aquel momento era el desarrollo industrial del Serrablo lo que hacía mirar para otro lado a las administraciones y a buena parte de las personas, que no quisieron acometer las medidas necesarias, ahora es para Ecologistas en Acción esta ganadería desmedida, tributaria de un mercado multinacional, la que pone en peligro la calidad del agua de Aragón.

“Ambos casos participan del mismo procedimiento neoliberal. Se trata de aumentar los beneficios empresariales a costa de extraer del precio de los bienes producidos una parte de su coste de producción”, critican. Si Inquinosa evitó el tratamiento de sus residuos industriales, el sector agroindustrial está realizando la misma práctica al no repercutir en el valor de sus productos cárnicos el coste del tratamiento de sus residuos.

“La población, sin duda debe y puede confiar en el buen criterio y la capacidad del mundo de la ciencia para mejorar sus condiciones de vida, pero, al mismo tiempo, es preciso mantener todas las cautelas activadas porque la experiencia nos dice que la ciencia y la técnica si no se miden con la regla de la mesura y de la contención, alimentadas por el combustible del liberalismo económico, nos pueden llevar a las fronteras de un mundo inhabitable”, concluyen desde Ecologistas en Acción.

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