Trump y Kim Jon-un firman un acuerdo de buenas intenciones en Singapur

Estados Unidos y Corea del Norte firman un acuerdo en el que marcan las líneas de la desnuclearización de la Península de Corea y el fin de sus hostilidades iniciadas en 1950

donald trump
Donald Trump. Foto: Gage Skidmore (CC BY-SA 2.0)

La cumbre entre Kim Jon-un y Donald Trump celebrada este martes en la isla de Sentosa, Singapur, pone fin a un conflicto internacional que se inició hace más de medio siglo. La Guerra de Corea que dejó al entorno de un millón y medio de muertos y casi 700.000 desparecidos, entre los años 1950 y 1953, técnicamente no había terminado. Con la jornada de este 12 de junio, empieza, a priori, el fin de las hostilidades entre Estados Unidos y Corea del Norte, y consecuentemente entre Corea del Sur y Japón con Corea del Norte y China.

La cumbre de Singapur

El evento ha empezado con un apretón de manos y con palabras bien intencionadas de los líderes de ambos países. Así el presidente estadounidense vaticinaba que se iba a producir “una gran conversación y creo que un éxito tremendo”. Por su parte Kim Jon-un señalaba que “No ha sido fácil llegar hasta aquí. Las viejas malas prácticas y los prejuicios han tapado nuestros ojos y oídos y han obstaculizado nuestro camino, pero hemos logrado superar todo eso”.

En la cumbre han participado el secretario de Estado, Mike Pompeo, el jefe de gabinete estadounidense, John Kelly, y el asesor de seguridad nacional de Donald Trump, John Bolton. También han asistido al evento el íntimo colaborador de Kim Jon-un, Kim Yong-chol, y el canciller de Corea del Norte, Ri Yong-ho.

Terminado el evento los dos líderes se han presentado ante la prensa conjuntamente para mostrar una declaración firmada por ambos que marca las líneas maestras del acuerdo.

Declaración conjunta

El texto señala lo siguiente: “El presidente Trump y el presidente Kim Jong-un han mantenido un intercambio de opiniones sincero, amplio y en profundidad sobre temas relacionados con el establecimiento de unas nuevas relaciones entre Estados Unidos y la República Democrática Popular de Corea y con la construcción de un régimen de paz sólido y duradero en la península de Corea. El presidente Trump se ha comprometido a dar garantías de seguridad a la República Democrática Popular de Corea y el presidente Kim Jong-un ha reafirmado su compromiso firme e inamovible para la completa desnuclearización de la península de Corea”.

Esta nueva situación se cimienta en cuatro puntos. En primer lugar, los países se comprometen a establecer “unas nuevas relaciones entre Estados Unidos y la República Democrática Popular de Corea de acuerdo con el deseo de paz y de prosperidad de los pueblos de los dos países”.

En segundo lugar, la declaración afirma que Corea del Norte y Estados Unidos “sumarán sus esfuerzos para construir un régimen de paz duradera y estable en la península de Corea”.

En tercer lugar, el país asiático “se compromete a trabajar hacia la completa desnuclearización de la península de Corea”.

Por último, las dos naciones “se comprometen a recuperar los restos de los prisioneros de guerra y los desaparecidos en combate, incluida la repatriación inmediata de aquellos ya identificados”.

Política internacional aislacionista o no tanto

El 8 de mayo, Donald Trump rompía el acuerdo nuclear con Irán firmado por Barack Obama. A diferencia de ese acuerdo multilateral y en el que existían medidas fácticas para controlar la gestión nuclear de la nación de los Ayatolas, en el caso de la declaración con Corea del Norte, los términos del acuerdo son endebles. Solo la buena voluntad asegura que Kim Jon-un iniciará el proceso de desnuclearización que Irán verdaderamente estaba llevando a cabo.

Las negociaciones fuera de foco lo son porque el periodismo no tiene acceso a las mismas. Es por ello por lo que no es posible saber los términos en los que Trump y su homólogo coreano han discutido el fin de las hostilidades.

Parece que, pese a su ausencia, China ha tenido mucho que ver en las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos. No en vano, Kim Jon-un ha viajado a Singapur con un Jet privado chino. Este gesto puede querer ser una muestra de la alianza entre ambos países; un mensaje.

Por otro lado, cuando se ha conocido la noticia del acuerdo, China, además de pedir el fin del embargo comercial contra su socio, también ha demandado la desnuclearización de toda la zona. Eso implica Japón detenga su programa atómico y por lo tanto un beneficio claro para China.

Dicho todo esto, se demuestra que, pese al discurso instaurado en la Unión Europea sobre el aislacionismo de Trump, lo cierto es que el líder estadounidense realmente no practica tal diplomacia. Aunque el magnate ha roto con Irán, ha abandonado los acuerdos de París, ha menospreciado la OTAN y recientemente se ha enfrentado al G7, el único aislacionismo que Trump busca es el de Europa con el mundo.

Una cumbre incierta

El 24 de mayo pasado, Donald Trump sorprendió a la opinión pública con una sorprendente noticia: la cumbre con Corea del Norte había sido suspendida. La decisión llegaba tras unas declaraciones del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en las que amenazaba al país asiático con acabar como Libia si no iniciaba un proceso de desnuclearización.

Una semana más tarde, el 1 de junio, el mismo Trump contradecía sus propias palabras. Ninguno de los dos movimientos tiene una explicación demasiado clara. Parece que suspender la cumbre fue un varapalo para el Partido Republicano de los Estados Unidos que esperaba presentarse a las elecciones capitalizando la buena noticia del fin de las hostilidades con Corea del Norte.

Con estos precedentes no resulta extraño imaginar que Trump pueda cambiar de opinión otra vez más.

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