Esta legislatura ya no tiene más recorrido”. De este modo se expresaba el president de la Generalitat Quim Torra en una comparecencia este miércoles. El Parlament de Catalunya le retiraba el acta de diputado después de la sentencia de inhabilitación ordenada el 3 de enero por la Junta Electoral Central (JEC) y ratificada por el Tribunal Supremo días más tarde. El motivo de la inhabilitación: colgar en el balcón de la Generalitat una pancarta que rezaba “libertad presos políticos” durante la campaña electoral de las generales en abril de 2019. Ante esta situación, Torra anunciaba la convocatoria de nuevas elecciones.
“Esta semana hemos podido constatar que los dos socios de gobierno encaramos el camino hacia la independencia de una forma que ha comportado el deterioro de la confianza mutua”, añadía Torra. Pese a la aprobación junto con Catalunya en Comú, la semana pasada, de los presupuestos –postergados durante tres años- lo cierto es que desde hacía tiempo la relación entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya estaba en la cuerda floja. La decisión de acatar la sentencia de la JEC por parte de Roger Torrent, president del Parlament de Catalunya e integrante de ERC, ponía fin a una legislatura convulsa.
Puigdemont no pudo ser investido como president de igual modo que sucedió con Jordi Turull y Jordi Sánchez. Era la justicia española quien lo impedía, pero a ojos de JxCat, ERC reaccionaba de forma demasiado tímida. Por su parte el partido republicano echaba en cara a los postconvergentes sus pactos en la Diputación de Barcelona con el PSC y su poca disposición a diaologar con el ejecutivo de Pedro Sánchez. Son solamente algunos de los ejemplos de las discordancias entre socios de gobierno acontecidas en esta legislatura que empezó sus andaduras el 2017.
Mientras tanto, Moncloa informaba este jueves, en un primer momento, que la entrevista entre Pedro Sánchez y Quim Torra se mantenía para el próximo 6 de febrero en Barcelona, pero aplazaba la mesa de diálogo pactada con ERC hasta que se constituya un nuevo Govern tras las elecciones. Acto seguido, ERC denunciaba este gesto como un «incumplimiento flagrante» del acuerdo y, según publica Naiz, Gabriel Rufián ha advertido a Sánchez de que ERC podría rechazar los presupuestos del Estado si la mesa no se constituía antes de las elecciones catalanas. Posteriormente, Moncloa emitía otro comunicado afirmando que Sánchez ha reconsiderado su posición y que está dispuesto a constituir la mesa antes de los comiciones.
Con presupuestos, pero con elecciones
El president de la Generalitat había planteado múltiples escenarios en caso de ser inhabilitado como diputado, pero finalmente se impuso la tesis pragmática que entre las personas avaladoras encontraba a los y las presas políticos, Puigdemont y las y los consellers de JxCat.
Entre marzo y abril serán ratificadas las cuentas para el futuro de Catalunya que contemplan niveles de gasto superiores a los de 2010 y un mayor aunque tímido aumento de la partida fiscal, y entre mayo y junio se celebrarán elecciones. De este modo, Torra evitaba otros escenarios como unas elecciones inmediatas o la ruptura de la mesa de diálogo entre el Gobierno del Estado español y el ejecutivo catalán pactado por ERC en Madrid.
Por su parte, la CUP, de igual modo que voces reconocidas dentro de ERC como la de Marta Rovira, veían la decisión de Torra como una incoherencia. “¿Cómo un gobierno fracasado puede aprobar unos presupuestos?”, se preguntaba la formación anticapitalista en una rueda de prensa este miércoles.
A decir verdad, Quim Torra no quiso apretar el botón de la convocatoria de elecciones inmediata porque los presupuestos se enmarcan dentro de una carambola política en la que están implicados los presupuestos de Barcelona y la gobernabilidad española.
Para la CUP la situación actual expresa “el fracaso de JxCat y ERC que como único objetivo tienen disputarse la hegemonía política”. La formación independentista considera que para “defender las instituciones catalanas y hacer efectiva la soberanía, hace falta confrontar las injerencias del aparato judicial español” y hace un llamamiento a “abandonar los intereses partidistas (…) i articular una estrategia compartida de las fuerza políticas en el Parlament”.
Pese a la evidente fractura entre las distintas fuerzas independentistas, este jueves, en una entrevista en la radio, Quim Torra señalaba que “la unidad es la única manera de culminar el mandato del 1-O”.
Y a todo esto la comparecencia de los presos

El martes, en el marco de las tensiones entre ERC y JxCat, también fue un día significativo para la política catalana. Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Josep Rull, Raul Romeva y Dolors Bassa comparecían en el Parlament para declarar en una comisión de investigación por la aplicación del artículo 155 el 27 de octubre de 2017 por parte del gobierno de Mariano Rajoy y con la connivencia del PSOE.
El primero en intervenir fue Junqueras que se reafirmó en la necesidad de “hablar hasta con aquellos que han aplaudido de manera entusiasta la prisión y la represión”. El líder de ERC consideró que la aplicación del 155 y la suspensión de la autonomía catalana solo había servido para “perjudicar los intereses y necesidades de la ciudadanía de Catalunya”. Junqueras añadió que la prisión es “una parte más del camino hacia la libertad”.
A la comisión solo asistieron En Comú Podem, los partidos independentistas y Ciutadans. Con todo el partido unionista llevó a cabo una intervención después de la de Junqueras y como protesta decidió abandonar la sala ante la mirada atónita del preso independentista que con ironía les preguntaba: “¿No os esperáis a mi respuesta? Ahora que habíamos empezado a dialogar. Lorena Roldán acusó al independentismo de romper familias y Junqueras respondió que hablar de familias cuando el no puede estar con la suya resulta cuanto menos sorprendente.
El líder de ERC un día antes de que Torra decidiera convocar elecciones, se mostro optimista y favorable a una unidad del independentismo que no está clara que exista dentro de los propios partidos de autodeterminación catalán instalados ya en la lógica prelectoral.