DIARI EN LLUITA | Nikos Loudos | Un año llevan ya las 595 limpiadoras despedidas del Ministerio de Economía de Grecia luchando a diario en el centro de Atenas, participando en todas las movilizaciones. Con su fuerza, sus guantes, escobas y eslóganes, están en primera línea en huelgas sindicales, manifestaciones de migrantes y hasta en la del orgullo LGTBQI. Son un ejemplo de resistencia para todas. Hablamos con ellas...
¿Cómo empezó vuestra lucha?
El Gobierno nos despidió en septiembre de 2013. La Troika le exigía despidos en el Ministerio, pero nosotras sabíamos que éramos útiles y no podíamos imaginar que nos echaran. Cobrábamos 500 o 600 euros, pero al menos no era como la trata de esclavos de las subcontratas. No tenemos nada contra las mujeres que han puesto en nuestra posición, pero vemos que es una explotación.
Muchas de nuestras familias son monoparentales. El único salario que entraba en casa era el nuestro, y nos lo quitaron con violencia. Decidimos no ponernos de rodillas, luchar mano a mano. Necesitábamos juntar un grupo para salir a la calle con una pancarta y un megáfono. No teníamos ni idea de cómo organizar una lucha o una marcha, ni a dónde ir. Pero teníamos algo que nos ayudó: la voluntad de no permitir que nos robaran nuestro puesto de trabajo. Al principio salimos pocas. Empezamos a explicarle a la gente nuestra situación, y a localizar a nuestras colegas por todo el país para unirnos.
Una vez le preguntamos al secretario del Ministerio: “¿Por qué a nosotras?”. Y nos lo dijo claro: “Os elegimos porque érais el ‘último mono’ y pensamos que sería lo que nos crearía menos problemas”. ¡Qué equivocados estaban!
¿Cómo ha sido vuestra experiencia en estos 12 meses?
Increíble. Hemos aprendido qué significa reivindicación, a ver y comprender lo que pasa a nuestro alrededor, y de los palos de la policía, desquitándose contra nosotras. No les perdono.
Tenemos nuevos ideales. Lo más importante que he aprendido es la solidaridad, a mis 53 años. Y, pase lo que pase con nuestra lucha, seguiré practicándola.
He conocido a gente que viene a darnos la mano y a decirnos: “¡Seguid así!”. A estudiantes que echan un euro en nuestra hucha diciendo: “Hoy no voy a tomar café, pero merece la pena”. No necesito más en la vida.
Yo no sabía nada de política. Ahora la seguimos y formamos parte de ella. Participo en reuniones con ministros, y sé no sólo que son corruptos, sino que son como cucarachas, podemos pisarlos y no volver a verlos.
Recientemente acudisteis en autobuses a la manifestación en apoyo a los jornaleros inmigrantes en Manolada, a quienes el jefe disparó por demandar sus salarios.
Sí. Estoy orgullosa de ellos por alzarse contra esa vergüenza. Tienen que seguir así, con el puño y la cabeza en alto, y no dejarse convertir en esclavos. ¡Ánimo!
¿Cómo seguiréis?
Creen que nos vamos a cansar, pero se equivocan. No volvemos a casa. Sí, es difícil estar a diario en la calle, todas tenemos más de 45 años. Pero iremos hasta el final, vamos a volver a nuestro puesto de trabajo. Y esta vez sabremos que nadie nos lo habrá regalado. Lo habremos ganado.
El pueblo griego vuelve a la calle harto de capitalismo
LIBRERED | En una multitudinaria protesta integrantes de sindicatos en Grecia exigieron al Gobierno acabar con las medidas capitalistas que ahogan a la población.
Unas 25.000 personas se concentraron este sábado en Atenas, capital de Grecia, para exigir la suspensión de las medidas anti-obreras impuestas por el Gobierno nacional.
El Frente Militantes de Todos los Trabajadores (PAME), que organizó la protesta, indicó que al menos un millar de organizaciones sindicales de los sectores público y privado acudieron para denunciar “los 1,5 millones de desempleados oficiales y los más de 500.000 trabajadores que no han sido pagados desde hace varios meses”.
“No somos solamente cifras, merecemos condiciones de vida humanas”, gritaron los manifestantes ante el Parlamento, lugar donde culminó la manifestación.
“Hay que optar por el crecimiento, volver a abrir las fábricas, crear empleos, estimular el consumo”, afirmó Gregoris Papadopulos, de 45 años, extrabajador de la fábrica Coca Cola en Tesalónica que cerró hace un año.
Por su parte, Fotini Mitsakosta, profesora de Livadia aseguró que la crisis en su país no ha acabado y su salario bajó más del 40 por ciento desde 2011.
Para el próximo 27 de noviembre las centrales sindicales del sector privado y público convocaron una huelga general, con el fin de denunciar las políticas capitalistas del gobierno, que pretende prolongarlas en los presupuestos de 2015.
Desde hace seis años Grecia está sumida en una profunda recesión fruto de un conjunto de medidas que están terminando con los derechos de la clase trabajadora del país.